Julieta Silva, la mujer de 29 años que atropelló y mató a su novio, Genaro Fortunato, a la salida de un boliche en la ciudad mendocina de San Rafael, declaró que no vio que el joven rugbier estaba tendido en el suelo cuando lo arrolló, según reveló ayer la fiscal Andrea Rossi a cargo de la investigación del caso.
La fiscal brindó un detalle de cómo fue la secuencia de los hechos y explicó: "La imputada salió con su auto, que estaba estacionado en el carril derecho, hizo marcha atrás y quedó en el carril derecho también y en dirección a calle Las Vírgenes. Todo ocurre sobre calle El Chañaral. Ella apuntó hacia calle Las Vírgenes. En ese momento aparentemente él habría intentado retenerla, es lo que tenemos que definir, y el chico se cae en virtud de tratar de detenerla". ilustró.
"Genaro no se subió al capot, eso no existió, está descartado", afirmó la fiscal despejando una versión que circuló anteayer.
"Él se cayó producto de la inercia de correr o querer pararla y se cae en el carril contrario", indicó.
"Ella sigue, hace aproximadamente 150 metros, gira en U, y vuelve por el carril correspondiente en dirección a la Ruta 143. En ese interín que ella vuelve, el chico estaba en el piso reponiéndose y es ahí cuando ella lo atropella".
"Ella no lo impacta, lo arrolla, pasa por encima de él. El cuidacoches le hace señas y ella frena y se baja del vehículo", precisó la funcionaria judicial.
La fiscal Rossi mencionó que Silva "manifestó en su declaración que no lo vio, que es una de las hipótesis que también es viable".
"Según explicó la imputada, ella volvió para buscarlo a él. De hecho tenía su celular y se lo quería devolver", agregó.
Además, la fiscal mencionó: "Ella dio una versión de la discusión que tuvieron que trataremos de confirmar con los celulares secuestrados".
Silva pasó la noche en la División de Investigaciones y ayer fue trasladada al penal de San Rafael, a la espera de que se defina su situación procesal.
La mujer fue imputada con la calificación de homicidio doblemente agravado por el vínculo de pareja y por alevosía.
Mamá
Por otro lado, la madre de Agostina Quiroga Arana, la joven que publicó en su cuenta de Facebook un mensaje de despedida para el rugbier fallecido y expresó que estaría esperando un bebé del deportista, confirmó el embarazo y aseguró que su hija no envió ningún mensaje de Whatsapp la noche que se produjo el trágico hecho.
"No hubo ninguna comunicación. Mi hija jamás mandó un mensaje que desencadenó absolutamente en nada", indicó Verónica Arana.
La mujer afirmó que la última vez que su hija se contactó con Fortunato fue el 27 de agosto y confirmó que su hija de 22 años "hace cuatro meses que está embarazada".
"Él sabía que iba a ser papá. Sus amigos lo sabían", mencionó la madre de la joven.
Aseguró que su hija no la conocía a Silva y explicó que entre ellas hay una distancia generacional.
"Ella le dijo que si salía con otra persona no tenían nada que ver. Pero ella confiaba en que iba a ser un padre presente", dijo.
La madre de la joven indicó que "Genaro fue una excelente persona y gran amor de la vida de mi hija, la que espera una bebita de él".
El hecho se registró cerca de las seis de la madrugada del sábado a la salida del bar "La Mona", ubicado en calle Hipólito Irigoyen y El Chañaral, de San Rafael, localidad situada a unos 230 kilómetros al sur de la capital provincial.
Los investigadores determinaron que Fortunato discutió con su novia Silva dentro del local y que ella se fue enojada, tras lo cual se subió a su Fiat Idea con intenciones de retirarse y allí se produjo el hecho en el que murió el rugbier.
La fiscal le imputó a Silva el delito de homicidio doblemente agravado por el vínculo y por alevosía negándole el pedido de prisión domiciliaria realizado por la defensora oficial, Florencia Garciarena. Y adelantó que pedirá la prisión preventiva para Silva.
Consciente
Otro de los detalles que brindó la fiscal en conferencia de prensa es que la prueba psicológica que le realizó a Silva determinó que comprendía la criminalidad de sus actos, por lo que correspondía ser imputada.
Silva está alojada en el penal de San Rafael y el delito que se le imputa tiene una pena de prisión perpetua, que representa un mínimo de 35 años de cumplimiento efectivo.
Es madre de dos nenes, de 10 y cinco años, el segundo de los cuales tuvo con un conocido comerciante de San Rafael, dueño de la mayor librería de la ciudad, "Fénix".
Antes de separarse del empresario, siendo jugadora de hockey en el club Banco Mendoza, lanzó su propio local de indumentaria en el centro de la ciudad de nombre "Verde Limón", el que todavía maneja y existe.
Nunca se supo en San Rafael el motivo por el cual la pareja se separó. Algunas voces aludieron a episodios de celos repetidos, pero nadie se atrevió a confirmarlo.
Lo cierto es que Silva, ya asentada en el ambiente del rugby y el hockey, conoció a Genaro Fortunato, un joven y talentoso rugbier del club Belgrano, que salía de una relación de años con una chica llamada Agostina.
El vínculo entre Silva y Fortunato duró unos seis meses y finalizó de modo trágico. La autopsia reveló que Fortunato falleció por lesiones irreversibles en su cabeza.
"La relación entre ellos era un tanto enfermiza. Así como empezó, terminó. Mucha gente que estaba alrededor de ellos decía que se agredían entre sí, siempre", relató la periodista local Bibiana Toledo a radio La Red de Mendoza.