El constante recambio tecnológico ya se hace sentir en Rosario. Si en 2011 los vecinos entregaron a los centros de distrito municipales tan sólo 400 aparatos informáticos como material de descarte, el 2015 cerrará con una suma superior a los 6.500 CPUs, notebooks, teclados, monitores, mouses, parlantes, impresoras, cables y routers. Desde hace dos años, una cooperativa de emprendedores de barrio Las Flores se encarga de desguazar, reciclar, vender y disponer de toda la basura electrónica que se genera en los hogares de la ciudad. Un circuito que enlaza el cuidado del medioambiente con la creación de puestos de trabajo.
Anteayer y el viernes pasado se llevaron a cabo las últimas jornadas del año en las que la Municipalidad impulsa la recepción de residuos informáticos.
Cada último fin de semana del mes se pone en marcha este mecanismo que funciona en los minimunicipios y en la Dirección de Vectores. Durante esas jornadas, cada vecino puede llevar absolutamente gratuito computadoras e implementos electrónicos vetustos o en desuso. La idea es que las piezas puedan ser recicladas.
El objetivo de esta convocatoria, que funciona desde hace cuatro años en forma sistemática e ininterrumpida, es impulsada por la Secretaría de Servicios Públicos y apunta a reducir el impacto ambiental de estos productos, minimizando la cantidad de materiales que se envían al relleno, particularmente en el caso de estos desechos que contienen elementos de potencial riesgo, como el plomo y mercurio.
La campaña ha venido generando resultados altamente positivos, que corren en paralelo al constante recambio tecnológico que hoy impera en el mercado informático.
En ascenso. En 2011, año en que comenzó la recuperación programada por parte del Estado municipal del descarte de computadoras y electrónica que los vecinos arrojaban a la basura, la cantidad de aparatos se ubicó en los 400.
Al año siguiente trepó a los 3 mil y en los últimos tres años no ha parado de crecer exponencialmente.
Hasta el 18 de diciembre de este año ya se habían contabilizado 6.412 aparatos.
Y la participación de vecinos en llevar los desechos domésticos a estos centros de recepción superó los mil adherentes.
La movida oficial —que busca dar cumplimiento a la ordenanza de basura cero— se complementa con una pata "social" del proyecto. Todo lo que se recepciona en los distritos y en Richeri al 1600 (Dirección General de Vectores) se traslada al emprendimiento Pajarito Remendado, una cooperativa ubicada en barrio Las Flores.
Allí se clasifican, agrupan, desguazan, reciclan y venden todo el residuo que llega a manos de ocho trabajadores que fueron capacitados en este oficio a través de la Subsecretaria de Economía Solidaria, en conjunto con la Secretaría de Ambiente.
En los casos de los desechos que produzcan empresas, fábricas e instituciones de la actividad privada, éstos volúmenes a gran escala de basura informática deben ser desechados a través de dos compañías que cumplen con las normas de certificación provinciales y están en la zona del Gran Rosario.
Allí, y de acuerdo a las ordenanzas vigentes, cada empresario debe asumir el costo de su basura corporativa. Y lo deben hacer a través de un servicio de recolección diferencial.
"La idea es, en un futuro no muy lejano, que este microemprendimiento ubicado en la zona sur y que en la actualidad absorbe todo lo domiciliario, pueda ofrecerles el mismo servicio a las empresas privadas y dar el salto cualitativo con actividad comercial. Han tenido una evolución muy alentadora, ya que comenzaron dos personas y hoy son ocho", destacó la titular de Ambiente municipal, Cecilia Mijich.
En esta cooperativa se reciclan cables, metales, plástico, carcasas, plaquetas y en los casos de algunas computadoras en buen estado, se reinsertan como usadas.
Luego del trabajo de clasificación y antes de su reducción o venta a empresas que reciclan inorgánicos, el municipio identifica y señaliza partes que tienen plomo o mercurio, que se descartan.
"Hoy podemos decir que los residuos informáticos que se recolectan en Rosario son recuperados a través de la economía social y cuanto más vecinos nos acompañen con estas campañas, más personas podrán integrar el microemprendimiento, ya que lo que perciben estos recuperadores van vendiéndolos a chatarreros", explicó la funcionaria.
Así, el auge de lo informático tiene su secuela a la hora de desechar y en la ciudad cada vez se reciclan más monitores y teclados. Nuevos tiempos y más conciencia ambiental.