Caracas. - El cáncer podría forzar al presidente venezolano, Hugo Chávez, a hacer lo que ninguno de sus aliados ni adversarios pudo lograr que haga en 12 años en el poder: limitar sus discursos y apariciones públicas y modificar su estilo de gestión. Chávez reveló el jueves desde Cuba que le removieron tumores cancerígenos, pero no dio fechas específicas sobre su regreso, alentando las especulaciones acerca de cómo sería gobernado el país productor de petróleo de la Opep durante su ausencia. El y sus ministros insisten en que sigue al mando.
Pero la ausencia física y la enfermedad podrían dificultar su estilo de gobierno y debilitar su control sobre una compleja coalición gobernante que se mantiene unida gracias a su enorme liderazgo. También podrían disminuir su capacidad de hacer campaña para la reelección en 2012. "Esto es absolutamente una condena para la excesiva centralización del poder en una figura, que siempre es un riesgo para la democracia", dijo Eileen Gavin, analista de Latin American Newsletters, con sede en el Reino Unido. "Hace de cada elección un referendo sobre su persona y ese va a ser el caso en la elección de 2012, que va a ser la más dura hasta el momento", agregó.
Discursos y apariciones. Permanecer distanciado de la atención pública y sobre todo en calma son dos anatemas para un líder cuya identidad política está construida sobre rimbombantes discursos de horas, apariciones diarias en barrios humildes o proyectos sociales y un contacto constante con los más pobres, que forman su base de apoyo.
Y mantener una administración profundamente personalizada podría ser una lucha para un gobierno en el que los ministros toman pocas decisiones importantes sin el consentimiento directo de Chávez. Las instituciones del Estado son notablemente más lentas en su ausencia.
Sin una figura clara en la línea de sucesión, la delegación de responsabilidades podría generar tensiones entre las facciones civil y militar de su coalición, que podrían comenzar a disputarse el poder si Chávez sigue en Cuba por un tiempo indeterminado para recuperarse de un tipo de cáncer hasta ahora no especificado. "Venezuela no va a colapsar mientras Chávez esté en La Habana, pero el trabajo del gobierno no va a tener el mismo nivel de visibilidad o impacto electoral que cuando Chávez está al mando", opinó Patrick Esteruelas, analista de América latina en la agencia calificadora Moody's.
Obsesionado con los detalles. El mandatario parece estar pagando el precio de su ritmo casi inhumano de discursos y apariciones televisivas, que por años agotaron hasta a sus ministros y aliados más cercanos. En una gira por Medio Oriente, por ejemplo, Chávez salió por la televisión estatal en las primeras horas de la mañana para hablar de historia venezolana acompañado por todos los ministros del gabinete, que en su mayoría parecían hacer un esfuerzo por no dormirse.
A través de los años ha mostrado una fascinación obsesiva con los detalles de operaciones conducidas por el Estado, como en visitas a complejos de procesamiento de alimentos o plantas petroquímicas en las que hizo una infinidad de preguntas sobre la función de palancas o válvulas específicas. En privado, los ministros admiten que fueron levantados en medio de la noche por llamadas del presidente para pedirles información sobre proyectos sociales u obras públicas.
Personalismo totalitario. El mismo Chávez reconoció los problemas creados por su intervención diaria en los asuntos del gobierno, sobre todo su afición a lidiar con pedidos individuales de simpatizantes que buscan asistencia, como dinero para una operación o una silla de ruedas para un pariente enfermo. "Fidel (Castro) siempre me dijo «Chávez, no puedes ser el alcalde de Venezuela»", recordó el mandatario.
El ex líder cubano, su mentor y amigo, tenía la misma manía por la gestión personalizada hasta que su enfermedad lo obligó a transferir el poder a su hermano.
En algún punto, la enfermedad de Chávez ya ha forzado a un cambio en el estilo del gobierno, con el vicepresidente Elías Jaua y el ministro de Relaciones Exteriores, Nicolás Maduro, asumiendo el control en temas que en el pasado hubieran sido directamente abordados por el líder bolivariano. "Creemos que se puede esperar un cambio en el estilo de gobierno dependiente de Chávez", aseguró el analista de Barclays Capital Alejandro Grisanti en una nota de investigación.