En sus primeras 24 horas de despliegue en Rosario, los refuerzos de Gendarmería Nacional y fuerzas federales incluyeron al asentamiento Los Pumitas dentro de su zona de control.
Por Lucas Ameriso
Hector Río
Después del estallido. Gendarmes recorren la zona donde una pueblada barrial terminó con búnkeres.
En sus primeras 24 horas de despliegue en Rosario, los refuerzos de Gendarmería Nacional y fuerzas federales incluyeron al asentamiento Los Pumitas dentro de su zona de control.
La zona incluida dentro de Empalme Graneros fue el epicentro de un estallido barrial provocado por la muerte de Máximo Gerez, el nene de 11 años asesinado en una balacera contra un kiosco el domingo a la madrugada. La reacción social, con vecinos autoconvocados que demolieron búnkeres en el barrio también movió las piezas del tablero nacional. A los anuncios que ayer por la mañana hizo el ministro de Seguridad de la Nación, Aníbal Fernández, aen el destacamento 7, le siguieron operativos de saturación, ocupación del territorio, inspección vehicular e identificación de personas.
Ayer por la mañana en la flamante dependencia de colectora de Circunvalación y Newbery, el ministro del área, escoltado por el gobernador Omar Perotti y el intendente Pablo Javkin, puso en funciones los nuevos refuerzos del operativo Rosario: 300 gendarmes y unos 125 integrantes de la Policía Federal que se suman al resto de las agrupaciones y tropas, y totalizarán 1.400.
Tras las declaraciones de los funcionarios, llegó el momento de la acción. Así, para las 17, tercios de unos 50 a 60 efectivos de Gendarmería desembarcaron en colectivo, patrulleros y hasta una tanqueta en la zona de Cabal al 1300 donde la madrugada del domingo una feroz ráfaga de disparos le costó la vida a Máximo y dejó malheridos a dos chiquitos más. La disputa en el terreno de bandas narco hizo que nuevamente un tiratiros llegara hasta allí para abrir fuego.
Luego del estallido barrial con la muerte de Gerez y la conmoción nacional, ayer la tanqueta que dio vueltas por Los Pumitas (en Empalme Graneros) intentó ser una señal de algo parecido a la presencia del Estado. Los gendarmes en hilera marcharon por calles y pasillos fuertemente armados. Y no hubo más hasta que comenzó a caer el sol de otra jornada calurosa.
Voceros del ministerio que conduce Aníbal indicaron que las labores eran parte de lo ya hecho hasta el momento, solo que a partir de ayer el asentamiento se incorporó bajo la órbita de Gendarmería en lo que se denomina zonas de empeñamiento. Estas definiciones se dieron horas después de que el ministro de Seguridad santafesino, Claudio Brilloni anunciara que se comenzó a reforzar el lugar con presencia preventiva de la Unidad Regional II de policía, Policía de Acción Táctica (PAT) y con la brigada policial Los Pumas.
“Estoy recorriendo el lugar en distintos momentos y horarios no sólo para controlar, sino para acompañar al personal. Me encontré con efectivos alertas y con actitudes proactivas. Estamos haciendo algunos ajustes porque es probable que haya alguna modificación, ya que asignaron nuevos recursos de las fuerzas federales”, detalló Brilloni.
El término técnico “empeñamiento” se usa todos los martes, cuando se reúnen autoridades de los tres niveles del Estado y fuerzas de seguridad para definir acciones según el mapa de calor de los hechos más recientes y lo que hayan arrojado las investigaciones de casos policiales.
Lo que indicaron portavoces a este diario es que Los Pumitas tienen en su territorio un operativo “dinámico” de saturación en forma parmanente, pero no con una base fija, sino con horarios rotativos y personal que se renueva. Ayer, estuvieron desde las 17 hasta la medianoche.
Gendarmería efectúa trabajos preventivos de control de personas y vehículos, y está facultado para actuar ante situaciones delictivas, y órdenes judiciales de allanamiento, además de lo que arrojen en materia de información las denuncias que se reciben en la central integrada del 911.
Los Pumitas se sumó al radar de los “bichos verdes”, pero ayer por la mañana también hubo intervenciones en Vía Honda, Ludueña, Santa Lucía y barrio Godoy (justamente donde se hicieron allanamientos por el caso del homicidio de Máximo).
Se está observando con atención la topografía y las construcciones precarias en Vía Honda, porque algunos pasillos muy angostos podrían ser motivo de acción de los ingenieros del Ejército, anunciados por Nación como los responsables de tareas de urbanización.
“No van a permanecer ahí, sino que asistirán todos los días al lugar con la brigada asentada en el destacamento 7”, indico uno de los voceros del ministro al estimar que en Los Pumitas ayer se desplegaron más de 100 efectivos.
Ahora, el asentamiento está bajo control de Gendarmería, cuando antes era responsabilidad de la policía de Santa Fe.
El desembarco “masivo”, con cierta espectacularidad, tiene áreas con “afectación pronunciada y también otras zonas que se mantienen”.
Es decir, patrullaje a pie y control intenso de sectores e individuos. Además, detención de personas con pedido de captura y secuestro de vehículos con orden judicial. Según indicaron, abarca Larrea, Empalme Graneros, Ludueña, Tablada, Industrial, Vía Honda, Triángulo y Moderno, La Cerámica y Cuyo.
“Se piensa como saturación, pero más sostenida en el tiempo”, graficó a este diario un alto jefe de la fuerza federal, y agregó: “Ahora disponemos de un poco más de gente”.
De la ronda de encuentros que ayer protagonizó el ministro de Seguridad de la Nación, Aníbal Fernández, se destacó una reunión con jueces y fiscales del fuero federal.
Así lo narró el juez y camarista Aníbal Pineda. “Fue una reunión de trabajo. Allí le dimos al ministro nuestro diagnóstico, urgencias y necesidades”, indicó para ampliar que también hubo referencia a las comunicaciones en las cárceles federales y las fallas en el control de la calle. “Se avanzó en cuestiones tecnológicas y de la llegada de la delegacíon de la UIF. El problema está en las cárceles. Y además es necesaria la presencia de fuerzas federales para que acompañen en los territorios. Nosotros vemos esa necesidad de un mayor acompañamiento de las fuerzas federales a las fuerzas provinciales”, dijo Pineda.
De nuevo se volvió sobre las falencias y carencias del fuero en materia de estructura. Más de un lustro con el 35 por ciento de los cargos vacantes, y 42 años con los mismos recursos para investigar. El magistrado ponderó los avances para crear los cargos de jueces y fiscales, e implementar el sistema acusatorio en Santa Fe.
Por María Laura Cicerchia