El sureño estado norteamericano de Alabama ejecutó una pena de muerte con gas nitrógeno, un método que la ONU considera tortura y que es la primera vez que se lleva a cabo en Estados Unidos.
El sureño estado norteamericano de Alabama ejecutó una pena de muerte con gas nitrógeno, un método que la ONU considera tortura y que es la primera vez que se lleva a cabo en Estados Unidos.
El reo Kenneth Eugene Smith, condenado a muerte en 1996 por el asesinato a sueldo de una mujer ordenado por su marido —por el que cobró 1.000 dólares—, fue declarado muerto a las 20.25 (las 23.25 del jueves por la noche en la Argentina).
Smith, de 58 años, pareció temblar y convulsionar al principio antes de ser declarado muerto, después de respirar el gas a través de una mascarilla para provocar falta de oxígeno.
La ejecución duró unos 22 minutos desde el momento entre la apertura y el cierre de las cortinas hasta la sala de visualización. Smith pareció permanecer consciente a lo largo de varios minutos. Durante al menos dos minutos, pareció temblar y retorcerse en la camilla, a veces tirando de las ataduras. Siguieron varios minutos de respiración agitada, hasta que la respiración ya no fue perceptible.
“Esta noche Alabama hace que la humanidad dé un paso atrás”, dejó dicho Smith a través de un comunicado final. “Me voy con amor, paz y luz”.
Hizo la señal de “te amo” con sus manos hacia los familiares que eran testigos. “Gracias por apoyarme. Los amo, los amo a todos”, dijo Smith.
La gobernadora de Alabama, Kay Ivey, dijo que la ejecución era justicia por el asesinato a sueldo de Elizabeth Sennett, de 45 años, en 1988.
El estado había intentado previamente ejecutar a Smith en 2022, pero la inyección letal se canceló en el último minuto porque las autoridades no pudieron conectar una vía endovenosa.
La ejecución se produjo después de una batalla legal de último minuto en la que sus abogados sostuvieron que el estado lo estaba convirtiendo en sujeto de prueba para un método de ejecución experimental que podría violar la prohibición constitucional de aplicar castigos crueles e inusuales. Los tribunales federales rechazaron el intento de bloqueo y el último fallo se conoció el jueves de la Corte Suprema de Estados Unidos. El máximo tribunal del país, con mayoría de magistrados conservadores, rechazó el pedido.
La jueza Sonia Sotomayor, que junto con otros dos jueces liberales disintieron, escribió: “Al no haber logrado matar a Smith en su primer intento, Alabama lo ha seleccionado como su ‘conejillo de indias’ para probar un método de ejecución nunca antes intentado. El mundo está mirando”.
Alabama había predicho que el gas nitrógeno causaría la pérdida del conocimiento en segundos y la muerte en minutos. El fiscal general del estado, Steve Marshall, dijo que el gas nitrógeno “tenía como objetivo ser, y ahora ha demostrado ser, un método de ejecución eficaz y humano”.
Cuando se le preguntó sobre los temblores y convulsiones de Smith en la camilla, el comisionado penitenciario de Alabama, John Q. Hamm, dijo que parecían ser movimientos involuntarios.
Su ejecución es la primera del año en Estados Unidos, donde en 2023 hubo 24, todas por inyección letal. Y es la primera vez en más de 40 años que se introduce un nuevo método de ejecución en el país.
Una tentativa anterior por inyección letal, el 17 de noviembre de 2022, fue cancelada cuando funcionarios de la prisión fueron incapaces de colocarle a Smith la vía intravenosa para administrarle los fármacos en el tiempo legalmente previsto, después de “haber permanecido atado varias horas”, según sus abogados.
Alabama es uno de los tres estados del país que permiten las ejecuciones por inhalación de nitrógeno, en las que la muerte se produce por hipoxia, es decir, por falta de oxígeno.
El protocolo de ejecución con nitrógeno de Alabama no prevé la sedación, algo recomendado por la Asociación Veterinaria Americana (AVMA) para los animales sacrificados de esta manera.
Alabama señaló que la hipoxia con nitrógeno es “quizá el método de ejecución más humano jamás inventado”.
“Las autoridades de Alabama han fallado tres ejecuciones seguidas en 2022, incluida la del señor Smith”, afirmó la directora ejecutiva del observatorio especializado Centro de Información sobre la Pena de Muerte, Robin Maher.
“Tal vez se sientan más cómodos pasando a un modo de ejecución completamente diferente, aunque sea totalmente experimental y nunca haya sido probado”, declaró.
“Todavía estoy traumatizado por la última vez”, admitió el recluso en diciembre en una entrevista a la radio pública NPR, en la que confesó estar “absolutamente aterrorizado” ante la perspectiva de volver a pasar por lo mismo.
En 1988 fue declarado culpable del asesinato de Elizabeth Dorlene Sennett, de 45 años, ordenado por su marido, Charles Sennett, un pastor muy endeudado e infiel, para que pareciera un robo que acabó mal.
A pesar de que el marido se suicidó, la policía siguió la pista del asesinato que le llevó a dos hombres. El cómplice de Kenneth Eugene Smith, John Forrest Parker, que había sido condenado a muerte, fue ejecutado en 2010.
Smith también fue condenado a muerte una vez, pero el juicio fue anulado en apelación.
En 1996, en su segundo juicio, 11 de los 12 miembros del jurado estaban a favor de la cadena perpetua.
Pero en su caso, como en el de su cómplice, el juez desautorizó a los jurados y lo condenó a muerte, una posibilidad que existía entonces.