La llegada de Leda Bergonzi a Chile no pasó desapercibida. La mujer de 44 años, a quien se le atribuyen poderes de sanación y se convirtió en un verdadero fenómeno religioso, reunió a más de 15 mil personas en el país vecino, que aguardaron bajo el sol y expuestas a las altas temperaturas para recibir su bendición. La convocatoria, gestionada por una chilena que visitó a Leda en Rosario, fue más grande de lo esperada y hubo desbordes en la organización.
Durante los últimos meses, personas de distintos puntos del país llegaron a Rosario para participar de las reuniones de Soplo de Dios Viviente. De la Catedral, pasando por Pichincha, la Rural y hasta el Salón Metropolitano, el 2023 de la "sanadora" rosarina fue vertiginoso y se augura un año similar. Por lo pronto, estuvo en Chile, donde encabezó dos jornadas multitudinarias, el sábado 6 y el lunes 8 de enero.
Miles de personas enfermas, adultos mayores, niños y bebés esperaron por horas, incluso noches, para poder ingresar a las ceremonias y estar cerca de la mujer a la que le atribuyen milagros. La comitiva de Soplo de Dios Viviente estuvo en el Templo Votivo de Maipú y la Gruta de Lourdes en Quinta Normal, Santiago de Chile, donde fue muy bien recibida. Hombres y mujeres llegaron de Chillán, Concepción, y distintos puntos del país, y hasta hicieron vigilia durante varias noches.
Medios chilenos calculan que entre las dos jornadas Leda convocó alrededor de 15 mil personas. Además de las críticas que recibió por sus dichos sobre el origen del cáncer, que provocó el repudio de la comunidad médica y hasta del Arzobispado de Rosario, también quedó bajo la lupa la organización de ambos eventos.
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Lo cierto es que hubo varios desaciertos en la previa al ingreso a las ceremonias. Josefina Valdés Muñiz, periodista del medio chileno CHV Noticias, contó a La Capital que ambos días concurrió más gente de la esperada. Quienes rodean a Leda habían previsto alrededor de 3 mil personas para el primer día y el número se superó ampliamente. Los fieles recibían pulseras, dependiendo la gravedad de su enfermedad, y así obtenían prioridad a la hora de recibir la bendición.
Sin embargo, los números repartidos llegaban hasta el 4 mil y se calcula que hubo alrededor de 6 mil personas. Es decir, unas 2 mil no lograron obtener su turno y esto generó malestar entre los presentes. Fue tanto el enojo, que hasta los Carabineros debieron intervenir para contener la situación. Aún así, Leda se quedó "a recibir a todos".
El sábado las nubes habían disimulado el calor, que para el lunes era insoportable. La segunda jornada fue mucho más conflictiva que la primera. El termómetro marcaba más de 30 grados y llegaron alrededor de 10 mil personas. Como era de esperarse, una vez más se desbordó la convocatoria.
"Lo que vi fue inhumano. No era la fila de un recital, con jóvenes que van a ver al cantante del momento, era gente con enfermedades graves esperando con ese calor. Tendrían que haber dado algún tipo de implemento para poder atravesar la jornada", cuestionó Valdés Muñiz.
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Ante este escenario, los municipios de las dos ciudades proporcionaron paramédicos y guardias para repartir agua. Además, denuncian que los baños químicos tampoco fueron suficientes.
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Video gentileza de Radio Bío Bío
Las autoridades argumentaron que Soplo de Dios Viviente no les informó con anterioridad qué tan masivo iba a ser el evento, por lo que no se logró diagramar el operativo. "Había gente que tenía mucha sed y hambre. Es tanta su fe y la creencia de que Leda podía sanarlos que les daba lo mismo esperar al sol y terminaban desmayándose", detalló la periodista.
Por su parte, Marta Sepúlveda, la mujer que gestionó la llegada de Leda, le puso paños fríos a la discusión. "La verdad es que siempre va a haber una persona que se desmaye, las personas que han ido a Rosario, siempre hay una descompensación porque no estamos con personas que 100% sanas, nosotros sabemos que los que vienen son personas que realmente necesitan salud", indicó y subrayó la masividad de la convocatoria.
"Estamos muy emocionados, felices, sabíamos que iba a venir harta gente, pero nunca nos imaginamos la gran magnitud de personas que iba a venir, esperamos estar hasta la hora que Dios nos tenga programado", señaló.
En busca de un alivio
"Vine por el Parkinson que tengo. Espero de ella la sanación, por eso estamos sacrificándonos en esta fila", relató una mujer a la radio BioBioChile. "Estoy enfermo del lado izquierdo de mi cuerpo. He visto videos de ella y la verdad que nos dio bastante fe como para poder venir", comentó un hombre. "Vengo con toda la fe que voy a salir salvo", agregó otro de los asistentes.
Los testimonios se repiten, como en cada convocatoria realizada por la mujer, ama de casa y madre de cinco hijos. Las más de 15 mil personas que se acercaron a conocer a Leda en las dos misas que encabezó en Chile fueron en búsqueda de una respuesta para sus dolencias y pesares, de un alivio para sus males.
Como es sabido, el sistema de salud chileno es privado y muy costoso. Muchas familias aseguraron a la prensa que ante la imposibilidad de poder pagar sus tratamientos médicos, Leda era "la última opción". La fe y la esperanza fueron más fuertes que las condiciones adversas, y nada doblegó a los fieles que aguardaron horas para recibir su bendición. Ni siquiera la organización, que dejó mucho que desear.