A cinco años de la muerte de Alberto Nisman, la investigación judicial sobre la cuenta secreta del fiscal en los Estados Unidos no ha tenido movimientos significativos desde fines de 2015. Según trascendió, la cuenta bancaria en el ex Merrill Lynch de Nueva York pasó a mediados de 2019 al Departamento de Bienes Abandonados de la entidad bancaria, ya que desde la muerte de Nisman a esa fecha, nadie había tocado el dinero. Esta cuenta unía a Nisman con el técnico informático Diego Lagomarsino, actualmente procesado como partícipe necesario de la muerte del fiscal, ya que le entregó el arma que terminó con la vida del ex titular de la UFI-Amia. Tras la muerte del fiscal, el organismo antilavado de los Estados Unidos (Fincen) notificó a la Unidad de Información Financiera (UIF) de Argentina sobre “evidencia de actividad sospechosa” en una cuenta del ex Merrill Lynch en la que Nisman figuraba como apoderado. La cuenta recibió “transferencias sobre las que no pudo establecer el propósito comercial por un total de u$s 666.690, entre el 13 de septiembre de 2012 y el 19 de agosto de 2014”, de acuerdo a las autoridades. La Afip informó en la causa judicial que la cuenta no estaba declarada, según el expediente. Por el caso, Sara Garfunkel, Sandra Nisman (madre y hermana del fiscal) y Lagomarsino están imputados en un expediente por presunto lavado de activos.