Son imágenes que parecen sacadas de una película de catástrofes: chispas que saltan de un sitio a otro e intensas llamas que iluminan la noche. "¡La casa se quema, tienes que sacarla!", le grita un policía con la voz cargada de pánico a un compañero.
Se trata de la grabación de cinco minutos de una cámara corporal que llevan los agentes y que muestra el rescate de una mujer discapacitada y su marido de un infierno de fuego en Santa Rosa, en el condado de Sonoma, en Calidornia, al oeste de los Estados Unidos.
Normalmente este tipo de material no se colgaría online, pero la Policía ha decidido hacerlo para mostrar a los residentes de las zonas afectadas lo peligroso que son estos incendios. La grabación se hizo en la noche del domingo de la semana pasada, es decir hace seis días, cuando los vientos huracanados pusieron en marcha el enorme rodillo de fuego en el norte de California.
Una semana después, la catástrofe sigue en marcha sin indicios de que vaya a mejorar por el momento. El balance es de al menos 40 muertos, más de 5.700 edificios destruidos y una superficie quemada superior a la de Nueva York. Más de diez mil bomberos y voluntarios combaten el fuego en más de una decena de focos que se mantienen este fin de semana. .
A las afueras de Sonoma empezó a surgir humo negro el sábado desde las colinas y cientos de habitantes tuvieron que huir. Normalmente la pequeña localidad vinícola situada a una hora en coche al norte de San Francisco está llena de turistas los fines de semana, pero estos días es una ciudad fantasma.
"Anoche no dormí casi nada porque las sirenas de los bomberos sonaron toda la noche", relata Tim Smith a dpa. Este californiano trabaja como médico de emergencias en el vecino valle de Napa. Tres de sus compañeros perdieron sus casas.
La esposa de Smith y sus hijos abandonaron la zona gravemente quemada hace días, y las escuelas seguirán cerradas también esta semana. El tiene empacadas todas las cosas importantes para poder huir de ser necesario en cinco minutos:álbumes de fotos, computadora, algo de ropa y seis botellas de sus mejores vinos.
A diario se escuchan historias terroríficas de personas que no consiguieron huir. La víctima más joven tenía 14 años, la mayor, 100.
Kai Shepherd murió cerca de su casa en una carretera rural en el condado de Mendocino, donde el automóvil de la familia fue engullido por las llamas. El joven estaba muerto cuando llegaron los equipos de rescate, relata su tía en una web en la que piden donaciones. Sus padres y su hermana de 17 años sufrieron graves quemaduras, y a la joven hubo que amputarle las dos piernas.
En el condado de Napa murió un matrimonio que llevaba 75 años casado. El tenía 100 años y ella, 98. Este fin de semana murió otra turista de mediana edad, que estaba realizando un tour de vinos en Santa Rosa. Y Carmen Berriz y su esposo Armando aguantaron metiéndose en la piscina de su casa de vacaciones. Todo lo que estaba alrededor se quemó, informa el Diario San Francisco Chronicle. Durante horas la pareja estuvo metida en el agua en la noche luchando por respirar, pero al final la mujer, de 75 años, murió en sus brazos, contó el hombre a su familia. Llevaban 55 años casados.
En medio de la destrucción también hay algunas historias con final feliz. Un video en el que un perro boyero de Berna sale moviendo la cola de una casa completamente quemada fue visto en Facebook más de un millón de veces en poco tiempo. "No tiene ni un pelo ni las patas quemadas", dice Beckyjean Widen sobre "Izzy", el perro de sus padres, que se quedó atrás en medio de la huida precipitada de la casa en Santa Rosa. La vivienda y el jardín están completamente quemados, pero el animal sobrevivió como por milagro.
Los bomberos siguen sin bajar el nivel de alerta una semana después de que comenzaran los incendios, pero las autoridades al menos informan de los primeros avances. Por ejemplo, el fuego en Tubbs, en la zona más afectada del distrito de Sonoma, pudo ser reducido a la mitad el sábado.
Aún es muy pronto para hacer un balance de daños de la catástrofe, pero el gobernador de California, Jerry Brown, fue rotundo durante una visita a la zona afectada. "Esta es una de las mayores, si no la mayor, tragedia que haya vivido nunca California", aseguró el político demócrata. "Es un horror que nadie se podría haber imaginado".
La cifra de 40 muertos supera ya el número más alto registrado hasta ahora de 29 víctimas en un incendio de matorrales en el Parque Griffith, cerca de Los Angeles, en 1933. .
También en octubre de 1991 se vivieron escenas de pánico cuando un pequeño incendio en las colinas de Oakland se extendió de manera brusca por el fuerte viento y las altas temperaturas. Se quemaron entonces más de tres mil edificios y murieron 25 personas, la mayoría alcanzadas por las llamas en sus vehículos cuando intentaban huir por las estrechas carreteras llenas de curvas.
Una semana después, la catástrofe sigue en marcha sin indicios de que vaya a mejorar por el momento