Los robos de equipajes en el Aeropuerto Internacional de Ezeiza siguen siendo moneda corriente a
pesar del escándalo que desataron el año pasado esos ilícitos.
Se creía que la “mafia de las valijas” había desaparecido de
esa terminal aérea, pero la realidad la impone las denuncias de numerosos pasajeros, que hasta
relatan la falta de sorpresa por parte de los empleados de las aerolíneas y hasta de la mismísima
Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) cuando van a quejarse por lo acontecido en sus propias
narices.
Virginia Mazzeo es una de las recientes damnificadas. El 17 de mayo
último fue víctima, junto a su hermano y sus padres, del robo de algunas pertenencias en sus
maletas en el área de cargas y descargas de equipajes, cuando regresaban de Roma en el vuelo
AR-1141.
La joven relató que dos de las valijas que llevaban habían sido
violadas: les habían roto el candado; la ropa adentro estaba revuelta y, para su sorpresa e
indignación, se dieron cuenta que faltaban algunas prendas y dos carteras con dinero en pesos
argentinos y algunos euros.
“Llegamos al aeropuerto en Aerolíneas Argentinas cerca de las 5.30
de la madrugada. Entre los trámites de aduana y demás, pasaron como una hora y media hasta que
pudimos retirar nuestro equipaje. Quisimos buscar monedas en una de las valijas y nos dimos cuenta
que había sido abierta y que nos faltaban algunas pertenencias”, relató la joven.
Y contó que, en medio de la bronca, empezaron a reclamar a gritos
delante de los demás pasajeros, y que varios comenzaron a darse cuenta que les había pasado lo
mismo.
Ese mismo día, el dominicano Drayton Brathwaite tuvo que pasar por
idéntica situación. A las 21 arribó a Ezeiza procedente de Panamá en un vuelo de la compañía Copa,
y en el aeropuerto la esperaba su hermana Sarah. Cuando fueron juntos a retirar su equipaje, se
dieron con la misma sorpresa: la valija no traía el film envoltorio que le había puesto antes de
partir desde el aeropuerto panameño, el candado de seguridad había desaparecido y sus pertenencias
estaban revueltas.
Y una mujer que venía en el mismo vuelo también se quejó que en su
valija faltaba el candado. Pero no obtuvieron respuestas. l