En abril del año pasado, el abogado ambientalista Enrique Augusto Zárate encargó dos estudios (supervisados por escribana) en dos verdulerías rosarinas, cuyos resultados analizó el laboratorio de la Bolsa de Comercio. En algunos casos, los valores de agroquímicos encontrados superaron el límite máximo residual (LMR) establecido por el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa). Fue el caso de la cipermetrina, un insecticida hallado en rúcula y en lechuga (alimentos que se consumen sin cocinar) con valores por encima de los considerados como inocuos (se encontraron 0,011 mg/kg. en rúcula y 0,012 mg/kg. en lechuga, cuando "por defecto" sus valores seguros no deben superar 0,01 mg/kg.). Además, la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA) tiene clasificado a este producto como altamente tóxico en peces y abejas y como "posible carcinógeno humano".