Una pensión de la ciudad de Guatemala cobra 9 dólares por estar en a cama en la que en los primeros días de 1953 durmió elegendario líder de la revolución cubana, el rosarino Ernesto "Che" Guevara.
Una pensión de la ciudad de Guatemala cobra 9 dólares por estar en a cama en la que en los primeros días de 1953 durmió elegendario líder de la revolución cubana, el rosarino Ernesto "Che" Guevara.
La habitación que utilizó el Che no tiene más de cinco metros cuadrados y no posee ni ventanas ni aire acondicionado, segúin detalla una nota del diario El País. Un camastro, en apariencia pequeño para las dimensiones del mito, ocupa el espacio central. Encima hay un colchón flojo, una mantita a rayas azules y blancas, y un almohadón devastado por el tiempo.
Ernesto Guevara de la Serna recaló allí proveniente de El Salvador en diciembre de 1953, con apenas 25 años, en medio de una crisis institucional muy grave en el país centroamericano.
El Gobierno del coronel Jacobo Arbenz avanzaba en la reforma agraria y ya había puesto contra las cuerdas a las multinacionales estadounidenses, entre ellas, a la poderosa United Fruits. La capital, bajo un constante ruido de sables, era un hervidero de buscavidas, exiliados y radicales.
Sin buscar demasiado, se alojó en la modesta pensión Meza. Décima calle, portal 10-17, zona 1. Un lugar céntrico, bullicioso y barato. "Ahí dio inicio a una etapa clave para la consolidación de su conciencia política y su ideario latinoamericano”, indica el historiador José Cal.
Fue en Guatemala donde el rosarino empuño su primer fusil. Pero un golpe de Estado terminó con los sueños guatemaltecos y Guevara buscó refugio en la Embajada de Argentina, y en septiembre abandonó el país rumbo a México.
Hoy, la pension Meza parece estancada en el tiempo. Es un edificio de una sola planta en el caótico casco antiguo. Las habitaciones se arraciman en torno a dos patios destartalados. La habitación del Che es la 21. Hoy está vacía. La única luz natural entra por la puerta y procede de un patio ocupado por un tendedero repleto de ropa multicolor. Apenas se ven inquilinos. Uno de los pocos que se deslizan por los pasillos, muestra su indiferencia: "Que El Che estuviera aquí, no me cambia la vida".
Otros no piensan así y se quedan a dormir en la habitación. Como no tiene servicio ni ducha, su precio resulta muy económico. Por 70 quetzales (9 dólares) se puede viajar al pasado y pasar la noche en la cama del Che. Es la habitación más barata de la pensión. Y los muebles, según el recepcionista, son los originales.
Por Carina Bazzoni