En medio de una de sus constantes giras por el mundo, en las que llena multitudinarios estadios, y un nuevo disco de estudio en preparación, el legendario músico británico Paul McCartney cumple 75 años. Junto a John Lennon, su compañero en The Beatles, formó parte de la dupla compositiva más importante de la música popular del siglo XX.
Con una trayectoria de más de medio siglo, este hombre nacido un 18 de junio de 1942 en Liverpool aparece como una figura fundamental de la cultura popular, por la prolífica autoría de clásicos como "Yesterday", "Michelle", "Hey Jude", "Let it be", "Penny Lane", "Get back" y "Lady Madonna", entre otros de su etapa con la famosa banda en la que tocaba el bajo, y "Live and let die", "Maybe I'm amazed", "Band on the run" y "My love", entre algunas de su carrera con Wings y como solista.
Conformó con Lennon no sólo una exitosa dupla creativa, sino una especie de sociedad perfecta.
Precisamente, tras la ruptura de The Beatles, Paul debió soportar críticas que señalaban que a su música le faltaba audacia, crudeza y honestidad, tres elementos que le sobraban a su ex compañero. Del mismo modo, Lennon sufrió reproches permanentes por su desprolijidad y aspereza de sus composiciones, algo que no aparecía cuando trabajaba en colaboración.
Tal vez por la influencia mutua entre ambos músicos, así como Lennon es el responsable del pulido "Imagine", McCartney es el autor de "Helter Skelter", el tema más radical de The Beatles.
McCartney encabeza junto a The Rolling Stones la lista de artistas precursores capaces de pasear y disfrutar su propia leyenda, en maratónicos conciertos en donde logra reunir a varias generaciones interesadas en vivenciar en primera persona el fenómeno beatle, a través de uno de sus principales responsables.
Cada uno de los logros en la carrera de este brillante músico no se dieron de manera azarosa, sino que fueron buscados a través de un arduo trabajo, debido a la casi obsesiva entrega al trabajo que demostró a lo largo de su trayectoria.
Dotado de manera natural para la música, Paul aprendió a tocar de manera autodidacta varios instrumentos, una vez sorteada la dificultad de ser zurdo, entre ellos el piano vertical que ocupaba el living de su casa en el número 20 de Forthlin Road, en la zona liverpooliana de Allerton, propiedad de su padre Jim, un aficionado que había dirigido varias orquestas de baile de salón.
En medio de canciones tradicionales y estándars de jazz que sonaban en su casa, Paul se fascinó con el rock and roll, como muchos adolescentes en la década del '50, con artistas como Elvis Presley.
Fue este amor por la música y, en especial, por el rock, el motivo que lo unió a John Lennon. Su pericia para tocar la guitarra, su capacidad para afinarla y el hecho de saber la letra y los acordes exactos de varios éxitos del momento fueron su pasaporte para ingresar al grupo que, tras algunos cambios de miembros y un largo periplo por bares de mala muerte, moldeó un sonido que lo llevó a realizar una verdadera revolución cultural en los '60.
Así como cada tarde se juntaba con Lennon con la premisa de componer al menos una canción por día, McCartney mantuvo este plan de trabajo durante años, del mismo modo que se encargó de interiorizarse de cada detalle relacionado con el negocio de la música, desde la grabación de discos y su comercialización, hasta la organización de conciertos.
A la par que crecía su imagen como el beatle más apuesto y más convencional, Paul también forjó una imagen de artista que estaba en cada detalle, al punto de mantener largas charlas al respecto con el manager Brian Epstein y el productor George Martin.
También dejó en claro en cada creación su avidez por dotar a su música de elementos de la música clásica, tal como la trompeta piccolo incluida en "Penny Lane", la cual se le ocurrió mientras miraba por televisión un concierto de Bach, o el uso de cuerdas en "Yesterday", "Eleonor Rigby" y "She's leaving home", por citar algunos ejemplos, en lo que puede considerarse una ambición por expandir las fronteras del gusto popular.
Su conocida "adicción" a la adulación pública, según la caracterización en la que coinciden todos los biógrafos que trabajaron sobre su figura o la de The Beatles, lo llevó a mantener serias diferencias con sus compañeros cuando decidieron no continuar con las presentaciones en vivo, a partir de 1966.
Sus pretensiones de líder absoluto, algo para lo cual encontró un terreno liberado cuando Lennon dejó de mostrar interés por The Beatles al llegar Yoko Ono a su vida, fueron otro motivo de enfrentamiento con sus compañeros, hasta la ruptura de la banda, en 1970.
Junto a su gran compañera de la vida, Linda Eastman, con quien formó una familia y se mantuvo unido hasta su muerte en 1998, atravesó los momentos más significativos de su historia desde finales de los '60. Fue junto a ella que formó Wings, la banda que sucedería a The Beatles hasta 1980, cuando finalmente decidió encarar formalmente una carrera solista.
A los 75 años, con una trayectoria artística inigualable, ostenta un catálogo imposible de comparar con el de cualquier otro artista y un unánime reconocimiento mundial.