El presidente Joe Biden anunció que está "lanzando una respuesta de todo el gobierno" para tratar de salvaguardar el acceso al aborto legal en Texas, después de la decisión de la Corte Suprema de no bloquear la prohibición casi total del procedimiento en el conservador estado sureño.
Biden dijo que estaba dando instrucciones a la Oficina del Asesor Jurídico de la Casa Blanca y a su Consejo de Política de Género para involucrar al Departamento de Salud y Servicios Humanos y al Departamento de Justicia para evaluar qué "herramientas legales tenemos para aislar a las mujeres y a los proveedores del impacto del extraño esquema de Texas de externalizar la aplicación de la ley a partes privadas".
El máximo tribunal rechazó por 5 votos contra 4 una apelación de emergencia presentada por profesionales y otros para frenar la aplicación de la norma de Texas que entró en vigor el miércoles. Pero los magistrados sugirieron que es posible que esta orden no sería la última palabra sobre la ley, ya que pueden presentarse otros recursos.
La ley de Texas, que entró en vigor el miércoles, "desata un caos inconstitucional yda poder a los privados para hacer cumplir la ley con impactos devastadores", lamentó la presidenta de la histórica ONG Planned Parenthood.
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Manifestantes abortistas se reunieron frente al Capitolio de Texas, en Austin.
La ley, conocida como Proyecto de Ley 8 del Senado, prohíbe los abortos después de seis semanas de embarazo, una etapa temprana en la que muchas mujeres aún no saben que están embarazadas, y tiene disposiciones de aplicación únicas que permiten a los ciudadanos privados, en lugar de a los funcionarios estatales, demandar a las clínicas de abortos.
El presidente calificó el fallo de la Corte Suprema (que fue por 5 votos a 4) como "un asalto sin precedentes a los derechos constitucionales de la mujer bajo el caso Roe v. Wade", un fallo de la Corte que avaló el derecho al aborto en 1973. El fallo dio lugar a una ley que lleva el mismo nombre del caso.
"Completos desconocidos tendrán ahora el poder de meterse en las decisiones de salud más privadas y personales a las que se enfrentan las mujeres", dijo Biden. "Esta ley es tan extrema que ni siquiera permite excepciones en caso de violación o incesto. Y no sólo faculta a completos extraños a meterse en la más privada de las decisiones tomadas por una mujer: en realidad los incentiva a hacerlo con la perspectiva de embolsar 10.000 dólares si ganan su caso".
El fiscal general Merrick Garland dijo en un breve comunicado que el Departamento de Justicia que dirige "está profundamente preocupado por la ley SB 8 de Texas. Estamos evaluando todas las opciones para proteger los derechos constitucionales de las mujeres, incluido el acceso al aborto."
La opinión mayoritaria de la Corte, no firmada, dijo que aunque las clínicas de abortos "plantearon serias dudas" sobre la constitucionalidad de la ley, sus argumentos no abordaron adecuadamente las cuestiones de procedimiento "complejas y novedosas" que presenta el caso.
Tras la entrada en vigor de la ley, los congresistas demócratas renovaron sus llamamientos a la ampliación de la Corte Suprema para defender el caso Roe v. Wade y el derecho al aborto, exigieron la aprobación de un proyecto de ley que codificara esas protecciones. La presidenta de la Cámara de Representantes, la demócrata Nancy Pelosi, dijo que llevaría la medida al pleno cuando los legisladores regresen del receso.