Las posibles causas del incendio que arrasó el miércoles por la noche una torre de viviendas sociales en Londres, donde murieron al menos 30 personas y hay decenas de desaparecidos, comienzan a inquietar a los habitantes que viven en edificios similares, debido a que podría haberse originado en el recubrimiento exterior cuyo material es altamente inflamable.
Se teme que el revestimiento de la torre Grenfell, ubicada en North Kensington al oeste de Londres, pudo haber contribuido a la propagación del fuego a través de la superficie del edificio.
Según una investigación de los medios británicos, el edificio estaba cubierto de paneles de plástico que cuestan 22 libras (unos 28 dólares) por metro cuadrado, sólo dos libras más barata que la versión resistente al fuego y en esas condiciones estarían más de 30.000 edificios de distintas alturas.
La legislación del país obliga a que los edificios nuevos de más de 30 metros de altura tengan rociadores, pero se estima que hay 4.000 que son más antiguos en el Reino Unido que no los tienen.
Muchos vecinos de la torre Grenfell venían denunciando la falta de prevención contra incendios es este edificio. Por ejemplo, a pesar de haber sido remodelado en 2015, no había rociadores, según los vecinos.
Ayer, en tanto, manifestantes irrumpieron en el ayuntamiento del distrito de Kensington y Chelsea al grito de "asesinos". El grupo, que reclamaba ayuda a los afectados y respuestas de las autoridades, fue detenido al pie de una escalera por guardias de seguridad, con quienes intercambiaron golpes, entre gritos de "asesinos", "queremos justicia" y "vergüenza".
En total, la protesta reunió a varios centenares de personas, pero sólo una parte invadió las dependencias, comprobó una periodista de la AFP.
"Queremos respuestas, no somos alborotadores", explicó a la AFP Salwa Buamani, una mujer de 25 años que estaba acompañada por una sobrina pequeña. "Ahora nos etiquetarán como los malos", añadió, lamentando el incidente.
El bloque de viviendas fue construido en 1974 en una sección obrera del riquísimo distrito de Kensington y Chelsea, a escasa distancia del barrio bohemio y animado de Notting Hill.
El edificio pertenecía al distrito, uno de los más ricos del mundo, y estaba gestionado por su organismo de vivienda, la Kensington and Chelsea Tenant Management Organisation (KCTMO).