La muerte por disparos policiales de un hombre negro en Charlotte, Carolina del Norte, causó una nueva ola de protestas por presunta discriminación racial de parte de la policía estadounidense. Durante la noche hubo protestas en Charlotte en las que resultaron lesionados 16 agentes policiales, así como numerosos manifestantes. La comunidad negra denuncia otro "asesinato policial", mientras las autoridades locales afirman que el hombre abatido era un sospechoso con orden de captura que enfrentó armado a la comisión policial que lo quiso detener. "Desoyó la orden de soltar su arma", subrayó la policía.
El Departamento de Justicia norteamericano está investigando la muerte del joven afroamericano, informó en Washington la fiscal general Loretta Lynch.
El jefe de policía de Charlotte Kerr Putney relató el incidente. Varios agentes buscaban a un sospechoso en un complejo de viviendas. Un grupo de cuatro agentes que iban tras el fugitivo encontró a Keith Lamont Scott, de 43 años, sentado en su vehículo en un estacionamiento. Scott no era el hombre buscado pero "salió del vehículo armado con una pistola" y volvió a entrar al coche. Los agentes se acercaron y lo instaron en voz alta a que arrojara el arma y se bajara del auto. El hombre salió nuevamente del auto empuñando el arma, ignoró las órdenes policiales para arrojarla y se le disparó. Los agentes "vieron el arma en su mano la segunda vez que salió del vehículo", remarcó Putney. Scott murió poco después en el hospital. El agente que mató a Scott es afroamericano.
La familia tiene otra versión. Una reportera difundió un video de la hermana del muerto, que aseguró que su hermano no estaba armado. Según contó, el hombre se encontraba leyendo un libro en el auto y esperaba a su hijo, cuando la policía lo paralizó con un arma de electroshock y luego lo ultimó de cuatro tiros.
"No encontramos un libro", retrucó Putney, "encontramos un arma". Putney, también afroamericano, contó que se produjeron horas después protestas pacíficas de cientos de personas. "Eso está bien, eso está permitido", expresó. Sin embargo, la situación rápidamente escaló, con jóvenes muy exaltados que destrozaron un vehículo policial. En un supermercado cercano hubo saqueos y un incendio y la policía arrojó gases lacrimógenos. Una autopista cercana debió cerrarse. La situación se calmó recién con la llegada del día.
La alcalde Jennifer Roberts llamó a la calma y aseguró que el caso está siendo investigado. El comisario Putney comentó que " puedo asegurar que los hechos fueron diferentes a como están siendo presentados en las redes sociales".
El policía que mató a Scott no llevaba cámara "corporal", pero sí otros tres que participaron del episodio. Sin embargo, las imágenes no fueron difundidas porque "son parte de la investigación". Peo la Unión por las Libertades Civiles urgió a la policía a publicar todos los videos que tenga del caso. La asociación recordó que una nueva ley, que entrará en vigencia el próximo 1º de octubre, prohibirá publicar este tipo de videos sin orden judicial. El lunes se difundieron videos sobre otro caso. Se observa cómo una policía blanca en Tulsa, Oklahoma, mata a un afroamericano desarmado, Terence Crutcher, quien va caminando con los brazos en alto y de espaldas a los agentes. Uno de los policías lo paraliza con una pistola eléctrica y otro le dispara. La fiscal general Loretta Lynch abrió una investigación sobre esta otra muerte.