"Vendemos todo", dice un cartel escrito en tiza en medio del ordenado desorden típico de un lugar en desguace. El bar Avelino, ubicado en la Plaza Montenegro (San Martín entre San Luis y San Juan), bajó la persiana poniendo otro ladrillo más en un lento proceso de decadencia de la zona que comenzó hace muchos años, y que pese a varios anuncios, aún no puede salir de un estado de deterioro que agravó la pandemia.
Aunque aún quedaban unos meses hasta el fin de la concesión, que era en octubre, su dueño cerró el negocio y puso a liquidar el mobiliario del local, conocido por la estatua de Roberto Fontanarrosa sentada en una mesa ubicada en el exterior. La decisión aún no se oficializó formalmente por escrito ni con la entrega de la llave, pero el cierre es un hecho y el municipio deberá volver a licitar este espacio.
La zona perdió terreno y viene en picada desde hace tiempo, pero con la irrupción del Covid, todo se agravó. El complejo de cines Monumental y el Centro Cultural Fontanarrosa estuvieron cerrados durante casi un año, entre marzo y marzo, y desactivaron ese imán de atracción que genera sobre las personas. Otros negocios, como el tradicional comedor El Gigante, sucumbieron ante ese vacío. Pero no fue el único: en 2020 dos hoteles ubicados en el pasaje Barón de Mauá cerraron sus puertas. Año a año el área pierde el interés de los inversores.
Al presentar hace más de dos meses el Presupuesto 2021, el intendente Pablo Javkin prometió un proyecto de reforma y mejoras que vincule la plaza, el centro cultural, la peatonal San Martín y la red de transporte que pasa por San Luis, pero aún es una idea en desarrollo. En tres oportunidades hubo planes que no se concretaron en la zona: en 2014 con el programa de revitalización del casco histórico; en 2016 con su relanzamiento, que finalmente contempló la mitad de las obras; y en 2019 el Concejo aprobó un proyecto para realizar una intervención integral que contemplaba la instalación de bebederos, baños públicos, juegos infantiles y una pérgola que oficie de reparo ante las inclemencias climáticas. Nada se realizó.
En la situación actual es un área complicada urbanísticamente. "Las peatonales van perdiendo vigencia, no solo en Rosario sino en el mundo, y hace mucho tiempo que la zona de San Martín mermó su atracción. Todo en pandemia se ve muy triste. La gastronomía en el centro es un enigma, con la extensión del teletrabajo en las empresas y oficinas, y no se sabe si la gente volverá post pandemia", aporta Carlos Mellano, presidente de la Asociación Hotelero Gastronómica de Rosario.
Insegura
Desde hace años, la plaza se convirtió en sinónimo de peligro luego de las 22, cuando el Fontanarrosa solía terminar sus actividades. El bar era otro espacio que le daba vida, al igual que la milonga de los viernes al aire libre que armaba el CCRF y se dejó de hacer con la llegada del Covid. Esto incidió en la vida cotidiana de la Montenegro, que quedó desguarnecida al caer la noche. También se clausuró la feria de artesanos, que se volvió a autorizar en febrero, pero con poco movimiento.
"Es una plaza al estilo Barcelona que al final no fue. Lo que antes era un lugar de encuentro de artesanos, artistas, peñas de tango a cielo abierto, terminó siendo uno de los símbolos más notorios del abandono estatal del centro de nuestra ciudad, víctima del vandalismo y pandillas que supieron aprovecharla bien para realizar encuentros que terminaban muchas veces con violencia", definió Fabio Acosta, titular de la Asociación Casco Histórico.
En efecto, en 2014 se logró desactivar uno de los peores problemas del lugar: personas que consumían y vendían drogas, y luego se peleaban entre ellas. Ese año una mujer fue apuñalada en el baño del bar Avelino y el dueño amagó con retirarse si no mejoraba la seguridad. Se sacaron los macetones de ficus, que daban privacidad a los dealers, y la ilegalidad se erradicó con ayuda de la Guardia Urbana Municipal. Los hechos delictivos mermaron un poco desde entonces, aunque nunca desaparecieron.
Sobre calle San Juan hay un gran edificio cuya construcción quedó parada, y varios negocios cerrados que aportan a la lugubridad, pero la instalación de la parada de colectivos tras el centro cultural desalentó la presencia de gente en situación de calle que dormía ahí. A veces incluso se trepaban a la terraza del centro cultural o al Automóvil Club con colchones y mantas. Todo se cortó con la instalación de una reja e intervenciones de Control Urbano. El cambio de luminarias entre Maipú y Entre Ríos y la iluminación de la cortada, que era una boca de lobo por sus árboles frondosos, también ayudó.
Lavado de cara
Mientras la gestión municipal prepara lo anunciado, el remozado y puesta en valor, los comerciantes piden el mantenimiento de la zona. "El Estado no atiende ni el mínimo reclamo de reparar cráteres y roturas del solado de la peatonal San Martín, que en su momento fue una de las estrellas del microcentro y hoy luce en estado ruinoso. Los vecinos, trabajadores y consumidores no pueden transitar mirando vidrieras por temor a una caída o esguinzarse un pie", señaló Acosta.
El referente admite que las obras menores que piden desde hace mucho tiempo están avanzando por peatonal Córdoba, y confía en que rápidamente lo harán hacia San Martín y la plaza Montenegro. "Queremos que esta vez lo anunciado no quede en promesas", se esperanza. Desde el municipio indicaron que el desarrollo del proyecto aún no fue iniciado. La plaza Montenegro espera, replegada, un lavado de cara que la devuelva finalmente a sus años de gloria.
Planes para el Centro Cultural Fontanarrosa
Los planes de reforma anunciados por el municipio no solo comprenden a la plaza Montenegro en general, sino también al Centro Cultural Fontanarrosa. "El intendente mencionó que el edificio tendrá un aggiornamento luego de más de 40 años. La dictadura lo construyó como un centro de prensa del mundial 1978. Tiene techos bajos, infraestructura de aluminio y vidrio, hace frío en invierno y calor en verano", comentó su director, Rafael Ielpi.
Las alternativas pensadas son cambiar las calderas del agua y algunos cristales importantes, la impermeabilización del techo y otras obras como una buena iluminación exterior. La idea es también seguir remozando el lugar desde el punto de vista tecnológico.
"La reforma de la peatonal San Martín nos da esperanza y expectativa. Yo creo que si se cumplen algunos de esos proyectos, el centro cultural vuelve a abrir sus puertas con buenas propuestas, porque hay un excelente personal. No puede pasar mucho tiempo, de la mano de la vacuna. finalizado el segundo semestre quizás tengamos un panorama más alentador", dijo Ielpi.
El escritor recordó además otro plan que quedó en buenas intenciones: un corredor cultural por la peatonal, que contemplaba el parque España, el bar El Cairo, la librería Homo Sapiens, el cine Monumental, pasaba por el Fontanarrosa y terminaba en la plataforma Lavardén. ¿Se retomará algún idea esa idea?