"Yo tengo tres dosis pero no me vacuno porque escuché que hay mucha gente con trombosis". "A mí no me agarran más: me dijeron que las vacunas traen arritmias y problemas de corazón". "Basta me cansé, ya tengo tres vacunas, ¿cuántas más me voy a poner? Esto es todo política".
Las frases cargadas de dudas y posturas conspiranoicas se siguen escuchando incluso cuando los casos de Covid aumentaron en una semana un 300 por ciento y cuando a las claras, y sin estudios epidemiológicos en mano, las internaciones con intubación incluida, la falta de camas en terapia y las muertes de comienzos de la pandemia cesaron tras las intensas campañas de vacunación. Solo en Rosario ya se aplicaron 3 millones de dosis.
Pero además hay datos nuevos y tan bajoneantes que echan por tierra con toda alegría mundialista: la variante del SARS-CoV-2, causante de la enfermedad COVID-19 que circula en el mundo y en Argentina en este momento es la Omicron BQ.1, tan contagiosa, que su transmisibilidad se asemeja a la del sarampión y se calcula que cada paciente que la contrae está en condiciones de contagiar a 15 más.
Entonces, ¿por qué no vacunarse cuando aumentaron tanto los casos? ¿Por qué no ser parte de los mil vacunados por día que se están registrando en Rosario en múltiples lugares de vacunación? ¿Por qué no cuidarse y cuidar al resto de la población? ¿Por qué no echar mano al barbijo si viajamos en transporte público o estamos en reuniones masivas o lugares poco ventilados?
El coordinador del área de Epidemiología de Salud Pública del municipio, infectólogo y clínico, Matías Lahitte, detalla con datos que surgen de la investigación ("y no de lo que dicen o me contaron"), por qué las vacunas son "eficaces y seguras" .
"Son eficaces porque generan inmunogenicidad, lo que significa anticuerpos en la población y son seguras porque el beneficio que vienen dando es mayor que los potenciales riesgos", dice el médico.
>>>Leer: Se suman más vacunas, además de la del Covid: cuáles son y dónde se aplican
Lahitter le explicó con paciencia a La Capital, y no por primera vez, cómo se aprueban las vacunas.
"A diferencia de un medicamento, una vacuna se prueba con miles de personas, o sea, con una población importante que supera los 5 mil casos y se aleatoriza a ellos un grupo placebo, con los que se compara", dice antes de aclarar que ese es solo el comienzo.
Tres fases de investigación entran en juego antes de que la vacuna se apruebe, siguen los ensayos clínicos bien diseñados (ramdomizados) y un ente regulador (en Argentina es la Anmat) controla todo antes de aprobar la vacuna.
Pero allí no termina todo y acá aparece una palabra que habría que recordar, escribir y pegar con un papel en la heladera: Esavi. ¿Qué es eso?
Son los Eventos Adversos supuestamente Atribuibles a la Vacunación e Inmunización que entran en juego una vez que se autorizan las vacunas "y que los agentes sanitarios de cada jurisdicción deben elevar en planillas a la Nación", explicó Lahitter antes de dar un ejemplo:
"Si vos te aplicás la vacuna y manifestás que te duele el brazo, que tenés unas líneas de fiebre o se te inflamaron los ganglios axilares eso se informa y se carga en el Sistema Integrado de Información Sanitaria Argentino (Sisa) y los datos se vuelcan en la pestaña Esavi", precisó al referirse a los estudios de la vida real que siguen vigentes.
De hecho esos tres síntomas están entre los comunes ocasionados por todas las vacunas aplicada hasta ahora en el país: tanto la Moderna (que se está aplicando en toda la provincia en este momento), como la Astrazeneca, la Pfizer, Sputnik V, Sinopharm, Cansino y Covishield.
Otros síntomas son: un síndrome pseudogripal por unas 48 horas y hasta 72 también, dolor muscular, decaimiento, dolor de garganta.
"El último informa del Esavi -precisó Lahitter- detalla que tenemos una tasa de 2,7% de gente que manifestó un efecto adverso por cada cien mil dosis aplicadas. Pero el 95% de ese 2,7% no son efector adversos graves, de ser así la vacuna se sacaría de circulación".
De todos modos, Lahitter resaltó que en caso de que los efectos adversos superen las 72 horas hay que hisoparse.
Argumentos sin datos científicos
Los comentarios sobre lo que se escucha o se dice, y los que alimentaron los argumentos de muchos antivacunas e incluso agentes de salud, no se basan en datos poblacionales o epidemiológicos. Se escuchó y escucha que "a muchos les apareció diabetes", "enfermedades neurológicas" o una vacuna es la culpable de "trombosis" y por eso mucha gente va a vacunarse y pregunta, "¿Cuál ponen?" porque si no ponen esta o aquella se van del vacunatorio.
"Lo que muchos no saben es que el Covid es trombogénico, por eso hay que vacunarse. Pero además, hay situaciones trombogénicas como la obesidad, el consumo de tabaco, el viajar en avión y los antioconceptivos sobre los que muchas personas no se preocupan".
Y agrega que todas las vacunas pueden ocasionar cierta hipersensibilidad, por eso se advierte a las embarazadas o personas mayores. El tema, reitera, es constatar con datos poblacionales y que el beneficio es mayor que los potenciales riesgos.
"En Rosario se colocaron 3 millones de vacunas, también se vacunó a personas de riesgo y en geriátricos y pueden aparecer cuadros de este tipo, pero nada indica que los estén causando las vacunas: y los Esabi demostraron hasta ahora que las vacunas son eficaces y seguras", tranquiliza el médico.
Y algo más a los preocupados por los "males" que ocasiona las vacunas contra el Covid. La Fiebre Hemorrágica Argentina, tradicionalmente ligada a los trabajadores rurales, sigue vigente: registra un 30% de mortandad.
"Pero las migraciones y circulación de bolsones de comida ha ocasionado, por ejemplo, que botellas de gaseosa por donde circuló el roedor tramitan esta enfermedad que con una sola vacuna en la vida, a partir de los 15 años, reduce la mortandad a un 1%".
Un dato más para que se complete el calendario de vacunación en alguno de todos los lugares donde también se está vacunando contra el Covid -19 en Rosario.