El aumento de casos por el "hongo de las barberías" que produce lesiones en la piel del cuero cabelludo, y puede extenderse a otras partes del cuerpo, impulsó a la Cámara de Titulares de Salones de Peluquería y Afines de Rosario y a dermatólogos a pedir que quienes prestan este servicio cumplan a rajatabla con las normas de higiene y bioseguridad.
Dada la repercusión de la noticia, La Capital consultó a especialistas en control de infecciones para que brinden las recomendaciones fundamentales a la hora de utilizar instrumental que está en contacto directo con la piel. Y para que los usuarios presenten más atención cuando se van a atender a alguno de estos locales.
La micosis que mostró un incremento en los últimos meses en Rosario, en especial en varones que asisten a barberías, es producida por el trichophyton tonsurans. Históricamente se la llamó tiña. Puede contagiarse cuando se utiliza instrumental que no está desinfectado en forma correcta y que antes estuvo en contacto con algún cliente que tenía este problema.
Pero no es el único germen que se puede transmitir cuando alguien se va a cortar el pelo o arreglar la barba. Además, pueden producirse infecciones por diversos microorganismos en salones de manicuría, pedicuría y podología, que trabajan con zonas sensibles del cuerpo en contacto con la piel y la sangre.
La noticia del aumento de casos de tiña, que publicó este diario el lunes, captó la atención de los usuarios de este tipo de servicios muchos de los cuáles se quejaron por la falta de medidas de limpieza elementales en comercios dedicados a corte de pelo y barba de varones que "florecieron" de a cientos en la ciudad en los últimos dos años. Algunos de los comentarios deslizaron que la esterilización tampoco se cumple en forma estricta en otro tipo de locales como los que embellecen manos y pies (que también abrieron en forma masiva en los últimos tiempos).
Las buenas prácticas de higiene quedan bajo la responsabilidad de los titulares de estos salones ya que las habilitaciones municipales se otorgan cuando se corrobora el cumplimiento de una serie de requisitos entre los que no está el capítulo dedicado a la salud. "Nadie controla ni exige nada en este aspecto. Se revisa la instalación eléctrica, que haya matafuegos, botiquín pero no hay ninguna normativa de seguridad e higiene", dijo a este diario un peluquero con más de 20 años en el rubro.
Este diario habló con la médica Carolina Subirá, infectóloga de Grupo Oroño y con Nanci Miguez, licenciada en enfermería a cargo de Control de Infecciones del Hospital Víctor J. Vilela y una de las encargadas de los cursos de bioseguridad para los tatuadores, que sí se exigen desde hace años en la ciudad, y que han tenido una muy buena repercusión.
Miguez fue contudente: "La clave para evitar cualquier tipo de problema es que todo instrumental esté limpio y seco". Y agregó: "El lavado de manos de quien presta el servicio es otro aspecto elemental que puede evitar muchos problemas serios de salud. Debe hacerse con agua y jabón, y entre cliente y cliente". Puede usarse alcohol en gel, algo que incorporamos en pandemia y de a poco fuimos olvidando.
Ahora, ¿cómo debe hacerse la desinfección? ¿Se necesitan aparatos especiales para estos elementos? ¿Depende del rubro?
Carolina Subirá explicó que la desinfección del instrumental que se utiliza especialmente en manicuría y podología debe hacerse de este modo: "Lo que corresponde, cuando se va a trabajar con las uñas donde puede haber lesiones y sangrado es que el material sea lavado previamente con agua y detergente enzimático (un preparado especial para ese uso). Una vez limpio se procede a la esterilización en equipos denominados autoclaves o estufas que están diseñadas para esterilizar este tipo de material".
En las casas donde las personas se van a atender para hacerse manicuría, pedicuría o podología "hay que observar que el instrumental esté en una bolsa termosellada que garantiza que ya ha sido desinfectado correctamente y no fue utilizado antes por otra persona", dijo la infectóloga.
La licenciada en enfermería, en tanto, habló especialmente del contagio de la tiña. Si bien el hongo se transmite muchas veces por malas prácticas de higiene de quien presta el servicio, el aseo del cliente puede influir: "La herramienta de trabajo tiene que estar contaminada para que se produzca el contagio, ya sea tijera, navaja, rasuradora, pero en general se combina con una persona que se fue a atender y quizá tiene algún tipo de lesiones en la piel a la que no le dio importancia. O que en días de excesivo calor llegan muy transpirados o con una higiene deficiente, lo que favorece a los gérmenes".
"Si sabés que en la barbería no te van a lavar el cabello, lo hacés vos en tu casa en forma previa", recomendó.
"A los tatuadores, por ejemplo, les decimos siempre que si la persona no llega higienizada como debe ser, le pidan que vuela otro día".
En las barberías o peluquerías donde se usan rasuradoras lo ideal es que tengan las de cabezales desmontables que deberían limpiarse entre cliente y cliente. "Hay que lavar bien con detergente y poner las piezas bajo el chorro de agua. Eso desengrasa y el agua arrastra. Luego deben secarse correctamente porque donde queda humedad crecen los microorganismos", dijo Miguez.
Subirá agregó: "Estos elementos deberían ser de acero inoxidable o piezas plásticas movibles. Si se necesita una desinfección rápida pueden hacerse con alcohol al 70% o con un agua jabonosa especial para estos equipos".
La médica señaló que los cortes de pelo o barba con rasuradoras de cabello o afeitadoras producen descamación y que esas escamas de piel y los pelitos quedan atrapados en las máquinas y se trasladan a otros clientes si no se cumple con la desinfección adecuada entre cada servicio.
Peines, tijeras, navajas, deben limpiarse del mismo modo. También se puede usar alcohol al 70% (que se vende en supermercados y farmacia) y que se popularizó durante la pandemia.
"Todo lo que está en contacto con las manos como las bachas, el sillón, la mesa, debe limpiarse diariamente y si es posible entre cliente y cliente. Con un trapo limpio con agua y detergente es suficiente", comentó la enfermera.
El piso de los locales debe estar libre de polvo. Si se usan toallas deben lavarse con agua muy caliente y secarlas con plancha, con secadora especial o al sol.
En cuanto al instrumental de manicuría y podología coincidió con Subirá: el instrumento con lo que se va a cortar piel o uñas debe estar perfectamente estéril o ser descartable.