Roma.- Miles de soldados patrullan desde hoy las calles de Italia para ayudar a la policía a combatir el delito, un uso poco ortodoxo de las fuerzas armadas criticado por quienes consideran que es un gesto meramente simbólico.
Roma.- Miles de soldados patrullan desde hoy las calles de Italia para ayudar a la policía a combatir el delito, un uso poco ortodoxo de las fuerzas armadas criticado por quienes consideran que es un gesto meramente simbólico.
El despliegue, que pronto ascenderá a 3.000 efectivos, ha sido hasta ahora la iniciativa más visible en la campaña en favor de la ley y el orden defendida por el primer ministro, Silvio Berlusconi, elegido en abril con la promesa de hacer el país más seguro.
Miembros de las fuerzas armadas fueron enviados a ciudades como Roma, Milán, Turín y Palermo, con tareas como patrullar las calles junto con la policía y ayudar a proteger lugares “delicados”, que van desde la catedral de Milán a embajadas y consulados.
También vigilarán los centros de detención de inmigrantes ilegales, a los que el Gobierno responsabiliza de buena parte de los delitos.
“Estoy contenta. Espero que esto resuelva algunas cosas y elimine parte de los delitos”, dijo Vittoria Rosati, residente romana, mientras soldados vestidos de camuflaje custodiaban una cercana estación de metro.
Los visitantes de la ciudad eterna no los verán a las puertas de monumentos como el Coliseo o el Panteón, después de que el alcalde de Roma se quejara de que los soldados armados podrían asustar a los turistas.
Algunos críticos dijeron que el despliegue de 3.000 soldados haría poco, por no decir nada, para reducir la delincuencia, mientras que otros se opusieron al uso del Ejército para propósitos policiales.
Achille Serra, ex prefecto de Roma con una gran experiencia en aplicación de la
ley, consideró el despliegue “inútil e ineficaz”.
“Les recuerdo que no estamos en Beirut. Y me pregunto qué hará un soldado para hacer
frente a un robo en una casa o un atraco”, dijo el ahora senador de centroizquierda en una
entrevista en un periódico.
El Ejército italiano está desplegado en el extranjero, en lugares como Beirut y Afganistán, pero las fuerzas armadas han participado en asuntos de seguridad nacional en el pasado, incluidos episodios de violencia en Sicilia tras el asesinato de los magistrados anti mafia Paolo Borsellino y Giovanni Falcone.
“En 1992, sólo en Sicilia, había 20.000 hombres. Hoy en toda Italia son 3.000”, dijo el ex jefe del Ejército, el general Mario Buscemi.
“Está claro que esta vez su apoyo a las fuerzas policiales será menor,
básicamente simbólico”, dijo al diario La Repubblica.
Dentro de su iniciativa contra el delito, el Gobierno Berlusconi impulsó el mes pasado una
legislación aprobada en el Parlamento contra la inmigración ilegal. También declaró el estado de
emergencia que da a la policía y las autoridades locales poderes para afrontar problemas
relacionados con la inmigración.
Estas medidas han generado críticas del Vaticano, de grupos de derechos humanos y de organismos europeos por el miedo de que fomenten la xenofobia. (Reuters)