Una enorme nube de cenizas procedente de un volcán en Islandia convirtió ayer los cielos del
norte de Europa en una zona no apta para volar, dejando a cientos de miles de pasajeros en tierra.
La organización de seguridad aérea de Europa dijo que la interrupción,
que es la mayor vista en la región, podría durar otros dos días y un importante vulcanólogo aseguró
que la ceniza podría representar problemas intermitentes para el tráfico aéreo por seis meses si la
erupción continúa.
El volcán comenzó su erupción anteayer por segunda vez en un mes desde
la parte inferior del glaciar Eyjafjallajokull, arrojando a la atmósfera una nube de cenizas de
entre seis y 11 kilómetros que se propagó al sureste durante la noche.
Las cenizas volcánicas contienen minúsculas partículas de vidrio y roca
pulverizada que pueden dañar los motores a reacción.
Gran Bretaña extendió el cierre de su espacio aéreo, excepto para
emergencias, hasta al menos las 12 de hoy.
Las autoridades francesas cerraron por 24 horas los aeropuertos del
norte del país, entre ellos los de París.
Los aeropuertos de Bruselas, Amsterdam y Ginebra dijeron que cancelaron
un gran número de vuelos y el portavoz de la agencia europea de control de aviación Eurocontrol,
Brian Flynn, dijo que el problema podría persistir otras 48 horas.
En España, Aena informó de que se habían cancelado un total de 237
vuelos hasta mediodía. La autoridad aeroportuaria pidió a los pasajeros que tienen previsto volar
en las próximas horas que contacten con su compañía aérea.
Un portavoz de Heathrow, el aeropuerto con más tráfico de Europa, dijo
que 840 de 1.250 vuelos fueron interrumpidos ayer, afectando a cerca de 180.000 pasajeros. Más de
120.000 pasajeros más resultaron afectados en los aeropuertos de Gatwick, Stansted y Glasgow.
El portavoz de la Asociación de Transporte Aéreo de Estados Unidos,
David A. Castelveter, dijo que las aerolíneas habían suspendido ayer más de 100 vuelos entre
Estados Unidos y Gran Bretaña. (Reuters, AP y DPA)


































