Por Daniel Leñini
"Estamos frente a una de las devaluaciones más brutales después del 2001 y la verdad es que no podemos cerrar una sesión de este cuerpo como si nada", planteó Monteverde, y dirigiéndose a los presentes en el recinto, público incluido, exclamó: "Estos tipos no nos van a dejar país".
"Diríjase al presidente", le exhortó, precisamente, el titular del Concejo, el macrista Alejandro Roselló mientras López Molina, entreviendo lo que se despertaba, comenzaba a moverse como para levantarse de la banca. Monteverde, que lo tenía a tres sillas de distancia, apuró la provocación: "Aquí hay uno que casi no participa de la sesión y se la pasa con el celular", dijo.
Sin medias tintas, le espetó: "Cobrás 90 lucas, López Molina, rata, y con lo que valen tus zapatos viven tres familias", mientras el macrista ya ganaba uno de los laterales seguido por sus compañeros y no pocos le recordaban a Monteverde que él también cobraba la misma cifra. Con Roy se fueron Renata Gigliotti, Agustina Bouza, Germana Figueroa Casas y Agapito Blanco. Mientras, permanecieron sentados Anita Martínez, Gabriel Chumpitaz y Carlos Cardozo.
"Opiná de lo que está pasando en el país, López Molina, no te escondás", siguió a los gritos Monteverde. "Lo están destruyendo y no tenés la valentía de quedarte a debatir. Se creen los dueños de los votos pero el año que viene no los va a votar nadie", pronosticó.
"Acá se va a hablar con respeto", le recriminó de nuevo Roselló desde el alto pupitre de la presidencia. "Y yo pido que usted renuncie, señor presidente, porque este es el tipo de democracia que proponen el PRO y Cambiemos", le retrucó Monteverde.
A esta altura, la sesión ya era para una obra de Fellini.
Monteverde se envalentonó tanto presumiendo el protagonismo que en efecto terminó ganando, que a continuación tuvo un mal paso. O una desdichada frase. Hablando de los sufrimientos de la población y seguramente recordando los tristes episodios de 2001, avisó: "Cuando la gente venga a prender fuego este edificio, yo voy a estar con la gente y con la nafta". Y culminó: "Hagamos algo, no le entreguemos la ciudad y la provincia a estos delincuentes que hacen que los ricos sean cada vez más ricos y los pobres cada vez más pobres".
A partir de ahí, hicieron fila para contestarle. Chumpitaz, Ana Martínez y Cardozo: "Te pedimos que te retractes; lo del bidón tampoco fue feliz".
Nafta
También habló la kirchnerista Marina Magnani: "A propósito, la nafta, con su ajuste semestral, noto que fue de los productos que más aumentó", chicaneó. "Y las metalúrgicas, estoy leyendo, no pueden comprar hierros y otros insumos por las maniobras especulativas. La cuestión de fondo es gravísima en el país, responsabilidad de quienes lo gobiernan".
Fernanda Gigliani (Iniciativa Popular) consideró que "el escenario de tristeza que hoy reina en el país no debe llevarnos a encerrarnos e insultarnos entre nosotros" y opinó que "tenemos que ser maduros, el escenario electoral del año que viene no es algo que deba discutir este Concejo".
Norma López (Frente para la Victoria) planteó: "No me voy a unir a la antipolítica. El dólar cerró a más de 40 pesos y en locales no se está vendiendo aceite ni harina, además de que impacta en los salarios. Esta enorme transferencia hacia los sectores más ricos no sabemos cómo va a terminar. Me llama la atención que concejales de Cambiemos, que acompañan las políticas de postergación y ajuste, hoy se muestren preocupados por los términos que se escucharon en el recinto".
Eduardo Toniolli (Movimiento Evita) dijo que "se está pasando un momento complejo y no nos vamos a asustar por una palabra más o menos. Aquí hay un agente provocador profesional en las redes como es el concejal Cardozo, que en el recinto se hace más el mansito. Hay que hacerse cargo de lo que uno hace, no nos victimicemos", pidió.
El cierre lo dio Agapito Blanco, que luego de acompañar a Roy volvió al recinto y a su banca. La rapidez y el tino del presidente del cuerpo, Roselló, seguramente lo salvó de los insultos y de que la sesión se extendiese en su contra. Blanco había empezado su discurso, explicando cuando "hieren y lastiman las adjetivaciones" y anunciando que en adelante iba a repetir la actitud de levantarse cada vez que advierta una agresión. La disgresión lo llevó a pronunciar una última frase casi imperdonable: "Y sino, preguntémonos qué pasó cuando a un militar golpista lo elegimos presidente", planteó.
"Se levanta la sesión", ordenó el presidente Roselló rápido de reflejos.
"No les entreguemos la provincia y la ciudad a estos delincuentes que hacen que los ricos sean cada vez más ricos"
Juan Monteverde (Ciudad Futura)