La Universidad de Texas (Austin) abrirá hoy el archivo personal del premio Nobel de Literatura colombiano Gabriel García Márquez, fallecido en 2014, una valiosa colección que el ateneo adquirió en 2,2 millones de dólares a la familia del escritor.
La Universidad de Texas (Austin) abrirá hoy el archivo personal del premio Nobel de Literatura colombiano Gabriel García Márquez, fallecido en 2014, una valiosa colección que el ateneo adquirió en 2,2 millones de dólares a la familia del escritor.
La colección del narrador incluye los manuscritos de varias de sus novelas, incluyendo su clásico "Cien años de soledad", así como 2.000 cartas, 43 álbumes de fotografías, máquinas de escribir y computadores, entre otros elementos. Desde hoy y hasta noviembre se podrá observar parte del conjunto de elementos adquiridos y luego todo volverá a ser guardado para su preservación, explicó Diana Lorena Díaz, única colombiana que participó en el proceso de restauración de las fotografías de "Gabo".
Despierta mucha expectativa en particular la novela inédita "En agosto nos vemos", cuyo manuscrito se encuentra en la colección que exhibe la Universidad. A partir de las 8:30 de la mañana, los investigadores podrán adentrarse por primera vez en las varias versiones que tiene de esta obra tan esperada por sus lectores y que el autor de "Cien años de soledad" nunca publicó.
“No sabemos por qué García Márquez no se decidió a enviarla a la imprenta. Quizás no estaba plenamente satisfecho con el resultado, quizás pensaba seguir trabajando en ella, pero esto es especulación.
“Lo interesante es que en el manuscrito de una novela que permanece inédita se podrá analizar el proceso de escritura de García Márquez, sus arrepentimientos, sus dudas, los caminos que prefirió y los que desechó”, afirma José Montelongo.
En entrevista con Excélsior, el encargado de materiales mexicanos en la Colección Latinoamericana Benson de la Universidad de Texas en Austin destaca que, además de En agosto nos vemos, única inédita, las casi cien cajas del archivo de Gabo albergan los manuscritos originales de nueve obras más: Cien años de soledad, El otoño del patriarca, Crónica de una muerte anunciada, El amor en los tiempos del cólera, El general en su laberinto, Del amor y otros demonios, Memoria de mis putas tristes, Noticia de un secuestro y Vivir para contarla.
“Hasta donde yo sé, nadie ha estudiado todavía con detenimiento la génesis de esta obra, ni de las otras contenidas en el archivo. El trabajo de ‘hacer hablar’ a los manuscritos, de ver qué nos dicen sobre la deliberación artística, comenzará dentro de poco y dependerá de la perspicacia de los críticos literarios”, agrega el escritor e investigador.
Detalla que este miércoles termina también la catalogación del archivo de García Márquez, que la casa de estudios estadunidense adquirió en noviembre pasado en 2.2 millones de dólares a la familia del escritor, que vivió en México desde principios de los años 60.
El Centro Harry Ransom, que albergará el acervo que abarca más de medio siglo, al lado del trabajo de escritores como Jorge Luis Borges, William Faulkner y James Joyce, ha dado a conocer que reúne además unas dos mil cartas –incluyendo algunas de Carlos Fuentes y Graham Greene–, borradores de su discurso al aceptar el Premio Nobel de Literatura en 1982, más de 40 álbumes de fotografías, máquinas de escribir y PCs y álbumes de recortes de periódicos de Latinoamérica y el mundo, que recopilan meticulosamente la carrera literaria de García Márquez.
En cuanto al manuscrito de la obra cumbre del narrador fallecido el 17 de abril de 2014, Cien años de soledad (1967), considerada una obra maestra de la literatura hispanoamericana y universal, de la que se han vendido más de 40 millones de ejemplares y ha sido traducida a 35 idiomas, Montelongo añade que “contiene solamente unas cuantas correcciones, es prácticamente la versión final, lista para la imprenta.
“En algunas de estas obras hay solamente un puñado de correcciones, en otras hay tachaduras y añadiduras en las galeras, y en otras hay varios borradores que muestran el itinerario creativo hacia el texto final”, señala.
El también autor del libro Mi abuelo fue agente secreto y de la novela Quincalla aclara que casi todo el material está en buenas condiciones de preservación, incluso los documentos más antiguos.
“Las fotografías fueron transferidas a nuevos soportes, porque los álbumes en los que se encontraban no eran ideales para su conservación a largo plazo. Y la digitalización es un proceso aparte que, tengo entendido, comenzará en 2016”, indica.
Respecto a las cartas de sus amigos que Gabo guardó con devoción, Montelongo asegura que es posible rastrear el estado de ánimo y las dificultades que enfrentaba antes de la publicación de Cien años de soledad, por ejemplo, y los escollos literarios que tuvo que sortear tras el éxito apabullante de esa novela.