Cuatro personas murieron y dos resultaron heridas en un accidente ocurrido ayer en el aeropuerto de Sevilla (España) cuando un avión militar Airbus A400M se estrelló poco después del despegue con seis tripulantes. El presidente del gobierno, Mariano Rajoy, confirmó que los fallecidos eran españoles trabajadores de la fábrica Airbus de Sevilla, donde se ensambla el avión.
La nave despegó del aeródromo poco antes de la una de la tarde en el primer vuelo de pruebas antes de su entrega al Gobierno turco. En su interior, viajaban seis personas, dos de ellos pilotos. Poco después de despegar, los pilotos comunican a la torre de control un fallo técnico en el tren de aterrizaje, sin que las fuentes consultadas pudieran precisar si se trataba de un fallo hidráulico o eléctrico. Otras fuentes señalaron que la nave comunicó un problema con los flaps de las alas, unos dispositivos que son claves en las maniobras de despegue y aterrizaje.
En la torre de control comenzaron a ver que el avión perdía altura y las alarmas se dispararon. Fue perdiendo altitud poco a poco después de un viraje en redondo pidiendo pista para un aterrizaje de emergencia. "¿Qué pasa?", se preguntaron los controladores. "Se ha caído", dijo uno de ellos estupefacto, levantándose todos a continuación para ver la escena con sus propios ojos. El reloj estaba a punto de dar la una de la tarde.
El accidente originó una extensa columna de humo negro divisable desde todos los puntos de Sevilla. Los cinco bomberos del aeropuerto de Sevilla se desplazaron inmediatamente al lugar de los hechos, donde encontraron una escena dantesca. La nave estaba destrozada, los motores y hélices por un lado, la cabina por el otro... y cuerpos carbonizados, además de heridos en estado muy grave.
Inmediatamente se desplazaron a la zona los bomberos de Sevilla para auxiliar a los bomberos del aeropuerto de Sevilla.
El aeropuerto se cerró al tráfico aéreo a las 13:15 horas.
Los dos heridos graves fueron trasladados en helicóptero a los hospitales Virgen del Rocío y Virgen Macarena. Fuentes sanitarias indicaron que se teme por la vida del herido ingresado en el Virgen del Rocío con un traumatismo craneoencefálico, precisando ventilación mecánica. El otro ocupante del avión estrellado ingresado en el hospital Virgen Macarena sufre fractura de la pelvis y quemaduras, y su pronóstico también es de grave.
El avión estrellado era el vigesimotercer A400M que había salido de la factoría del consorcio europeo Airbus Military y su destino era el Ejército turco. Se trataba del primer vuelo en pruebas del aparato. El avión siniestrado tiene un costo de 165 millones de euros (185 millones de dólares).
La totalidad de los partidos políticos suspendió ayer sus actos de campaña electoral por el accidente, al tiempo que mostraron su condolencias y solidaridad con las víctimas del siniestro y sus familiares, trabajadores de la empresa Airbus.
El presidente Rajoy se desplazó ayer de Tenerife (donde se encontraba de campaña) a Sevilla para reunirse con el presidente de Airbus Military, el español Fernando Alonso, y pedirle transparencia en la investigación sobre las causas del siniestro. También tuvo un encuentro con familiares de las víctimas caídas en la capital andaluza y con uno de los civiles que salvó heroicamente a los dos heridos en el siniestro.
Alemania y Reino Unido. Las dos naciones decidieron ayer paralizar sus A400M. El Ejército alemán tomó la decisión de mantener en tierra todos sus Airbus A400M como el siniestrado en Sevilla hasta que se aclaren las circunstancias del accidente. El Reino Unido hizo lo mismo.
"El jefe de Estado Mayor de la Fuerza Aérea suspendió las operaciones hasta nueva orden", informó en Berlín un portavoz del ministerio de Defensa alemán, que recibió a finales de 2014 el único A400M que tiene por el momento, aunque hizo un pedido de 53.
Se esperaba que le fuesen entregados otros 18 este año, pero el accidente hará que los planes se retrasen.