La propuesta que se discute en el Concejo con el objetivo de crear el Programa de Reordenamiento Vial del Área Central de Rosario, que se implementaría paulatinamente y tiene como fin la restricción del ingreso de vehículos motorizados particulares en el microcentro, cosechó reparos entre las entidades que nuclean a los comerciantes, desde donde se reclama un debate profundo sobre movilidad y el parque automotor que abarque a toda la ciudad. Advierten que si no se mejora el transporte público, este tipo de iniciativas puede perjudicar la actividad económica.
El presidente de la Asociación Amigos de la Peatonal Córdoba y titular de la cadena de tiendas Sport 78, Nelson Graells, indicó que la iniciativa que motoriza la concejala socialista Susana Rueda para disminuir el tráfico vehicular y recuperar espacios públicos en el área central, se vincula con “una situación compleja del parque automotor de Rosario y del país desde hace años“.
“Hace más de 20 años se restringió la circulación automotor en el centro y no dio resultados. Creo que es más complejo y debe buscarse una solución amplia. Si uno sale del microcentro, observa que hay calles que están más comprometidas que el cruce de Mitre y Córdoba”, graficó el empresario.
Según destacó, el consumidor que tiene movilidad propia adoptó una conducta que tiende a acercarse lo más que puede al punto de compra. “Quieren comprar hasta la comida desde el auto. Pretenden un espacio para estacionar o una cochera lo más cerca posible. Si uno observa, los estacionamientos nos dan abasto, no solo los del centro, sino también de las zonas más alejadas”.
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En ese sentido, expresó que es una problemática de debate que obliga a madurar “una idea global de qué hacer en Rosario con todo el parque automotor. Por las noches las calles están repletas de autos estacionados. Restringir solamente el tránsito en el centro no es la solución, ni para el parque automotor ni para los comerciantes”, remarcó Graells.
También se refirió al transporte público como una variable fundamental. “Ese es un punto, cómo llegar y de qué manera, y desde dónde. Si restringís en el centro después se complican otras calles o cruces del macrocentro, como Pellegrini e Italia, o Alvear y Rioja, por citar ejemplos”.
Además, apuntó a los controles. “Se necesitaría ordenar la doble fila con un poco más de inspectores”. Y expuso que “Rosario necesitaría estructuras subterráneas o por aire para trasladarse de un punto a otro. En su momento se proyectó hacer grandes cocheras para desagotar la circulación. En el centro hay hoteles, sanatorios y se quieren fomentar la gastronomía, pero por otro lado se busca impedir que lleguen a esos lugares”, marcó sobre las contradicciones que acarrea la problemática.
Movilidad y actividad comercial
Otra entidad que aglutina a los comerciantes del microcentro también puso algunos reparos, aunque adhiere a algunas medidas. Desde la Asociación de Comerciantes del Casco Histórico recordaron que el proyecto de restricción de vehículos “se impulsó simultáneamente con la implementación de los carriles exclusivos, bicisendas y ensanche de veredas, con resultados dispares”.
El presidente de la entidad, Fabio Acosta, sostuvo que “donde se instalaron carriles exclusivos, se redujo significativamente el tránsito de personas, y por ende la actividad comercial”. Pero diferenció el ensanche de veredas. “En calle Entre Ríos favoreció a los comercios, porque las paradas de transporte no se anularon”, remarcó.
Sin embargo, expuso que la realidad de calle Rioja es distinta. “Al sacar paradas de ómnibus, eso no benefició la circulación de personas. Y en calle Sarmiento no se prohibió el tránsito, pero se lo ralentizó, aunque lamentablemente no se cumple. Todos estos dispositivos intentan limitar o desalentar el ingreso de los automóviles particulares al centro”, destacó.
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“Si se va a profundizar esa tendencia, estamos a disposición del Concejo para alentar algunas medidas y poner reparos en otras a la luz de los hechos. El Talón de Aquiles de la movilidad en el área central está en el transporte público, no en el automóvil particular”, recalcó Acosta.
Y propuso que “la mejor forma de desalentar el uso del automóvil es mejorar el transporte y reflotar viejas propuestas, como los centros de transferencia en el macrocentro para que ingresen buses de menor capacidad, y los playones gratuitos o de bajo costo para quienes no son de la ciudad y se ven obligados a venir en auto. Si el transporte mejora en calidad y frecuencia, y no se quitan más paradas, es posible avanzar en continuar desalentando el uso del automóvil particular; de lo contrario, será contraproducente”.
Calle San Luis y sus particularidades
En el corredor mayorista de calle San Luis recordaron que el proyecto de restringir el ingreso de vehículos particulares en el área central va en sintonía con una iniciativa que impulsó la Municipalidad en la prepandemia. “En principio, calle San Luis fue precursora en la peatonalización del centro comercial, y eso levantó muchísimo las ventas. Y hace rato venimos gestionando volver a hacer esa experiencia porque fue muy exitosa”, indicó Miguel Rucco, referente de ese polo comercial.
En relación a la logística y traslados, recordó que “la venta mayorista tiene otra idiosincrasia. El comisionista llega a retirar pedidos y el cliente viene a elegir mercadería. Y muchas veces necesitan su vehículo. En calle San Luis hay un sector demarcado entre mayorista y minorista. Lo importante a destacar es que la plaza Sarmiento (Corrientes y San Luis) es un centro de paradas de transporte que recibe la mayor cantidad de gente que llega a comprar en calle San Luis”.
Y destacó que la tradicional arteria “es el mayor polo mayorista de la provincia y uno de los más importantes del interior del país, que recibe gente de localidades vecinas y de otras provincias, y justamente muchas personas vienen con sus vehículos particulares”, recordó Rucco.