“En cinco años la ciudad será otra”, aseguró la secretaria de Planeamiento de la Municipalidad, Agustina González Cid, quien junto a expertos diseña los planes urbanísticos en consonancia con el movimiento poblacional que se observa en la Rosario. Es marcada la expansión hacia Fisherton R, Fisherton, Aldea, Hostal del Sol y San Eduardo, muy cerca del aeropuerto de Rosario “Islas Malvinas”, donde se multiplican los desarrollos inmobiliarios que ofrecen viviendas con espacios abiertos comunes, pileta y quincho.
En esta línea, esta semana el Ejecutivo envió al Concejo Municipal un proyecto de ordenanza que propone la construcción de edificios de departamentos, de hasta cinco pisos, sobre la avenida Newbery, muy cerca del aeropuerto Islas Malvinas donde hoy solo hay grandes extensiones de tierra. Además, buscará modificar pautas para la construcción dentro del casco histórico de Fisherton, con el objetivo de preservar el valor patrimonial de la zona.
En paralelo, son cada vez más las construcciones de torres de cinco pisos de viviendas, con departamentos de uno a tres dormitorios, pileta, parrillero y espacio verde compartido en la zona oeste. Ya no se piensan solo las viviendas, ahora las construcciones están acompañadas por zonas comerciales para los locales de suministros básicos (supermercado, farmacia y ferretería) y oficinas, de modo que quienes vivan en el lugar tengan la opción de trabajar cerca de casa. “La gente esquiva el centro”, confesaron quienes ofrecen viviendas en la zona.
Detrás de estos emprendimientos inmobiliarios se afianza el concepto de “ciudad de 15 minutos”, donde los vecinos no tienen que recorrer grandes distancias para ir a trabajar, o para acceder a las compras esenciales.
Este concepto se contrapone con la llamada “ciudad dormitorio”, donde la gente vuelve a su casa solo para dormir, porque todas las demás actividades le quedan lejos.
Esta tendencia, que llegó para quedarse, y se afianza en los barrios Aldea, San Eduardo, Hostal del Sol y la zona del estadio mundialista de hockey, además de las calles de Fisherton y Fisherton R. Y esto sin contar la explosión que está viviendo Funes.
Planeamiento urbano
En una entrevista con La Capital, la secretaria de Planeamiento explicó que el proyecto que se presentó esta semana al Concejo “busca ordenar el marcado crecimiento de la ciudad hacia el noroeste”.
“Desde la Secretaría acompañamos el movimiento urbano de los rosarinos y vemos que la gente busca viviendas compartidas, con verde y con la posibilidad de trabajar desde su casa, o muy cerca de ella y ante esta expansión se trata de ir ordenando ese crecimiento”, subrayó la funcionaria.
Con este objetivo, el año pasado se aprobó el Plan de Ordenamiento Urbano Ambiental Canales Ibarlucea y Salvat. Y, “esta semana enviamos un proyecto para ordenar el desarrollo de Fisherton y su entorno”, puntualizó González Cid.
En Fisherton los cambios son notables. De ser un barrio con casonas inglesas y grandes parques pasó a ser el elegido para construir condominios. Mientras, los desarrolladores celebran el cambio, los vecinos luchan para que la Municipalidad no destruya el valor patrimonial y se conserven las fisonomía de la zona.
La secretaria de Planeamiento explicó que el proyecto de ordenanza enviado al Concejo propone “que se permitan algunos desarrollo de vivienda colectiva, pero con resguardos como por ejemplo que la ocupación del terreno sea menor para preservar el arbolado y las zonas verdes”.
“La idea es que se construya en altura sobre las avenida y se limite en el resto del tejido”, puntualizó.
En cuanto a Newbery, la funcionaria dijo que “hay un ancho de calle que tiene las condiciones para el desarrollo de viviendas colectivas en altura, concretamente de planta baja y cinco pisos”.
La demanda no para y se multiplican los emprendimientos
Morrison, Newbery, ruta 9 y la avenida San José de Calazans (extensión de Mendoza) son arterias donde se multiplican los condominios. Bernardo Colomar, de Cosa Inmobiliaria, que comercializa esta zona aseguró que la demanda es “muy fuerte” en Fisherton, Aldea y toda la zona. “Una pareja que vivía en el centro deja su departamento y por 120 mil dólares se compra una casita en Fisherton con un poco de verde”, describió el corredor inmobiliario.