Una ola de calor agobia a las naciones europeas del Mediterráneo, España e Italia en especial. Las máximas altísimas, superiores a los 40ºC vienen acompañadas de una sequía prolongada, que ha puesto al italiano río Po en sus mínimos históricos en 70 años, lo que obligó a cortar el servicio domiciliario de agua en decenas de municipios y enviar camiones cisterna.
Casi la totalidad del territorio español se ve afectado por la primera ola de calor del verano, con nueve de las diecisiete regiones del país en alerta naranja, el segundo nivel más alto posible, por temperaturas de 39 a 43 grados, según informó la Agencia Española de Meteorología (Aemet). Las temperaturas podrían llegar a 42ºC en Badajoz, en el suroeste, 40ºC en Sevilla (Andalucía, sur) y 39ºC en Madrid, unos niveles "muy inusuales" en primavera. La temperatura máxima de esta ola se produjo el domingo con 43,2° en Almadén en la comunidad de Castilla-La Mancha, mientras que la mínima más alta se registró en Osuna (Sevilla), con 27,4°.
Para dimensionar la extensión inédita de la ola, el especialista indicó que "más de la cuarta parte de las capitales de provincia podrán superar los 40°, como Bilbao, Ciudad Real, Girona, Granada, Huesca, Jaén, Madrid, Murcia, Pamplona, Toledo o Zaragoza, e incluso los 43° en Córdoba y Lleida". "Este período del 10 al de 20 junio de 2022 se ubicará entre los tres más cálidos desde que hay registros, por lo que es una situación muy poco habitual", agregó Del Campo.
La multiplicación de las olas de calor, particularmente en Europa, se vinculan con el calentamiento global. Las emisiones de gases de efecto invernadero aumentan la potencia, duración y repetición de estos fenómenos. "El cambio climático es una realidad absoluta y en Andalucía lo estamos viviendo con mucha crudeza", afirmó el presidente regional andaluz, Juanma Moreno.
Según el organismo meteorológico, la ola de calor seguirá azotando España hasta el sábado, y el calor extremo, producto de una masa de aire caliente proveniente del norte de África, se desplazará hacia Francia. "Entre el domingo y el lunes, por fin, bajarán las temperaturas en la mayor parte de España, aunque el ambiente todavía será bastante cálido, con más de 35° en el Ebro, regiones mediterráneas y Baleares", informó Del Campo. Si finaliza el domingo, esta ola igualará a la más temprana desde que hay registros, que comenzó el 11 de junio de 1981.
En Italia, sequía y bajante récord del Po
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La ribera del Po muestra un insólito panorama desértico. El río, sinónimo de agua y verdor, ahora es una larga cinta de arena y barro reseco.
En Italia, en tanto, la situación no es tan extrema en temperaturas pero es mucho peor en lo que hace a una sequía crónica que golpea en especial al norte del país. "En algunas zonas no llueve desde hace 110 días" y en decenas de municipios de Piamonte y Lombardía "ya están actuando camiones cisterna para suministrar agua, porque los embalses locales remiten a manantiales que ya no existen", declaró a la agencia Ansa Meuccio Berselli, secretario general de la Autoridad del Distrito del Po, del Ministerio de Transición Ecológica, tras la alarma lanzada en los últimos días por el Observatorio de la Sequía.
El Po es el río más importante de Italia y recorre las regiones septentrionales, que son las más pobladas y desarrolladas. Gran parte de su caudal se debe al deshielo de los Alpes. La falta de nieve en los Alpes tiene directa relación con la bajante extrema que experimenta este río. Hoy tiene un 60% de su caudal promedio y surgen grandes bancos de arena en puntos críticos del curso. La navegabilidad está muy limitada. Sus principales afluentes, como el río Adda, sufren una bajante aún peor, con menos de 40% del caudal promedio.
La semana pasada, Utilitalia, que representa a las empresas del servicio de agua, pidió a los alcaldes de un centenar de municipios del Piamonte y 25 de Lombardía (en la zona de Bérgamo) que suspendieran el servicio por la noche para reponer los niveles de los embalses. Ahora las ordenanzas obligatorias son un hecho: "el racionamiento de agua para el uso de agua potable ya está en marcha". Otra zona que preocupa es la de Ferrara y, en menor medida, la de Romaña. "En el ferrarese, una cuenca de unos 250 mil habitantes, hemos pedido que se extraiga la menor cantidad de agua posible. Unas 300 mil personas dependen de las plantas de agua potable de Romaña, que "en este momento son más afortunadas porque el agua procede de la presa de Ridracoli, que ha almacenado buenas reservas en otoño".
El racionamiento alcanza también a la agricultura, un sector que ha "estallado, donde les pedimos que retiren menos de lo que necesitan, para permitir un mínimo vital de salida de agua", a pesar de ser el periodo en el que hay más necesidad de agua para que los cultivos maduren.
Aguas arriba, en los Alpes, la falta de nieve en los glaciares explica la falta de agua en las llanuras italianas. En los glaciares del Trentino se ha medido entre el 50% y el 60% del valor medio de la serie histórica y, a finales de mayo, varios frentes de glaciares ya estaban libres de nieve, aproximadamente un mes antes de la media.
Nos espera una "tormenta perfecta, nunca hemos visto un año así: la nieve en los Alpes ha desaparecido por completo, los glaciares se agotan, las temperaturas son más altas que la media, las precipitaciones son escasas, los vientos cálidos secan los suelos. El río Po no ha bajado tanto desde hace 70 años, pero lo cierto es que lo veremos aún más bajo", concluye Berselli.
Los efectos son devastadores para la agricultura de la cuenca del Po, con daños estimados en mil millones de euros por ahora, pero con graves riesgos también para el sector hidroeléctrico _falta agua para refrigerar las centrales_ y para los ciudadanos, con municipios obligados a suspender el suministro nocturno de agua en latitudes donde nunca se habían visto medidas de este tipo.
Ante este panorama se realizó una reunión de emergencia de todos los actores involucrados. El Observatorio de la Crisis Hídrica del Po, que se reunió en sesión extraordinaria en Parma, convocando a expertos de la Autoridad de Cuenca, dependiente del Ministerio de Transición Ecológica, así como de las Regiones, de Protección Civil y de las partes interesadas, entre las que se encuentran Utilitalia, en representación de las empresas de servicios integrados de agua.
Las conclusiones del encuentro, que volverá a reunirse el 21 de junio, no dejan margen al optimismo. En la cuenca del Po la necesidad de agua es alta, pero la disponibilidad "se está agotando" en lo que es una crisis "con valores nunca vistos en 70 años". A este escenario "se suma la previsión de falta de lluvias y la persistencia de temperaturas altas por encima de la media. La temperatura es 2-3 grados más alta, en algunos lugares incluso cuatro grados, que la media del periodo. Y hay una falta total de recursos de nieve, de ahí el almacenamiento y la acumulación en las montañas' de agua.
En definitiva, hay zonas que pueden quedarse sin agua, por lo que hay que controlar las extracciones de agua. Las luces de alarma son muchas. La nieve de los Alpes está totalmente agotada en Piamonte y Lombardía. Los lagos, empezando por el Lago Mayor, están en su punto más bajo para el periodo (excepto el Lago de Garda). Los cultivos, a pesar del retraso de 15 días en el inicio del riego (ejemplo en Lombardía), siguen sufriendo y la confederación de agricultores Coldiretti calcula que las pérdidas ascienden a mil millones.
La "cuña salina" en la boca del Po en el mar Adriático, también está aumentando, con un impacto nada desdeñable en los hábitats y la biodiversidad. Durante las mareas altas el agua de mar ingresa hasta 15 km río arriba, alterando con su salinidad los ecosistemas ribereños.