A una semana del hecho que conmocionó a la comunidad, cuando desconocidos dejaron una nota intimidatoria y 40 vainas servidas en la puerta de la escuela Islas Malvinas, la actividades en la institución se desarrollan con total normalidad, aunque se mantienen las rondas policiales, y acciones de contención desplegadas por los ministerios de Educación y de Seguridad. No hay hipótesis firmes ni pistas sobre autores o motivaciones, y se descartan conflictos con docentes, alumnos o padres. Como ocurrió en otras oportunidades, se cree que las bandas criminales buscan generar temor y confusión en un contexto de escalada de la violencia urbana.
“A ver si se ganan el sueldo, así que ocupate de tu cargo y de tus sorras (sic). Seños eran las de antes”. La esquela con esta amenaza junto a 40 vainas servidas en el ingreso de la escuela Islas Malvinas (España y Uriburu), dejó la amarga sensación de que ya nadie está exento del acciones violentas de los grupos criminales que arrecian sin códigos.
Rápida intervención
Apenas se dio intervención a las autoridades del Ministerio de Seguridad y de Educación, se dispuso una serie patrullajes para resguardar a la comunidad educativa, pero también para contener a los alumnos y al cuerpo docente ante la angustia que generó el hecho.
“Desde un primer momento articulamos acciones con el Ministerio de Seguridad para armar un operativo en torno a la escuela. Hay un rol fundamental de la Policía Comunitaria, cuya dirección designó una dupla de agentes todos los días en el ingreso y egreso escolar”, indicó a La Capital Osvaldo Biagiotti, delegado regional del Educación.
El funcionario además recalcó que esos agentes tienen “una preparación específica, de mayor acercamiento a la comunidad, para escuchar las demandas e interactuar con los docentes, directivos, padres y vecinos. Estamos pendientes día a día con la supervisora socioeducativa y funcionarios de bienestar docente”.
A una semana del incidente, Biagiotti indicó que “no hubo réplicas, consecuencia o situaciones irregulares en la escuela. Por lo que sabemos no hay una hipótesis plausible, no encontramos nada que pueda explicar esto. Puede tratarse de una acción al boleo, otra intimidación pública en momentos que recrudeció la violencia urbana”.
Sembrar terror en la comunidad
El funcionario recordó que la intimidación a la escuela Islas Malvinas mostró rasgos coincidentes con dos ataques similares perpetrados el 14 de noviembre de 2021, previo a las elecciones legislativas. En esa oportunidad balearon la Escuela Nº 1.194 “Santa Isabel de Hungría” (Cafferata al 4000), y la escuela técnica “Crisol” (Magnano al 6300), donde realizaron ocho disparos y dejaron una nota que decía: “O se comunican con la mafia o siguen las balaceras”.
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“En la escuela Crisol se investigó y no se encontró nada. Los organismos de seguridad concluyeron que parecía un hecho ligado a la intención de las organizaciones delictivas de aprovechar el contexto de violencia con la escalda de homicidios de ese momento, sumar más temor, echar un chorro de combustible al fuego. Ahora parece que pasó lo mismo”, sugirió el delegado de Educación.
Policía caminante y cercana
A su vez, desde el Ministerio de Seguridad de la provincia se articularon medidas para llevar tranquilidad a la escuela Islas Malvinas. Priscila Villalobos, coordinadora de la Secretaría de Prevención y Control, detalló que al otro día del hecho se realizaron reuniones con las autoridades de la escuela y de la vecinal.
“Consensuamos horarios luego de que los directivos nos plantearan los cuáles son los momentos más problemáticos. Se dispusieron recorridos pedestres con binomios policiales, mañana, mediodía, tarde y noche. Cuando no hay caminantes, un móvil de la Policía de Acción Táctica (PAT) recorre la zona”, precisó Villalobos.
Aunque la funcionaria se mostró respetuosa de la tarea de la Fiscalía, también consideró que la motivación más clara es la de “generar temor contra civiles. No hay cuestiones de fondo en la escuela que motiven estos hechos. Además, hay un cuerpo docente y directivo muy receptivo a las problemáticas del barrio”.
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La coordinadora del Seguridad recordó que se ordenó la intervención preventiva de psicólogos y trabajadores sociales de la Dirección de Testigos del Ministerio, que trabajan en la contención de los directivos, maestros y personal de la escuela.
“Fue conmocionante y quedaron muy afectados. Por eso se trata acompañarlos con reuniones permanentes. Los policías comunitarios también tienen instrucciones de mantener un diálogo fluido con maestros, directivos y padres”, precisó Villalobos.