Francisco Guillén
El último recorrido del mítico 277 fue el del domingo 19 de agosto, cuando entre las 9 y las 18 el coche color amarillo completó varias veces su recorrido por calle Wheelwright, desde Presidente Roca hasta Balcarce, de ida y vuelta, siempre con sus asientos completos.
Desde entonces, los miembros de la Asociación Amigos del Riel están gestionando ante el Ente de la Movilidad y la empresa de transporte urbano de pasajeros Semtur que el coche pueda circular, por lo menos, una vez al mes.
"Es una pena que el vehículo, completamente acondicionado y funcionando, permanezca guardado en un galpón", señaló el uno de los referentes de la asociación, Carlos Fernández Priotti.
Según indicó, la ausencia del tranvía turístico durante estas vacaciones de verano no está relacionada con una cuestión climática, sino de presupuesto. "Lo que nos dijeron desde el municipio es que no tenían dinero para costear el traslado del coche desde el galpón de la línea K hasta las vías de calle Wheelwright", explicó.
Así, el tranvía 277 lleva cinco meses guardado en las cocheras del troley, en Mendoza y Circunvalación. Desde allí, subido a una bandeja fabricada ex profeso, un camión semirremolque lo lleva y lo trae cada vez que el coche se pone a circular.
El legendario coche 277 del tranvía histórico comenzó a circular en forma regular por la costa central rosarina el 25 de mayo de 2015. Desde entonces se convirtió en una atracción tanto para locales como para turistas y los recorridos se repitieron durante los feriados nacionales.
Los amigos del riel esperan que el coche pueda volver a ponerse en marcha en los próximos feriados nacionales de carnaval, el 4 y 5 de marzo.
Una alternativa
Fernández Priotti recordó que en varias ocasiones presentaron a los funcionarios del municipio una alternativa para evitar remolcar el vehículo desde la zona oeste hasta el centro de la ciudad.
"Antes que terminara la reconstrucción —indicó— propusimos a la Semtur la construcción de un galpón para guardar el coche en alguno de los galpones ferroviarios de la zona de la costa". Según indicó no se necesita más que un sitio seguro, sin mucha superficie, con una fosa para las inspecciones de rutina y algunas herramientas.
De esa forma, consideró, se podía evitar el traslado de la unidad, ya que sólo sería necesario extender unos metros las vías hasta el galpón. Sin embargo, se decidió que el coche permaneciera en los depósitos de la K.
Una vuelta al tiempo
La línea 15 de tranvías eléctricos dejó de funcionar en 1963. La recuperación y puesta en marcha del coche 277 se presentó como un homenaje al transporte público rosarino, siempre ligado a la historia de la ciudad.
La reconstrucción comenzó en los 80 cuando miembros de la Asociación Amigos del Riel encontraron su estructura abandonada y llena de herrumbre en la costa del Paraná, en la localidad de Villa Gobernador Gálvez. Los trabajos para recuperarla se iniciaron en esos días.
Los tranvías se armaron en carroceras locales a fines de la década del treinta. Sus rasgos distintivos eran: diseño elegante, carrocería totalmente metálica, asientos tapizados en cuero, pasamanos cromados y luces semiembutidas en el techo. Durante más de medio siglo, fueron el principal medio de transporte público. En los coches amarillos se desplazaban en forma cotidiana por estudiantes, trabajadores, niños y adultos.
Todo el trabajo de recuperación del coche se realizó en los galpones de la línea K, con el apoyo del personal de la Semtur y del Ente de la Movilidad. El trabajo quedó terminado en 2014, cuando el coche volvió a rodar por avenida Wheelwright y un año después empezaron los recorridos turísticos de los días feriados.
Por Claudio Berón