Muchos rosarinos y rosarinas cruzaron el puente para probar suerte en el casino de Victoria, luego de que la provincia entrerriana autorizara la apertura de salas de juego con un aforo del 30% de su capacidad total. Lo más llamativo en estos tiempos de pandemia fue ver la aglomeración de gente esperando para ingresar a la sala de juego.
La situación pudo observarse este lunes, cuando una extensa cola aguardaba para ingresar el casino Victoria de la ciudad homónima, distante a escasos 60 kilómetros de Rosario, ya que el establecimiento lúdico de la ciudad permanece cerrado por las restricciones previstas por la pandemia de coronavirus.
Sin embargo, ese no fue el impedimento de muchos rosarinos y rosarinas, quienes no esperaron la apertura del City Center y decidieron cruzar el charco durante el fin de semana para despuntar el vicio en la atrayente sala de juegos que posee la vecina ciudad entrerriana.
"De acuerdo a datos policiales, más del 90% de las personas que estaban haciendo cola, no era de Victoria", comentó un testigo consultado por La Capital.
Por su parte,el jefe de policía de Victoria aseguró: "Vino muchísima gente a jugar, de eso no cabe duda, por eso es que en la parte externa se labró un acta porque la cola era bastante prominente". Y agregó que esa aglomeración se dio "lunes más que nada", durante el feriado por el Día de la Bandera, ya que "el domingo estuvo tranquilo".
Entre Ríos le dio el okey a casinos y bingos
Sucede que desde la semana pasada, Entre Ríos permite la actividad de bingos y casinos en todo su territorio, pero con una reducción en la capacidad máxima. “El coeficiente de ocupación de los espacios cerrados se reduce a un máximo del 30% del aforo, en relación con la capacidad máxima habilitada”, reza la normativa vigente.
El salón principal del Casino Victoria cuenta con más de 900 máquinas de última generación, atractivos pozos progresivos con importantes premios acumulados y ruletas electrónicas. Además, la Sala Orfeo ubicada en el segundo nivel, es ideal para aquellos que prefieren divertirse en un espacio tranquilo y apartado del ruido del salón principal.