A 26 años del siniestro vial de Salta y bulevar Oroño en el que perdieron la vida María Celeste Haiek y Daniela Caruso, diversos ediles en representación del Concejo Municipal descubrieron el jueves una placa conmemorativa en el lugar. “La Justicia olvidó, nosotros jamás”, dice la inscripción como recordatorio a las víctimas de 16 y 22 años y a la lucha de sus familiares, ya que el reclamo no cesa a pesar de la prescripción de la causa judicial y la fuga de Sebastián Pira, el conductor que asesinó a las jóvenes.
La propuesta para colocar la placa fue de la edila María Fernanda Gigliani, quien encabezó el acto junto a la presidenta del Concejo, María Eugenia Schmuck, familiares y otros ediles para recordar que hace 26 años, Pira, de 21 años, conducía su vehículo Ford Galaxy a más de 130 kilómetros por hora por calle Salta y, al llegar a Oroño, atropelló y mató a María Celeste, de 22 años, quien murió en el acto. Daniela, de 16 años, fue arrastrada una cuadra para luego ser arrollada por el mismo automóvil. Luego, el conductor se dio a la fuga.
En el inicio del acto se descubrió una placa sobre el cantero de bulevar Oroño, donde cada año los familiares instalan un pasacalle para recordar a las víctimas. Luego se leyó el decreto que el cuerpo votó por unanimidad y que ordena la colocación de la placa “para que el reclamo de justicia esté siempre presente”.
Una de las sobrinas de Daniela, Luisina Simón, dijo: “Reiteramos lo mismo que venimos diciendo desde hace 26 años. Pira tiene que pagar”.
A su turno, la hermana de María Celeste, Celia, se preguntó: “¿Quién le dio y le da dinero para seguir prófugo?, ¿quién le otorgó el pasaporte? Porque hacen falta contactos y dinero para hacerlo”.
Días después del hecho, Pira se presentó con su abogado en la comisaría 3ª donde quedó detenido. El juez Osvaldo Barbero caratuló el hecho como doble muerte en accidente de tránsito y derivó el caso al juez Edgardo Bistoletti.
El 12 de junio de 1997, Barbero le dictó la libertad condicional y Bistoletti cambió la carátula a doble homicidio con dolo eventual, por lo que según el Código Penal cabría una pena de entre 8 y 25 años de prisión.
Los abogados de Pira apelaron y la Cámara determinó que la muerte de Daniela fue por homicidio simple (con intención) y la de María Celeste por homicidio culposo (sin intención).
El 10 de noviembre de 1997, Bistoletti ordenó la detención de Pira, pero el joven se escapó hacia Israel. Además de estar prófugo allí, se movió por Turquía, Corea y Holanda, donde se radicó y fue detenido el 28 de marzo de 2000 cuando lo interceptaron en el Aeropuerto de Amsterdam. Quedó bajó disposición de un juez neerlandés, quien aceptó que lo extraditaran al país, pero lo dejaron libre hasta que se concretara su regreso. Cuando Interpol lo fue a buscar a la casa en agosto de 2001, Pira otra vez había huido, siendo esta la última vez que lo vieron.
Pira pasó más de la mitad de su vida huyendo y las familias de las víctimas creen que su familia es cómplice de sus evasiones.