El abogado Francisco Iturraspe, sobrino del extinto juez de Instrucción Raúl Iturraspe, declaró como testigo en la causa que investiga el crimen del dirigente peronista y bioquímico Constantino Razzetti que “Luis Rubeo (padre) integraba la Triple A con la patota del Sindicato de la Carne y en esa época todo el mundo sabía que el crimen de (Constantino) Razzetti fue hecho por la Triple A”.
Por su parte Carlos Razzetti, el hijo menor de Constantino que lleva adelante la querella, expresó ayer a La Capital que “la declaración testimonial de Francisco Iturraspe es muy importante porque ratifica el pánico que tenía su tío, el juez Raúl Iturraspe, quien cuando lo fui a ver después del crimen de papá me dijo: «Pibe, te aconsejo que te corras de esta causa porque es un fierro caliente y yo por un sueldo no me juego el pellejo». Entonces le reputeé y no lo vi nunca más”.
Asimismo, Francisco Iturraspe reveló en su declaración judicial que su tío, el juez Raúl Irurraspe, había recibido en los días posteriores al crimen de Constantino Razzetti la visita del coronel Jorge Osinde, jefe operativo de la Triple A, junto a varios custodios. En este sentido, Carlos Razzetti abundó que “en realidad Osinde no vino a hablar con el juez Iturraspe sino que vino a apretarlo, por eso el juez tenía terror, no investigó nada y el expediente, que apenas sumó 138 folios, estuvo archivado 32 años. Mi papá había presentado un hábeas corpus en la Justicia Federal de Rosario porque tenía miedo por la cantidad de compañeros que habían sido asesinados y desaparecidos, pero el juez de ese fuero no aceptó el pedido, a pesar de que fuerzas de seguridad habían hecho un allanamiento totalmente irregular en casa, hasta que finalmente la Triple A mató a mi viejo en la madrugada del 14 de octubre de 1973, frente a nuestra casa de San Lorenzo 2674”.
En otro párrafo de la declaración testimonial, Iturraspe reveló que “un día de 1973 mi tío me citó a su despacho, tenía pánico por la causa Razzetti y por lo que pasaba en esa época, y era tanto el miedo que tenía que en medio del juzgado me dio un revólver para que me defendiera y me dijo: «Vos estás en una lista de la Triple A. Andate de Rosario por un tiempo. Dejate de joder con defender a presos políticos porque te van a matar»”. En este punto, Razzetti declaró a este diario: “¿Cómo un juez penal le dio un arma a su sobrino amenazado por la Triple A en vez de asignarle una custodia, cuando tenía posibilidades de hacerlo? Evidentemente no lo hizo porque sabía que esa custodia no habría sido efecitva”.
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Marcelo Bustamante/La Capital
Consultado sobre los crímenes de la Triple A como una de las expresiones del Terrorismo de Estado, Razzetti reveló que “acá siempre hubo dos proyectos de país: uno al servicio de las multinacionales y los grupos concentrados y otro de un crecimiento más independiente. Por eso existieron el Plan Cóndor y el Plan Conintes (Conmoción del Orden Interno). Y por eso entre 1973 y 1976 la Triple A cometió unos tres mil crímenes en nuestro país. Y de esas tres mil causas judiciales la del crimen de mi papá es la que más avanzó, a pesar de lo cual hace 50 años que sufro impunidad y negación de justicia provocadas por el narcojuez (Marcelo) Bailaque y por el bufón de (el fiscal federal Adolfo) Villate. Esos tres mil crímenes anticiparon el genoma del golpe de Estado y provocaron el clima para que la sociedad dijera «Por fín vienen los militares a poner orden». Y los militares con sus amigos civiles hicieron el saqueo sistemático del país. A esos tres mil dirigentes los mataron porque se daban cuenta de lo que iban a hacer, un robo que no podrían haber hecho con esos tres mil dirigentes”.
Sobre el medio siglo de impunidad que arrastra la causa del crimen de su padre, Razzetti advirtió que “el asesinato de mi padre está totalmente probado en sede judicial y administrativa que fue cometido por la Triple A, cuyo jefe logístico en el sur de Santa Fe era Luis Rubeo (padre), pese a lo cual el juez Bailaque asegura que los crímenes de la Triple A en Rosario comenzaron 25 días después del asesinato de papá, a pesar de todas las pruebas presentadas. Yo pedí el congelamiento, no el embargo, de los bienes de Luis Rubeo (padre) hasta que se determine si la familia participó del crimen de mi padre para no cargar los costos en las arcas del Estado, que por otra parte tampoco paga ni cumple con los compromisos establecidos en la legislación nacional y en tratados internacionales, según los cuales debería haber reparado el daño causado por la represión estatal a las víctimas del Terrorismo de Estado, que son justamente crímenes de lesa humanidad por la participación del Estado”.