La última semana de enero se despide con lluvias y febrero comienza con un escenario de inestabilidad. ¿Qué esperar para el primer trimestre del año? Especialistas aseguran que desde estos últimos días de enero hasta marzo, los valores habituales de precipitaciones se irán recuperando para ingresar en una Niña neutra y el comienzo de un Niño débil. Se esperan lluvias y tormentas "azarosas y aisladas".
"Enero nos deja con acumulados de precipitaciones, hasta el día 22, más de 102 milímetros, una situación que no veíamos desde hace varios años, a raíz de la Niña. Son comparables con el 2022, donde tenemos menos de 600 milímetros en total", apuntó a La Capital la meteoróloga Vanessa Balchunas. Agregó que febrero se presenta como un mes que traerá tormentas "ocasionales y azarosas, que se producen por el aumento de temperatura, acumulación de humedad, vapor de agua y punto de rocío".
"Estas tormentas pueden ser semanales y permiten recuperar acumulados importantes, después de un año donde no la región no superó los 600 milímetros", cuando tiene una media de 1080 milímetros anuales, remarcó. "Y las lluvias no alcanzaron ni a resurgir en temporada, que es el otoño y primavera, pese a que también se esperan valores elevados de sensación térmica producto del retorno de la humedad", precisó.
Una Niña que se aleja
De acuerdo a la explicación de la experta, la Niña retornaría a condiciones neutrales para despedirse hacia el final del verano. "Hay entre un 70% y 80% de que se concrete este alejamiento y que la condición atmosférica comience a tomar otro rumbo", señaló.
No obstante, aclaró que es "poco probable" retornar a una fase de El Niño de manera repentina luego de tres años consecutivos de una Niña. "La probabilidad de que aparezca un fenómeno Niño tiene entre un 50% y un 25% de que ocurra durante el segundo semestre, con lo cual podríamos tener condiciones neutrales a partir del trimestre abril-mayo-junio", explicó Balchunas.
Humedad para los suelos
Más allá de eso, la especialista rescató la importancia de la recuperación de la humedad de los suelos en la zona a partir de la recuperación de las lluvias, a través de estas tormentas de verano. "Estas tormentas aparecen producto del calor y la humedad que, al condensarse y estacionarse en un territorio, generan tormentas diurnas producto del calor ascendente o, de alguna manera, tormentas por encuentros con frentes fríos", precisó.
Este fenómeno atmosférico -añadió- genera tormentas de variada intensidad, con actividad eléctrica y chaparrones intensos y acumulados interesantes que se aguardan para recuperar niveles normales en ríos y bañados de la región y el aporte para la fertilidad de suelos.
"Lo que estamos viendo es un escenario de Niña neutra a Niño débil, que provocará mayores precipitaciones y tormentas, pero aún resta mucho recorrido para recuperar esos valores normales de acumulados", apuntó Jorge Giometti desde el Centro de Monitoreo Meteorológico y Climático (SAT).
"Lo que resta de enero, febrero y marzo se recuperarán de manera gradual esas precipitaciones de manera aislada, pero con tendencia a normalizarse a raíz de la cantidad de eventos que se irán dando, aunque no serán suficientes por el momento para recuperar en el corto plazo las consecuencias de tres años consecutivos de la Niña", remarcó.
"Esta tercera niña consecutiva dejó inconvenientes en varios planos, tanto en la agricultura como en la contribución a grandes incendios en los humedales, pese a que muchos fueron provocados por la mano del hombre. No obstante, esta falta de lluvias también provocó falta de cortafuegos naturales en lagunas y espejos de agua como ocurre en el centro-norte de la provincia, donde la falta de oxígeno provocó una gran mortandad de esa fauna ictícola", abundó.
Las temperaturas de El Niño
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Un dato no menor es que la llegada de El Niño provocaría lluvias, tan necesarias, pero aumentarían otra vez las temperaturas globales promedio. "Sumado al cambio climático, el impacto a largo plazo sería fuerte, con lo cual sabemos que el 2022 fue un año muy caluroso después de 2016 y 2008, de modo habrá que ver si el 2023 y 2024 tienen el mismo panorama", agregó.
Por su parte, el SMN apuntó que "en los últimos 30 días el enfriamiento en el océano Pacífico ecuatorial fue de menor intensidad que en los meses previos. Durante diciembre los vientos alisios en el Pacífico ecuatorial se mantuvieron en promedio más intensos que sus valores normales. El Índice de Oscilación del Sur aumentó su intensidad, quedando con valores acordes a una Niña".
Altura del río Paraná
En cuanto a las perspectivas de la altura del río Paraná, el Instituto Nacional del Agua (INA) indicó que las condiciones son favorables en comparación con los últimos tres años, donde comenzó el escenario de la bajante extraordinaria, con cifras que no se registraban desde 1945.
No obstante, el INA sostuvo que los caudales previstos desde la alta cuenca permiten avizorar que el nivel del río se mantendrá en relativo ascenso. "De acuerdo con la perspectiva meteorológica y los caudales previstos desde la alta cuenca, se sostendrá el ascenso", indicó.
Por lo pronto, la altura del río en Rosario mensurada este viernes era de 0,99 metro con tendencia a subir. De acuerdo a los informes previstos, el curso podría llegar como máximo al 1,65 metro hacia el 7 de febrero, pero aún dista demasiado de la altura media para esta época (3,32 metros).