Hay un rosarino que tiene el raro privilegio de manejar el auto que diseñó y que
es fabricado por una de las más emblemáticas marcas mundiales. Juan Manuel Díaz pensó un Alfa Romeo
a la medida de su bolsillo en 2002 y dibujó el MiTo, que fue presentado el 7 de marzo de 2008 en el
prestigioso Salón de Ginebra con un éxito tan grande que resultó elegido Auto Europa 2009 y disparó
las ventas de la automotriz milanesa. Pero desde su salto del colegio de los hermanos maristas al
centro de diseño de máquinas ilustres pasó agua bajo el puente.
Díaz, de 36 años, quien ahora es jefe de diseño exterior de la marca del
trébol, recordó sus erráticos comienzos. Pensaba estudiar diseño pero, con sus 17 años, no quería
abandonar la ciudad. “Me anoté en arquitectura, pero después de dos años se concretó el
desenlace de un fracaso anunciado”, comenta entre risas. Dio entonces con el curso de diseño
industrial que dicta Guillermo López Arena, que completó en tres años. “Hice una tesis de
diseño industrial aplicado al transporte y también el de un auto económico para Argentina, que me
sirvieron para poder cursar en el Istuto Europeo di Design, en Italia”.
El instituto tiene escuelas en Italia y otros países europeos y una
fluida relación con las compañías más prestigiosas. “Mientras estudiaba, comencé a trabajar
en el centro de diseño de vehículos industriales de Renault, donde estuve cuatro meses diseñando
camiones y ómnibus. Cuando volví entregué la tesis, que era un proyecto para Alfa Romeo, lo que me
sirvió para que me conocieran en la automotriz. Luego fui a Pininfarina; me interesaba entrar al
Grupo Fiat. Terminé esa pasantía y me quedé sin nada. Entonces lo llamé al que era director de
diseño de Alfa, Wolfgang Egger, que ahora está en Audi, y con quien ya habíamos trabajado, y me
dijo «empezás mañana». ¡Gracias a Dios!, porque estaba bastante desesperado. Desarrollé los
interiores (asientos, tablero, volante, palanca de cambios, consola...) del Alfa 159, que ya lo
estaban terminando, y después pude hacer el interior del Alfa Romeo 8C. El tablero era en carbono y
tenía muchos detalles en aluminio. Ese trabajo sirvió para que me tomaran en cuenta; gustó
muchísimo, no sólo en la empresa sino afuera. Ahí, con 27 años, aproveché la posibilidad de
quedarme en esa marca única a nivel mundial”.
“Además, la gente de Alfa me dio muchas oportunidades; ellos me
dieron la pelota para que haga los goles”, subrayó durante una charla que mantuvo con La
Capital el lunes último, cuando terminaba unas breves vacaciones que usó para darse un
“baño” de afectos en la ciudad.
Díaz se acompaña de ademanes justos para reforzar las ideas, que
desgrana en forma concisa. Dueño de una firme modestia, relata cómo llegó al MiTo (Milano-Torino),
pero omite decir que lo que va de su vida ya figura en Wikipedia y que el video de la presentación
internacional que él hizo del auto de sus sueños es muy frecuentado en YouTube.
“Alfista” de alma, este espigado hincha de Rosario Central
(pidió, divertido, una pelota amarilla y azul a dos muchachos que pasaban por el Museo de Arte
Contemporáneo durante la sesión fotográfica), se le iluminan los ojos cuando desde su metro ochenta
recorre las líneas del MiTo que la automotriz le confió durante su estancia rosarina, a pesar de
haberlas dibujado miles de veces.
“Cuando estábamos haciendo el 8C (una coupé de dos asientos de
altas prestaciones) falleció mi padre. Me volqué por completo al trabajo. Una noche estaba pensando
que quería un auto del tipo del 8C pero que me lo pudiese permitir. La coupé costaba al inicio de
la venta 160 mil euros. Entonces, dibujé lo que sería el MiTo y se lo mostré a mi jefe. A él le
gustó pero no existía entonces en la compañía un plan para fabricar este auto”.
“Luego de tres años, en 2005, la gente de marketing pide un auto
para este segmento. Hicimos varias propuestas, que no gustaron”.
“Entonces —prosiguió— mi jefe me dijo «¿te acordás ese
auto que me habías mostrado? ¿Por qué no me lo hacés ver?». Me pidió que lo modernizara un poco y
lo presentamos. El proyecto gustó y todo fue con semáforo en verde. Lleva una plataforma (piso) B
del Grupo Fiat que es la del Punto europeo. Es muy buena. Al MiTo lo eligieron Auto de Europa de
2009, pero para mí, la verdadera satisfacción fue verlo en la calle. Fue un auto que ayudó a
levantar bastante las ventas”.
“Ahora tenemos mucha expectativa con la Giulietta (fue presentado
en abril de este año con una crítica muy buena), es un auto excelente. Lo han probado periodistas
alemanes y han dicho que es la primera vez que un auto italiano está a la altura de los
alemanes”, destaca. Como jefe de diseño exterior está abocado también a dos nuevos proyectos
de Alfa, una berlina grande y un SUV (4x4).
“Tratamos de dar una imagen menos estresada a los autos. La
corriente actual de diseño es hacer autos muy anónimos, tratando de darles carácter con la mirada o
con las luces posteriores. En Alfa se persigue que todo el auto sorprenda y guste, que no sea como
una chica que sólo tiene los ojos lindos”, puntualizó.
Al hacer un análisis de las distintas corrientes de diseño, considera
que los estadounidenses han abandonado un poco la escuela de los años 50 y 60, los años dorados.
“El auto es un resumen de los gustos del comprador y de cómo él vive. En Estados Unidos ahora
usan interiores que deben tener lugar para el vaso gigante de café caliente y espacio para comer,
porque allí casi se vive en el auto. En Europa los vehículos deben ser pequeños porque no hay
espacio, hay que moverse. Y Argentina no se entiende, porque gusta todo y no gusta nada”.
“También se observa que se contraponen necesidades y gustos, como
el caso de las mujeres, que están más cómodas manejando un auto chico pero prefieren una 4x4 porque
se sienten más seguras. Son cuestiones importantes que hay que estudiar y quien haga esos cambios
pequeños en un proceso productivo tiene la ventaja, porque entre el diseño y la fabricación pasan
cuatro años, pero después, ese auto se produce por siete u ocho años más, es decir que hay que
pensar con anticipación de diez años cuáles son las necesidades del hombre hoy y cuáles van a ser
las de mañana”.
Juan Manuel Díaz sorprendió en una marca mítica, Alfa Romeo, y está
plantado en la estela de grandes diseñadores como el bonaerense Alejandro De Tomaso y el casildense
Horacio Pagani, quienes hicieron y hacen palpitar la pasión por los “fierros” más
nobles, también desde Italia, la cuna del diseño. l