El gobierno estadounidense declaró anoche el estado de catástrofe nacional por la marea negra que deja el hundimiento de una plataforma petrolera submarina en el golfo de México.

El gobierno estadounidense declaró anoche el estado de catástrofe nacional por la marea negra que deja el hundimiento de una plataforma petrolera submarina en el golfo de México.
El vertido se produjo hace una semana por una explosión y consiguiente hundimiento de la plataforma petrolera Deepwater Horizon que operaba el consorcio británico British Petroleum (BP), accidente que dejó 11 personas desaparecidas.
La mancha estaba llegando anoche al lado oriental del delta del río Mississippi, ya que fuertes vientos del sudeste causan mayor velocidad en la traslación de la marea negra, que ocupa una superficie de unos 5.000 kilómetros cuadrados.
El vertido amenaza un santuario de aves en el lado oriental del delta, en Louisiana.
En tierra firme, se aceleran los preparativos para paliar el impacto medioambiental que tendrá el crudo. La Marina preparó unos 20 kilómetros de barreras inflables y siete sistemas para quitar el petróleo de la superficie marítima, dijo el portavoz Myers Vasquez.
La dimensión de la catástrofe es mayor de lo pensado en un principio ya que el miércoles a la noche la guardia costera detectó una tercera fuga de la plataforma hundida. Así constató que diariamente se vierten al mar casi 670 toneladas de crudo, una cantidad cinco veces superior a lo que se había calculado inicialmente.
Los colaboradores empleados hasta ahora esparcieron más de 50 kilómetros de barreras contra el crudo, según datos oficiales. Hay 74 kilómetros disponibles y se requieren otros 80 kilómetros.
El presidente estadounidense Barack Obama prometió ayer que se realizará una "investigación rigurosa" sobre la explosión y agregó que enviará a funcionarios para garantizar que BP y el gobierno norteamericano estén "haciendo todo lo posible no sólo para reaccionar ante este incidente, sino también para determinar su causa".
Obama enviará hoy a la región en crisis a la secretaria de Seguridad Nacional, Janet Napolitano; al secretario del Interior, Ken Salazar, y a la jefa de la oficina del medio ambiente EPA, Lisa Jackson.
El objetivo es que en el lugar se informen de las medidas para contener la mancha de petróleo y proteger la costa. Salazar estaba ayer en la sede de BP en Houston para "formular duras preguntas", dijo el subsecretario del Interior David Hayes. Según datos gubernamentales, en total intervienen 16 autoridades federales diversas en las medidas de control y protección.
La guardia costera indicó que esta marea negra podría ser una de las catástrofes medioambientales más devastadoras que haya sufrido Estados Unidos.
El gobernador de Luisiana, Bobby Jindal, declaró el estado de emergencia, con lo cual también podrán fluir más rápidamente ayudas federales.
El gobierno estadounidense espera que el grupo petrolero británico BP haga todo lo necesario para combatir la catástrofe y asuma completamente los gastos que esto implique. "BP es responsable", dijo ayer el portavoz de la Casa Blanca, Robert Gibbs. "BP está obligado a asumir los costos de las medidas para contrarrestar (el derrame) y las acciones de limpieza, y lo hace".
Culpa del contratista. El director ejecutivo de BP Tony Hayward responsabilizó del accidente a la empresa Transocean, a la que BP le había arrendado la plataforma.
Hasta el mediodía de ayer, la marea negra medía 72 kilómetros por 169 kilómetros.
Un equipo de expertos de BP comenzó el miércoles a quemar una pequeña parte de la mancha de petróleo y se realizó un primer incendio controlado. La acción iba a ser continuada ayer pero las condiciones climáticas desfavorables lo impidieron.
Un grupo ha levantado con ayuda de las autoridades norteamericanas barreras de un total de 53 kilómetros de extensión frente a zonas costeras en peligro agudo. La atención se orientaba ahora especialmente a la protección de la costa. BP contrató a una empresa especializada en el salvamento de aves de costa.
La contraalmirante Mary Landry, de la guardia costera estadounidense, dijo que las aves están siendo ahuyentadas antes de que la marea negra llegue a la costa.
En las regiones en peligro de los estados norteamericanos cercanos, Luisiana, Mississippi, Alabama, Texas y Florida, se instalaron cinco estaciones para la preparación de medidas de protección.
Hayward dijo que antes de la explosión de la plataforma falló una pieza aislante, una gran válvula en el extremo del agujero de perforación en el lecho marino con la que se puede frenar el fluir del petróleo al exterior.
"Es un mecanismo totalmente confiable", dijo el jefe del BP Tony Hayward. "Y por algún motivo falló, y aún no entendemos por qué, pero eso lo sabremos después de nuestras pesquisas e investigaciones estatales". El jefe de BP añadió que "la responsabilidad por la seguridad en la plataforma de seguridad es de Transocean". l (DPA, AP y Reuters)



Por Lucas Ameriso
Por Mila Kobryn