Desde julio de 2021 las personas no binarias pueden tener un DNI acorde a su identidad de género. La medida implicó la incorporación de la nomenclatura “X” (que se suma a la “F” de femenino y la “M” de masculino) como opción a la hora de consignar el género. Este fue un paso más en la lucha colectiva y contribuyó a que los datos del censo arrojaran esta cifra.
"Es una identidad que está disponible y que se definió que sea la letra X la que la marca. Pero la identidad no binaria es mucho más que una letra en un DNI y discute precisamente con el binarismo sexogenérico que nos divide histórica y tradicionalmente entre varones y mujeres. Viene a interpelar ese binarismo que trasciende a una letra y que tenemos instalado en nuestro pensamiento, en nuestra estructura mental, en nuestra manera de ver y de comprender el mundo", precisó Rovetto.
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Argentina fue el primer país de la región en reconocer identidades más allá de las categorías binarias de género en los sistemas de registro e identificación.
Según el Censo Nacional, en porcentaje, la provincia con mayor representación de población no binaria resultó ser Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur, con un 0,09% de la población no binaria. La siguió Neuquén, con 0,04% de la población, la ciudad de Buenos Aires, Jujuy, Tucumán y San Juan con un 0,03%. Por su parte, Chaco y La Pampa arrojaron un 0% de población no binaria en su territorio.
Eliminar los prejuicios
Son muchos los prejuicios que hay en la sociedad sobre las personas no binarias. En ese sentido, hay varias dudas que aclarar. Uno de los errores más comunes es creer que la identidad no binaria es un tercer género y que debe ser estático. "Existen modos de sentirse, de estar, de identificarse, que también son dinámicos y que pueden cambiar a lo largo de la vida", señaló la especialista de la UNR.
Además, aseguró que así como el género no define a una persona, tampoco lo hace el pronombre con el que es mencionada. "No nos alcanza con saber el pronombre de alguien para saber cuál es su género, ni siquiera con saber su género para poder deducir cuál es su pronombre", argumentó y sostuvo que en esos casos siempre es clave antes de dirigirse a cualquier persona, tanto grandes como chicas, preguntarle con qué pronombre quiere ser llamada. No siempre las personas no binarias se identifican con el pronombre neutro, por ejemplo.
"Esto permite alojar esas otras identidades que están en proceso de construcción, que pueden ir cambiando y que necesitan una sociedad que las aloje, que les dé la bienvenida, que las pueda contener y nombrar", agregó.
Otro prejuicio está asociado al aspecto físico que, según el imaginario colectivo, "deben" tener las personas no binarias. Se espera que sean andróginas y que no manifiesten ningún rasgo ni de masculinidad ni de feminidad. Esta lectura se hace en términos binarios y no necesariamente debe ser así. Rovetto llama a "despojarse de tener que identificar rápidamente a los cuerpos con algún género determinado".
No es una moda
Cuando se difundieron los datos sobre la población no binaria, en las redes sociales hubo gente que cuestionó la inclusión de la pregunta sobre la identidad de género porque "son muy pocos" en el total de la población. Lamentablemente, muchos consideran que las identidades de género "son una moda" y que aparecieron con la última ola feminista. Sin embargo, esto no es así.
"Lo que pasa es que en esta contemporaneidad pueden ser nombradas, vistas, contenidas, contempladas, escuchadas, algo que no pasaba anteriormente. Personas no binarias hubo a lo largo de toda la historia de la humanidad, sin embargo fueron silenciadas e invisibilizadas. Además, no había una normativa que las contuviera", expuso la secretaria del Área de Género y Sexualidades. Ahora pueden expresarse, ser contabilizadas e incluso acceder a un DNI con una letra en particular que las mencione y las identifique.
Rovetto instó a volver siempre a la ley de Identidad de Género porque es la guía más clara para pensar estas cuestiones. Consideró que las leyes vigentes en el país "son muy avanzadas" y respondieron a demandas sociales muy importantes. "Ahora lo que falta, y mucho, es que todas las instituciones sociales, las organizaciones sociales y los espacios que habitamos se adecúen a esa ley. Para eso también tenemos una ESI (ley de educación sexual integral) que tiene que acompañar todos estos procesos", desarrolló.
Por último, la experta insistió con la necesidad de tener en cuenta que todas las identidades "son un proceso con mayores o menores grados de tensión, de inseguridad, de contradicción, de dudas". "Lo más satisfactorio es cuando la identidad puede ser nombrada, hacernos sentir cómodas, cómodes, cómodos, cuando podemos estar a gusto con la identidad que elegimos y también podemos experimentar cambios a lo largo de nuestra vida porque es un proceso continuo, fluido y dinámico", concluyó.
En primera persona
Milena, o Milsi, tiene 25 años, estudia medicina, es una persona no binaria y decidió conservar el nombre que le puso su mamá porque le gusta y no le molesta que pueda ser asociado al género femenino. Se identifica con pronombres neutros pero no le incomoda que usen otros, siempre que sean usados en un contexto amigable y no hostil. "Puedo diferenciar cuando alguien está usando pronombres femeninos porque no tiene en cuenta mi identidad de género o cuando simplemente percibe que yo me siento cómoda con cualquier pronombre", contó a La Capital.
No obstante, admite que a veces adopta otros pronombres “para adaptarse a distintas situaciones sociales, en la calle o en la facultad, para evitar situaciones contraproducentes”.
Milsi tenía 20 años cuando "cayó en la cuenta que lo que ella tenía era solo un nombre y que se identificaba como persona no binaria". Aunque cuenta que desde los cinco años sentía que no encajaba “ni en el género que le habían asignado al nacer ni en el otro”.
Para Milsi es "muy importante" que el género no binario sea reconocido en los DNI y haya sido una categoría del censo. "Contribuye a la visibilidad, a que se note que realmente existen las personas no binarias y han existido a lo largo de la historia, aunque recién ahora se está empezando a tener en cuenta", marcó. Además, espera que quienes no estén familiarizados con las identidades de género puedan acercarse y dedicarle un rato a conocerlas.
También enfatizó que si bien el censo permite sondear cuántas personas no binarias hay en el territorio argentino, "probablemente haya muchas que no lo hayan admitido porque como sociedad nos falta un montón para evolucionar".
La principal demanda de las personas no binarias, para Milena, es el trabajo. "Me parece lo más urgente y después una buena capacitación en género en cargos públicos y privados", indicó. Y remató: "La mayoría de las personas no binarias no tienen empleo y si llegan a tenerlo están en el closet haciéndose pasar por cisgénero (femenimo o masculino) para no tener problemas".
No solo las personas no binarias mayores de edad pueden solicitar el nuevo DNI. Matías es un adolescente de 14 años que en plena pandemia le comunicó a su familia que no se sentía cómodo con el género que se le había asignado al nacer. Les pidió que lo llamaran Matt y que utilizaran los pronombres “él o elle”. Desde entonces su mamá Lali, su papá Marce y su hermano mayor Juan lo acompañaron en el proceso.
Hace un año les comunicó que encontró la respuesta a lo que estaba sintiendo, a lo que le pasaba y pensaba y les dijo que se sentía una persona trans no binaria. En ese momento comenzaron a hacer los trámites necesarios para la rectificación de la partida de nacimiento. “Nos demoró casi un año, porque Mati es el primer menor de edad que solicitó el DNI no binario en Santa Fe. Hasta ahora lo venían solicitando todos mayores”, narró su madre.
“Ya tenemos su partida de nacimiento y su DNI rectificados. Es como un renacer. Matías, con sus 14 años, es referente de otros adolescentes y nosotros como familia también. El acompañamiento de la familia es fundamental. Ningún niño, niña o cualquier persona debe transitar estos momentos de búsqueda, de incertidumbre, hasta de un poco de tristeza, sin personas que lo acompañen, que lo abracen, que lo quieran, que lo escuchen”, cerró.