Ximena, la nena de 2 años que aún se recupera en el Hospital de Niños Zona Norte tras haber recibido un balazo en la zona del abdomen, no es la primera víctima inocente de la violencia territorial con la que transcurre la vida en los barrios. El 1º de enero fue en La Lata donde un nene de 9 años también recibió un disparo. Tres días más tarde, una adolescente de 13 terminó con un balazo en el abdomen mientras cenaba con su familia y sobre el 20 del mismo mes otra nena de 12 resultó herida en la zona caliente de barrio Tablada. Durante el 2020 el Hospital de Niños Víctor J. Vilela registró por lo menos 21 chicos heridos por arma de fuego. “Los contextos de violencias son complejos, estructurales y previos a la pandemia”, señala el subsecretario de Desarrollo Humano de la Municipalidad, Lucas Raspall, que admite que en el municipio advierten “una escalada de violencia que trepa hasta donde tiene que trepar, y en el medio de esa complejidad también están los chicos”.
Lo que hacía Ximena en la calle durante el cumpleaños de su abuela en la cuadra de Frangollan al 7900 es hacer lo que hacen los chicos en la mayoría de los barrios periféricos: jugar en la calle. Y de hecho, la niña recibe el balazo por estar en la vereda de enfrente a la de la casa de su abuela.
"Así como vimos durante el aislamiento del primer momento de la pandemia, estos son territorios donde los chicos no viven puertas adentro, sino que su cotidianidad es la vereda o el pasillo, y cuando hay disputas y ajusticiamientos en función de las bandas que operan en esas zonas, como leemos en las crónicas, los chicos están en el medio y quedan en fuego cruzado”, agrega la directora de Infancias del municipio, Sonia Colacelli.
Si bien fundamentalmente el municipio interviene en estos casos a través del sistema de salud, que es el que asiste a las niñas y niños víctimas de estos escenarios, tiene además un dispositivo de heridos de arma de fuego que articula a los hospitales Vilela y Carrasco, y a partir del cual se hacen intervenciones, explica Colacelli.
“Decimos que interviene sobre todo Salud porque en el caso de la Dirección de Infancias, tendría intervención de no haber asistencia a esos niños y estos no son los casos, o cuando no hay adultos referentes a cargo de los cuidados de esos niños y no es lo que sucede en los casos de violencia territorial. Así y todo, hacemos intervenciones muchas veces quirúrgicas de acuerdo a la singularidad de cada caso y como municipio logramos tener un buen nivel de articulación de modo de poder acompañar mejor a las víctimas también en estas situaciones”, detalla la funcionaria.
La otra disputa en el territorio
En esa “escalada de violencia" en los territorios lo que exacerbó la pandemia es otra disputa a la que apunta el subsecretario de Desarrollo Humano y es la que dan las organizaciones barriales y los propios organismos del Estado para pelearle a las redes delictivas y de narcomenudeo la atención de los chicos, sobre todo en la segunda infancia y la adolescencia.
En ese punto, Raspall hace hincapié en la necesidad de la "presencialidad" y "las instituciones abiertas" en los barrios para evitar que los chicos se conviertan en los llamados “tiradores", de los cuales muchos niños terminan siendo víctimas.
“Hay otra alarma que se enciende, separada de la franja de los niños que resultan víctimas de violencia y es lo que sucede con los preadolescentes y adolescentes cuando la escuela o las instituciones no están. Porque cuando la escuela no está, están en la calle y las propuestas en las que están inmersos son las propias de la calle y allí mantener las instituciones abiertas es fundamental”, afirma Raspall.
Es que cuando las instituciones están cerradas, “faltan miradas, hay menos ojos y más peligro y de esto se trata cuidar, y por eso es tan importante esa presencialidad", dice en referencia al trabajo que se sostuvo a lo largo de toda la pandemia en los Centros de Convivencia Barrial (CCB).
La disputa es tal y Raspall agrega: “Los propios compañeros educadores lo dicen en esos términos cuando dicen «le estoy disputando con mi propuesta al de la vuelta», que lo que le propone a esos adolescentes es vender falopa".