Las primeras dosis de la vacuna rusa Sputnik V contra el coronavirus llegarían a la Argentina el próximo miércoles 23 de diciembre, según fuentes del gobierno que aseguraron que están efectuando gestiones contrarreloj con Rusia para cumplir con la fecha. En tanto, desde Moscú, la delegación argentina encabezada por la viceministra de Salud, Carla Vizzotti, que viajó para gestionar la aprobación de la vacuna, se mostró confiada de poder transportar los primeros lotes en los próximos días luego de dudas expuestas el martes por el ministro, Ginés González García.
El jueves de la semana pasada, al anunciar la firma del acuerdo con Rusia, el presidente Alberto Fernández había anticipado que antes de fin de año llegarían 600 mil dosis, con lo que se podrá vacunar a 300 mil personas. Pero sorpresivamente 48 horas atrás González García expresó ante la prensa. “Nosotros estamos haciendo todo y es lo que se había dicho, pero lamentablemente hay variables que son difíciles, porque estamos con dificultades con los aviones, no es tan simple, pero queremos hacerlo”.
Fuentes oficiales atribuyeron la fecha del 23 de diciembre a que “es lo que figura en el contrato que se firmó” con Rusia. Pero para que eso ocurra la Anmat (Administración Nacional de Medicamentos y Alimentos) tiene que dar el visto bueno. Entre otros problemas, además de la complicada logística que significa traer miles de dosis al país, está que difícilmente la vacuna rusa exhiba un aval (que funciona como una suerte de “preaprobación”) de los entes reguladores internacionales más respetados: la FDA estadounidense y la EMA europea.
En tal sentido, es central la tarea que por estos días realiza un equipo de inspección de la Anmat que, junto con Vizzotti, viajó a Rusia para evaluar la vacuna.
Habitualmente, el organismo demora más de un año en aprobar un fármaco como este, pero ahora (gracias a la flamante ley 27.573) el organismo regulatorio solo dará una “recomendación” y será el Ministerio de Salud de la Nación el que autorice los lotes que vayan llegando.
El contrato (cuya firma se conoció el 10 de diciembre) contempla que, además de las 600 mil dosis que llegarían este mes, entre enero y febrero arriben otras 20 millones de dosis (es decir, para inmunizar a 10 millones de personas) y una preferencia en favor de la Argentina para poder vacunar a otras 5 millones de personas en marzo.
La postura oficial es que era importante cerrar esta adquisición por si el resto de las vacunas con las que también tienen contratos atrasan su llegada. En ese sentido, el ministro de Salud, Ginés González García, admitió que la posibilidad de llegar a un acuerdo de compra con Pfizer aún está inmadura.
Al otro lado de los Andes, ayer un comité de expertos del Instituto de Salud Pública (ISP) de Chile aprobó la autorización para el “uso de forma excepcional de emergencia” de la vacuna de Pfizer. De esta forma, el país se convierte en el primero de Sudamérica en autorizar su uso, cuando la enfermedad ya produjo cerca de 16.000 vidas y acumula más de 576.000 contagios.