El rector de la Universidad Nacional de Rosario (
UNR), Héctor Floriani, afirmó hoy que "la universidad no tiene que ser una ficha en un tablero electoral" porque "es del conjunto de la sociedad" y bregó por "encontrar un camino de desarrollo sostenible en el tiempo" mediante "acuerdos y políticas de Estado".
En una entrevista con Télam por el 50 aniversario de la UNR, que se celebra mañana, jueves 29, el rector dijo que "la universidad, la región y el país tienen un potencial extraordinario", aunque "nos está costando horrores encontrar el camino".
"Apuesto a caminos más consensuados, no con tanta polarización, que muchas veces es construida -no digo ficticiamente- pero está alimentada. La universidad puede contribuir a esa mirada estratégica que es fundamental", apuntó.
Creada por una ley del 29 de noviembre de 1968, durante el gobierno de facto del general Juan Carlos Onganía, la UNR nació formalmente como un desprendimiento de la centenaria Universidad Nacional del Litoral, de la que hasta entonces dependían sus facultades e institutos.
Para Floriani, "no se explica el peso específico, la trayectoria, el capital acumulado de la UNR si lo referenciamos sólo en este medio siglo; hay otros 49 años previos que en su conjunto dan más cabalmente cuenta de lo que somos hoy".
Con una matrícula de más de 95.000 alumnos distribuidos en 12 facultades, un campus virtual y dos institutos secundarios que ofrecen 63 carreras de grado y más de 100 de posgrado, la Universidad de Rosario ocupa el cuarto lugar en el ranking de las casas de estudio superior de la Argentina.
En su medio siglo de vida formal, la universidad "acompañó y fue causa" de las transformaciones productivas de Rosario, señaló el rector.
"Muchas transformaciones de Rosario aparecen fácilmente asociables a lo que produce nuestra universidad. Rosario es un centro muy relevante en servicios de salud, públicos y privados. Así que me parece que es indisociable eso de la formación de médicos, odontólogos, bioquímicos o enfermeros", sostuvo.
En la actualidad, para la máxima autoridad de la institución académica, lo que destaca a la UNR de otras similares es la existencia "de un polo de desarrollo científico-tecnológico muy relevante", tanto en disciplinas como la bioquímica aplicada a plantas y a la física.
"La universidad no tiene que ser una ficha en un tablero electoral; la universidad pública es del conjunto de la sociedad argentina, no es sectaria".
De origen radical, el rector de la UNR considera que uno de los peores momentos que vivió la institución que mañana cumple medio siglo fueron "los años 1973, 74 y 75" por la existencia de "muchas tensiones, violencia, y una reacción -valga la redundancia- muy reaccionaria que se veía gestar, que se olía, y que era parte de esa violencia que ya se palpaba aún ante del golpe".
"Después, por supuesto, fue nada grato, al contrario, la ausencia de libertades" durante la última dictadura, completó.
En contraposición, Floriani recordó -a título personal- uno de los momentos de esplendor que le tocó vivir en la casa de estudios en momentos de la recuperación democrática y la "primavera alfonsinista".
"Ahora que soy más grande intento apostar al largo plazo", dijo. Y agregó: "tenemos que tener la capacidad de apostar al mediano y largo plazo".
Convencido que "la universidad, la región y el país tienen un potencial extraordinario", aseguró que su apuesta es a encontrar "caminos más consensuados, y la institución que conduce "puede contribuir a esa mirada estratégica que es fundamental, que la sociedad necesita".
"La universidad -continuó- no tiene que ser una ficha en un tablero electoral; la universidad pública es del conjunto de la sociedad argentina, no es sectaria".
En esa línea, sostuvo que "la universidad es un organismo que puede contribuir a generar una cultura de la convivencia" para establecer "acuerdos sobre cuestiones estratégicas, muchos más de los que tenemos, porque ese es uno de los rasgos que hace a un camino de desarrollo en serio".
Para Floriani es necesario construir "políticas de Estado en el tema educativo, en defensa y en producción científica" mediante "acuerdos que deberían estar casi totalmente afuera de la agenda electoral. Deberían ser consensuados, y la universidad puede ayudar a eso", concluyó.