El 60% de las personas con problemas de tiroides desconoce su situación y el cáncer de esta glándula es el octavo más prevalente en Argentina superando los 4.000 casos al año, de los cuales la gran mayoría se da en mujeres, advirtieron especialistas del Hospital de Clínicas al conmemorarse este domingo el Día Mundial del Cáncer de Tiroides.
“Hablar de la enfermedad tiroidea es hablar de una patología que padecen nueve de cada 10 mujeres (en distintas formas cómo hipotiroidismo, hipertiroidismo y nódulos tiroideos). Se cree que esto puede estar relacionado con los estrógenos”, dijo a Télam Diego Sinagra, jefa de cirugía oncológica del Hospital de Clínicas de la Universidad de Buenos Aires (UBA).
El cáncer de tiroides se caracteriza por el crecimiento anormal de células en la glándula tiroides, ubicada en la parte frontal del cuello y es el octavo más prevalente del país superando los 4.000 casos al año (3,1% del total), de los cuales 3.400 se da en mujeres.
En casos donde se desarrolla un cáncer, con un diagnóstico oportuno y tratamiento posterior, su esperanza de sobrevida supera los 20 años, mucho más que en otro tipo de enfermedades oncológicas.
Los síntomas más visibles están relacionados con bultos en el cuello, dificultad para tragar, cambios en la voz y, en algunos casos, dolor. Es más común en mujeres que en hombres y se presenta entre los 20 y 60 años.
Si bien en muchos casos la enfermedad tiroidea es benigna, se pueden descartar riesgos con una serie de estudios como una ecografía y análisis de sangre.
Se estima que alrededor de 750 millones de personas en el mundo sufren algún tipo de afección relacionada al funcionamiento de la glándula endocrina y que el 60% de ellas desconoce su situación según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS)
“Al comienzo esta patología no suele generar síntomas. Es de lenta instalación, lenta evolución y el cuerpo se va adaptando a la misma. Muchas veces los pacientes consultan por sensación de cansancio, dificultad para concentrarse o aumento de peso progresivo, que corresponde a hipotiroidismo, pero que también se comparten con otras patologías o es una sintomatología que se atribuye al estrés y estilo de vida”, aclaró Sinagra.
También existen otros síntomas como los cambios abruptos en el humor, la dificultad para subir de peso, problemas para conciliar el sueño, sudoración e hipertensión arterial, por lo que estar atentos a estos síntomas y consultar oportunamente al profesional hacen la diferencia a la hora de tratar las formas complejas de la enfermedad, advirtió el especialista.
El cáncer de tiroides tiene tres formas: el cáncer diferenciado, que es el más común con el 95% de los casos y se origina en las células foliculares; el cáncer medular que aparece en las células parafoliculares; y el anaplásico que es el más agresivo pero menos frecuente.
“La cirugía es una de las opciones a considerar a la hora de hablar de curación de cáncer de tiroides. Puede ser a través de una incisión en el cuello, o también transoral por pequeñas incisiones entre la encía y el labio inferior”, aseguró el médico
Otras opciones de vanguardia que se están implementando “son la radiofrecuencia para ciertos casos”. Se trata de un tratamiento efectivo y poco invasivo que implica acceder al nódulo con una aguja y administrar calor para quemar las células malignas, agregó Sinagra, quien remarcó que “la mayoría de los pacientes tienen un pronóstico favorable y pueden llevar una vida normal después de la intervención.
Hábitos saludables
Muchos procesos del cuerpo pueden llegar a desencadenar alteraciones que terminan por provocar un trastorno en la tiroides, por esta razón los médicos apuntan que el estilo de vida es clave para mantener una buena salud en general y un buen funcionamiento de la glándula.
En ese sentido, se recomienda tener buenos hábitos y alimentarse de manera equilibrada.
“Para mantener en estado de salud a la tiroides es necesario consumir verduras cocidas, ya que aportan gran cantidad de nutrientes buenos, como la vitamina C y el ácido fólico; hacer ejercicio regularmente porque la actividad física impacta en el proceso que conocemos como metabolismo cuando se realiza de manera constante; y manejar el estrés porque aumenta el cortisol producido por las glándulas suprarrenales, lo que provoca un metabolismo más lento”, aclaró Sinagra.