La presidente del Concejo Municipal, Daniela León, entregó hoy diplomas de honor con el objetivo de destacar y promover las acciones sostenidas por los que trabajan para superar las barreras educativas, sociales y deportivas en el
Día Mundial del Síndrome de Down.
La ceremonia tuvo lugar esta mañana en el recinto de sesiones del Palacio Vasallo, y fue presidido por la autora de la iniciativa y titular del Palacio Vasallo, Daniela León, quien entregó las distinciones a Facundo Barrio, Tomás Espinoza, Paula Grenat, Paulina Pons, y Lorena Vázquez, esta última en representación del grupo "Locas de Amor".
Luego señaló que "las caras conocidas que se observaban en el recinto de sesiones, personas luchadoras que se destacan día a día en los distintos ámbitos y nos brindan su ejemplo, todos con el propósito de la inclusión".
Por último la presidenta del Concejo Municipal expresó: "Hoy vamos a homenajear a quienes tienen un rol participativo en nuestra comunidad, que han logrado superar adversidades y se desarrollan exitosamente en los ámbitos educativos, deportivos, artísticos, entre otros. Cada uno de ellos nos brinda un ejemplo desde el lugar que les toca transitar, como profesores, como voluntarios, como deportistas, como estudiantes y artistas, como hermanos, como madres, pero todos con un mismo propósito: la plena inclusión".
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Daniela León junto a Facundo Barrios y su mamá
Las distinciones
Cristian Dalonze, por su trabajo inclusivo como profesor del Ballet Folklórico Distinguido de la ciudad de Rosario "Atahualpa", de la Asociación Padres por la Igualdad Rosario (APPLIR). El grupo integrado por jóvenes con discapacidad es un espacio de consolidación permanente de lazos para la inclusión, a través del arte, promoviendo la identidad cultural argentina y por constituir un exponente artístico rosarino único.
Pablo Silva, por su integración en el año 2016 al Ballet Folklórico Distinguido de la Ciudad de Rosario "Atahualpa" de APPLIR, donde su condición de voluntario no le impide trabajar con responsabilidad, demostrando amor por su tarea y respeto hacia los jóvenes e Institución.
Facundo Barrio tiene 6 años y a sus 45 días de vida le diagnosticaron Síndrome de Down, por superar cada día diferentes barreras deportivas y educativas que aun existen en nuestra sociedad para las personas con discapacidad. A sus nueve meses comenzó natación en el Complejo. Desde ese momento, concurre dos veces a la semana. Él comenzó desde muy temprana edad a participar de nados nocturnos, en la Laguna Melincué, en el Lago Colon, Buenos Aires y participó del nado de aguas abiertas en el Río Paraná. Este último año, entrenó para la peregrinación por el Rio Paraná desde Arroyo Seco a San Nicolás. Con sólo seis años supera cada día diferentes barreras deportivas y educativas que se le presentan, siendo un ejemplo de perseverancia para la sociedad toda.
Tomás Espinoza tiene 11 años y nació con Síndrome de Down, por ayudar en la plena inclusión de Laura y Evelyn a su familia y por brindar amor y contención a sus hermanas. En el año 2013, sus padres adoptaron a dos niñas hermanas, ambas con síndrome de down. Muchos profesionales en este camino de incorporarlas a la familia de Tomás, dijeron que iba a ser contraproducente para él y que le provocaría un retroceso. Tomás recibió con profunda felicidad a sus dos hermanas y las amó desde el primer día, expresan sus padres. Una de sus hermanas, es ciega y Tomás fue su mejor estimulación para los avances que ha alcanzado.
Paulina Pons nació el 29 de julio del 2001 y le diagnosticaron Síndrome de Down, por demostrar con sus acciones que no hay barreras que se impongan en la vida de una persona con discapacidad cuando hay amor y voluntad por superarlas y por dar un ejemplo de inclusión para la sociedad toda. Con poca esperanza de vida, los médicos erróneamente determinaron que no iba a caminar, no iba hablar ni tampoco hacer una vida normal. Desde ese momento, ella demostró que sí se puede y atravesó muchos obstáculos, cirugías, centros terapéuticos, escuelas y una sociedad en muchos aspectos sin conciencia acerca de la inclusión. Comienza en 2017 el 2º año de la secundaria, va a la academia, estudia teatro, baila en las Colectividades, hace telas, natación y actualmente está organizando su esperada fiesta de quince años.
Paula Aimé Grenat tiene 21 años y con solo 11 días de vida comenzó estimulación temprana luego del diagnostico de Síndrome de Down, por superar barreras que se le presentaron a nivel educativo para la efectiva inclusión de las personas con discapacidad y por ser un ejemplo para las niñas y niños que comienzan su etapa escolar. Hizo jardín maternal en su barrio, con maestra niveladora que la acompañó adaptando los contenidos curriculares a lo largo de la primaria y la secundaria. Hizo la primaria en la Escuela Provincial Nº 134 y la secundaria en la Escuela Nicolás de Tolentino, siendo todo un desafío para la institución educativa ya que fue la primera joven con síndrome de down en culminar la secundaria, con todas las materias y horario completo. Fue elegida como la mejor compañera en su último año de escuela. Ella mediante su ejemplo demostró que se puede aprender en la diversidad, abriendo camino para otras niñas y niños con discapacidad, demostrando que solo se deben respetar sus tiempos de aprendizaje. Actualmente, estudia un terciario en informática en el Centro Universitario Rosario Inclusiva (CURI).
Grupo de Madres Locas de Amor, por visibilizar con cada una de sus acciones la temática de la discapacidad. Ellas comenzaron con el propósito de visibilizar los diferentes obstáculos que superan sus hijos con discapacidad de forma constante para alcanzar una efectiva inclusión en todos los aspectos de su vida. Se encuentra conformado por veintidós padres que buscan alcanzar el disfrute de una vida plena y digna, en condiciones que aseguren su dignidad, fomenten su autonomía y faciliten su participación activa en la comunidad y su goce pleno de todos los derechos humanos y libertades fundamentales en igualdad de condiciones con las demás personas.