Cinco personas resultaron heridas ayer, entre ellas una por cornada, en el primer encierro de las fiestas de San Fermín en Pamplona (norte de España), algo caótico por la dispersión de los toros y la gran afluencia de corredores. Los seis toros de la ganadería Puerto de San Lorenzo realizaron en poco más de dos minutos y medio su recorrido por las calles de la ciudad de la región de Navarra, en el norte del país, en medio de una gran expectación y acompañados por numerosos corredores.
En su cuenta de Twitter, la Cruz Roja de la región de Navarra reportó un total de cinco heridos, uno de ellos por asta de toro. Los otros presentan una herida penetrante en la cabeza, una contusión maxilofacial y contusiones en las piernas, respectivamente. El herido por el animal fue corneado en el glúteo y no presenta gravedad.
La carrera se preveía peligrosa por la lluvia que había caído poco antes sobre Pamplona, haciendo las calles más resbaladizas, y la gran afluencia de gente al caer el primer encierro en fin de semana. Además, desde el principio los toros de la ganadería Puerto de San Lorenzo se separaron, lo que siempre hace más imprevisible la carrera.
A pesar de la dispersión de la manada, el encierro fue relativamente rápido y los animales tardaron dos minutos y 54 segundos en atravesar los 848 metros del tradicional recorrido por las estrechas calles de Pamplona.
Las fiestas de San Fermín, del 6 al 14 de julio, son de las más famosas de España y cada año atraen a cientos de miles de turistas de todo el mundo. Durante una semana, cada mañana a las 8 cientos de mozos ataviados de camisa y pantalón blancos y con un pañuelo rojo al cuello corren delante de los toros por el centro de Pamplona, después de encomendarse a la imagen de San Fermín.
El "chupinazo"
Las fiestas comenzaron con el tradicional "chupinazo", el cohete que cada 6 de julio da el pistoletazo de salida a nueve días de fiesta con numerosos actos, entre los que destacan los famosos encierros de toros, en los que decenas de personas corren hacia la plaza delante de los animales a través de las estrechas calles del centro histórico de Pamplona.
La capital de Navarra, una ciudad pequeña y tranquila de 200.000 habitantes se transforma en las fiestas de San Fermín gracias a la llegada de cientos de miles de visitantes. Como en años anteriores, en esta ocasión vuelve a luchar contra posibles agresiones sexistas con campañas que incluyen puntos de información y una aplicación para celulares con un botón de emergencia para avisar a la policía.
Cualquier persona de más de 18 años puede participar en la carrera, pero las autoridades no dejan de advertir del peligro, en una fiesta que ha dejado 16 muertos desde 1911, el último en 2009. En la edición de 2017, 51 participantes resultaron heridos, incluyendo siete corneados.