Los estadounidenses votarán la próxima semana en las elecciones de medio mandato en medio de un clima de violencia y hostilidad del que muchos responsabilizan al presidente Donald Trump. El Partido Republicano se juega su mayoría en el Congreso en los comicios del 6 de noviembre, que se celebran pocos días después de que varios incidentes de violencia política remarcaran las fuertes divisiones en el país y generaran dudas sobre cómo afectarán el resultado de la elección.
Antes de los comicios el país se vio sacudido por el envío de una serie de paquetes con explosivos a figuras del Partido Demócrata, a críticos de Trump y a la cadena informativa CNN. Mientras Estados Unidos aún estaba procesando estos intentos de atentados, un hombre disparó contra la gente en una sinagoga en Pensilvania y mató a 11 personas. Ninguno de los sospechosos detenidos por ambos casos tiene vínculos directos con el presidente. Sin embargo, el hombre acusado de enviar los paquetes bomba es un fiel seguidor de Trump, que habló abiertamente contra Hillary Clinton y otros conocidos demócratas, así como contra aportantes del partido. Ninguno de los paquetes explotó y nadie resultó herido.
El tiroteo en una sinagoga tuvo una magnitud diferente y horrorizó a los estadounidenses, que fueron testigos de una nueva masacre, esta vez durante una ceremonia religiosa. Ocurrió además diez días antes de las elecciones, con lo que generó preocupación por la tensión política en el país. El agresor presuntamente odia a los judíos y antes de disparar había criticado a una ONG judía por ayudar a los migrantes centroamericanos de la caravana que avanza a lo largo de México en busca de llegar a Estados Unidos. Trump habló abiertamente contra la caravana en los mitines de campaña y en diversos tuits, entre ellos uno en el que dijo que los migrantes debían dar la vuelta. A partir de ambos incidentes creció el temor de nuevos hechos de violencia y avivó los llamados a Trump a que modere sus palabras y haga más por aliviar la tensión en el país.
En las elecciones de medio mandato el partido del actual presidente suele perder bancas en el Congreso y muchas encuestas reflejan esta realidad, ya que anticipan que esta vez los republicanos perderán su mayoría en la Cámara de Representantes (Diputados). En el Senado es otra historia. Los sondeos muestran que los republicanos podrían mejorar levemente su actual mayoría de dos bancas. Los demócratas esperan que el descontento con Trump, cuya aprobación se ubica en alrededor del 42,4 por ciento según el sitio web de pronósticos políticos fivethirtyeight.com, se traduzca en una mayor participación electoral y una ventaja para sus candidatos. Trump y otros republicanos consideran que temas cruciales como el empleo y la migración atraerán a muchos de sus seguidores e impedirán que una ola de demócratas ingrese a la Cámara baja. Su dura postura sobre la migración, y en ese marco su rechazo a la caravana, así como la promoción del crecimiento económico del país, que se espera que cumpla con el objetivo y alcance el 3 por ciento este año, han sido los dos temas más importantes de la campaña.
Trump, de 72 años, no mostró señales de cansancio en su recorrido por el país para apoyar a los candidatos republicanos y asegurar que cualquier aumento en la participación demócrata sea igualado por los votantes republicanos. El mandatario fue cuestionado, de todas formas, por sus declaraciones, después de que dijera que un candidato republicano que atacó a un periodista el año pasado es su "tipo de persona" y por burlarse de uno de los destinatarios de los paquetes bomba y calificarlo de "lunático trastornado".
El daño está hecho
Pese a que Trump cambió un poco su discurso después de los paquetes bomba y comenzó a hablar de acortar diferencias y a pedir a la gente que use las urnas para resolver discrepancias, algunos creen que el daño estaba hecho. Según sus críticos, las declaraciones incendiarias del presidente son responsables de establecer un tono perjudicial en la discusión. Además es acusado de no lograr frenar la violencia y el racismo. Algunos de sus seguidores, como el ex director de Comunicaciones de la Casa Blanca Anthony Scaramucci, tienen otra opinión. Para él, Trump tiene una "gran agenda" que resonará el día de las elecciones de medio término, especialmente por lo bien que funciona la economía. Scaramucci dijo a CNN que cree además que la estrategia de Trump lo ayudó a ganar la presidencia y que le gustaría que ambas partes rebajen las tensiones. "El buen liderazgo requiere que alguien sea el primero. Y me gustaría que fuera (él)", señaló.
En juego. Pese al malestar por sus discursos incendiarios, Trump tiene a su favor el buen momento económico.