La lava que fluye desde un volcán en el archipiélago español de las Islas Canarias aceleró este martes su paso y finalmente alcanzó el mar, según confirmó el Instituto Español de Oceanografía.
La lava que fluye desde un volcán en el archipiélago español de las Islas Canarias aceleró este martes su paso y finalmente alcanzó el mar, según confirmó el Instituto Español de Oceanografía.
Después de diez días de erupción del volcán de La Palma, finalmente el río de lava llegó al mar en una zona de acantilados, lo que podría provocar reacciones químicas como nubes tóxicas, según destacaron los especialistas.
De acuerdo a lo señalado por el grupo de Geociencias Marinas del Instituto Español de Oceanografía, en principio la lava habría generado un "depósito de más de 50 metros de altura" sobre la superficie del mar.
Las autoridades había señalado que la lava en la isla La Palma había avanzado hasta unos 800 metros del Atlántico para el martes por la mañana, y que al llegar al agua podría causar explosiones y emitir gases tóxicos.
Las autoridades esperaban desde hace días que la lava llegará al océano Atlántico, pero el flujo fue errático. Tras una breve pausa el lunes, el coloso, que entró en actividad el 19 de septiembre, reanudó las explosiones con más intensidad en la noche.
Las autoridades dijeron que no esperan que la lava lenta cree una interrupción importante en la costa, pero Eugenio Fraile, investigador del Instituto Español de Oceanografía, dijo que sólo los científicos con equipo de protección estarían dentro del perímetro de seguridad cuando el flujo llegara al océano.
El Instituto Geográfico Nacional detectó seis sismos el martes en el área de la erupción, el más fuerte de ellos de 3,3 de magnitud.
La Palma, que tiene unos 85.000 habitantes, forma parte de la cadena de islas volcánicas ubicadas al noroeste de África. La isla tiene apenas 35 kilómetros de largo y 20 en su punto más ancho.
La lava, que comenzó a fluir el 19 de septiembre, destruyó hasta ahora 589 construcciones y 21 kilómetros de rutas en la isla. Actualmente cubre 258 hectáreas, en su mayoría campos de cultivo, según la agencia de monitoreo por satélite de la Unión Europea.
Gracias a las tempranas evacuaciones, de unas 6.000 personas, no se reportaron víctimas mortales ni heridos graves. Sin embargo, la población local perdió sus hogares y sus medios de vida. La agricultura es uno de los pilares económicos de la isla, junto con el turismo. La lava y las cenizas arruinaron los cultivos y los sistemas de riego, pusieron en peligro la aviación y representa un riesgo importante para la salud de los lugareños.
El gobierno español anunció después de su reunión semanal de gabinete que proporcionará una subvención inmediata de 10,5 millones de euros para comprar 107 propiedades donde realojará a la población local, además de proporcionarles ayuda económica.
Se enviará más ayuda, incluida para la reconstrucción de infraestructura pública, una vez que termine la emergencia actual, dijo la portavoz del gobierno Isabel Rodríguez.
Por el momento el volcán ha arrojado más de 46 millones de metros cúbicos de roca fundida, según el Instituto Vulcanológico de Canarias.