Por Lucas Ameriso
La pulseada entre las aplicaciones móviles y la regulación en el municipio no da tregua. Mientras ya son cinco las empresas que encuentran adherentes para realizar delivery de comida o logística, en el Palacio Vasallo insisten en que el Ejecutivo debe encuadrar la actividad y someterlas a la legislación vigente.
Entre las 5 que llegaron a la ciudad, Rappi fue un poco más allá y colocó un bicicletero con seis espacios para que los jóvenes que trasladan mercadería puedan en Corrientes y Pellegrini contar con su parada.
"Para poner un bicicletero hay que pedir permiso al Concejo, o el municipio debe analizar el pedido. Rappi no está habilitado y usa para su provecho el espacio público. Una cosa más de esta empresa no habilitada que ni siquiera se tomó el trabajo de ir a la Intendencia a contactarse con funcionarios para analizar las condiciones que se le exigen para su autorización", se explayó Toniolli.
El edil peronista insiste en que no es necesario sancionar una nueva ordenanza sino que deben estar habilitadas como empresas de mensajería, cadetería o logística. "La norma vigente está clara, no hay vacío legal. O se encuadra o deja de funcionar", remarcó.
Ayer, por la tarde, y luego de haber montado su bicicletero desde el lunes pasado, Rappi o alguien vinculado, retiró el aparato. "Tomó lo que es de todos nosotros sin pedir permiso y en nombre de una empresa no habilitada", finalizó Toniolli.
La pulseada
En los primeros días del mes, el Sindicato de Cadetes de Rosario detectó la llegada de otras dos nuevas aplicaciones que se suman a las tres existentes en la ciudad. "Además de Rappi, Glovo y Pedidos Ya, hace unos días desembarcaron Moobi y Rapiboy; lo que hace un total de cinco empresas que reclutan jóvenes por internet, sin tributar un peso a la ciudad y en un estado de precarización laboral", había señalado el titular del gremio, Gustavo Yedro.
Desde el gremio opinaron que el florecimiento de la actividad es previsible: desocupación, caída de salarios, necesidad de un ingreso e inflación empujaron a muchos a subirse a una bici o una moto para hacer delivery.
Los equipajes en las espaldas de color amarillo, rojo, naranja, flúo y verdes se entremezclan con el paisaje urbano en bicisendas, plazas y calles. "No pagan ningún tributo, a contrapelo de cualquier empresa que contrata trabajadores y cumplen con la legislación. No dejan ni un mango para la Municipalidad y deterioran nuestra actividad, en momentos donde el trabajo cayó un 40 por ciento. Ellos cobran la mitad de lo que podemos percibir", había insistido Yedro.
Pese al receso de verano el tema se instaló entre las bancas del legislativo local. La edila progresista María Eugenia Schmuck (autora de un proyecto que busca habilitar las aplicaciones en la ciudad en particular orientado a los servicios privados de transporte como Uber) recordó que "en Rosario hay una laguna legislativa propia de que la ordenanza 7.042 que regula el sector data del 2000, por lo que ha quedado obsoleta a los nuevos usos y las nuevas tecnologías. Si no las regulamos, las aplicaciones se imponen por su uso y sin ningún tipo de ordenamiento, protección a los trabajadores y compitiendo deslealmente", insistió la progresista. El socialista Enrique Estévez recordó que "se trabaja en conjunto con el Ejecutivo. Se han citado a las empresas no formalizadas en Rosario. Es un tema a seguir abordando sobre todo para que se garantice el respeto del derecho de los trabajadores".
Desde Ciudad Futura, Pedro Salinas había remarcado que desde el Concejo se había convocado a los responsables de Rappi, Pedidos Ya y Glovo. "Rosario no está preparada para que en dos meses haya 200 pibes circulando en bicis a toda hora", había advertido para solicitarle al Estado municipal que "intervenga para cuidar a los pibes que se ven arrojados a laburar en estas condiciones, en el marco de una situación socieconómica dificilísima".
Cuando se retomen las actividades en el Palacio Vasallo está prevista la convocatoria a los chicos que se sumaron a las aplicaciones y pedalean con casco y mochila por las calles rosarinas.