En el último tiempo, el nombre de Ariel García Furfaro estuvo en el centro de la polémica por las más de 90 muertes que se produjeron a partir de un lote de fentanilo contaminado que fue fabricado en diciembre de 2024 en el laboratorio que posee, HBL Pharma. La primera denuncia fue realizada por médicos del Hospital Italiano de La Plata, que detectaron casos de neumonía grave en pacientes internados, pero luego se expandió al resto del país. En Rosario, se registraron 26 fallecidos por este motivo.
El 13 de mayo pasado Anmat clausuró la producción de HBL Pharma. Ahora, hay una causa judicial en curso para determinar la responsabilidad del laboratorio en la mayor tragedia sanitaria que tuvo lugar en la Argentina. En ese marco, el juez federal de La Plata Ernesto Kreplak, a cargo de la investigación, dispuso la ”inhibición general de bienes" de 31 personas vinculadas al directorio de la firma que distribuyó el fentanilo. Entre ellas se encuentra García Furfaro, a quien también le prohibieron salir del país.
No es la primera vez que el empresario se encuentra en el medio de la controversia. Antes de ser dueño de HBL Pharma y tener control sobre Laboratorios Ramallo, fue socio mayoritario de Apolo, un laboratorio cuya sede en la ciudad de Rosario, en barrio Tablada, explotó luego del "sobrecalentamiento de una caldera". Luego del incidente, los directivos fueron juzgados ante la Justicia. Un tiempo después, cambiaron el nombre de la firma y se mudaron a un parque industrial al interior de la provincia de Buenos Aires.
Pero la explosión de un laboratorio en la ciudad de Rosario no es el único hecho turbulento en su pasado: García Furfaro ya sabe lo que es estar bajo la lupa de la Justicia. En 2002 fue condenado por intento de homicidio. Mientras cumplía su condena, se graduó de abogado en la Unidad Penal N° 9 de La Plata.
Por otro lado, el dueño de HBL Pharma es conocido por tener fuertes influencias en el mundo político. Especialmente, se lo vincula con sectores del peronismo, y con el empresario, ahora preso, Lázaro Báez.
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El dueño de HBL Pharma: abogado recibido en la cárcel y con vínculos políticos
En cuanto a los años de prisión de García Furfaro, el 3 de septiembre de 2002 fue condenado a 7 años de prisión por homicidio simple en grado de tentativa contra un empleado de un restaurante de su propiedad, Rafael Francisco Lupa Cayo, a quien roció con alcohol y lo prendió fuego.
Lupa Cayo sobrevivió, pero sufrió graves quemaduras en el 65% de su cuerpo. Por este acto, García Furfaro tuvo que pagar con años de prisión en la Unidad Penal N° 9 de La Plata. Fue allí donde comenzó a estudiar derecho. Al correr de los años, se recibió de abogado en la cárcel.
En cuanto a la política, se lo ha vinculado con sectores del peronismo. En 2024, participó de una reunión con Cristina Fernández de Kirchner. En los últimos días, imágenes del encuentro se viralizaron en redes sociales.
Además, en la pandemia integró una comitiva del Ministerio de Salud de la Nación que viajó a Rusia para negociar la llegada de la vacuna Sputnik V durante el gobierno de Alberto Fernández. En aquel entonces, HLB Pharma proyectaba fabricar la dosis en la Argentina.
En esa misma línea, también se hizo público un vínculo entre García Furfaro y Lázaro Báez. A partir de una investigación de TN se reveló que el dueño del laboratorio coincidía en domicilio legal con TOP Air SA, la empresa de vuelos privados de Báez. Además, se comprobó que visitó al empresario de Santa Cruz al menos dos veces en la cárcel.
El laboratorio que explotó en Rosario
La clausura de los laboratorios HLB Pharma y su planta en Ramallo por parte de la Administración Nacional de Medicamentos y Tecnología Médica (Anmat), después de que se detectara la producción y distribución de un lote de fentanilo contaminado, puso otra vez bajo la lupa a sus titulares: Ariel García Furfaro y Jorge Salinas. Ambos nombres se hicieron conocidos en Rosario después de un oscuro siniestro. En 2016 eran los responsables del laboratorio Apolo, que elaboraba los sueros medicinales que utilizaban hospitales públicos y privados de todo el país.
Una fría mañana de julio de ese año, la caldera del laboratorio ubicado en Alem al 2900 sufrió una explosión por "acumulación de vapor", según indicaron las pericias de Bomberos Zapadores, y salió despedida a gran velocidad y con muchísima fuerza produciendo daños en varios edificios de esa cuadra del barrio Tablada.
Tras el siniestro, la fábrica de sueros no volvió a abrir en Rosario. Sus dueños decidieron mudarla al parque industrial de Ramallo, en la provincia de Buenos Aires, donde se inauguró con un nuevo nombre: Laboratorios Ramallo, el mismo que este martes clausuró la Anmat, junto a HLB Pharma.