La psicóloga Cecilia Palozzo, especialista en trastornos de la ansiedad, explicó porqué el juego Candy Crush genera ansiedad, dependencia y produce adicción a tal punto que parece apoderarse de los tiempos cotidianos de gran cantidad de personas. Se estima que juegan 50 millones a través de Facebook y genera 600 mil dólares al día.
¿Qué es el Candy Crush?
En diálogo con el programa “Todos en La Ocho”, Palozzo describió que el juego en el adulto funciona siempre como una especie de calmante de otras actividades cotidianas que acarrean preocupación, “ayudan a evadir la realidad, en general con equilibrio”.
“El tema es que paradójicamente el Candy Crush genera más ansiedad, porque empiezo jugando y baja la ansiedad, pero a medida que avanzo niveles, aparecen exigencias nuevas, y la ansiedad por pasar a otro nivel crece. Es un mecanismo de la adicción que genera un círculo vicioso del cual es muy difícil salir”, indicó y agregó que entre las angustias de esta época aparece la imposibilidad de soportar los tiempos de espera.
Palozzo dijo que “la ansiedad es una emoción básica de los seres humanas, es una respuesta biológica de los seres humanos, el problema está cuando se potencia por eso hay que poner límites a eso”.
En ese sentido dijo que uno de los problemas más graves es que “vivimos una época en el que los tiempos de espera son muy cortos, queremos resolver todo ya, tengo todo al alcance de la mano, no puedo esperar, la tecnología nos ofrece esa inmediatez. Lo vemos sobre todo con los chicos que les cuesta esperar, si a nosotros se nos hace difícil, si no podemos poner este parate”.
Entre las recomendaciones para dejar el Candy Crush dijo que la primera es “bajar el tiempo de juego, intentar limitarlo casi como si fuese un objetivo personal a cumplir".
“Igual lo más indicado es diversificar actividades, salir a caminar, hacer actividad física, jugar un crucigrama, que son herramientas que no generan el nivel de ansiedad que produce ese juego en particular -el Candy Crush- que además tiene la condición de que es un juego social, que se juega a través de la redes, lo cual lo hace más adictivo”, agregó sobre el juego que permite pedir vidas a todos los contactos de Facebook o comprarlas.
Hay que evaluar “los indicadores -si paso mucho tiempo, si no puedo dejar un día entero sin jugar- que determinan si el juego se adueña de mi vida, y entender que debe ser al revés, yo tengo utilizar el juego para distenderme, nada más”.