Cientos de opositores venezolanos, golpeando ollas vacías, marcharon ayer para exigir un referéndum revocatorio contra el presidente Nicolás Maduro, tras denunciar una nueva dilación en el trámite de la consulta por parte del órgano electoral. En Caracas, los manifestantes llegaron desde cinco puntos hasta la avenida Libertador junto con dirigentes de la coalición Mesa de la Unidad Democrática (MUD). La marcha opositora tuvo que hacer cambios de recorrido para sortear varios bloqueos policiales, pero la movilización transcurrió sin incidentes de gravedad. "Mientras más ellos se retarden (en el proceso de referéndum), más uno se llena de rabia", dijo Robert Sánchez, de 41 años, al tiempo que golpeaba su olla con una cuchara.
Convocada desde hace dos semanas, la protesta se convirtió en una nueva expresión de rechazo luego de que el Consejo Nacional Electoral (CNE) suspendiera ayer sus tareas, aduciendo "amenazas" a raíz de las marchas. Una rectora del CNE, Socorro Hernández, había deslizado ayer la posibilidad de que se diera a conocer una fecha para la recolección de las cuatro millones de firmas (20 por ciento del padrón) que permitirían llamar a las urnas. Apoyada en ello, la MUD esperaba conocer las fechas para el recaudo. El secretario ejecutivo de la MUD, Jesús Torrealba, declaró que la marcha era una respuesta a la "ofensa" que suponía el "silencio" del CNE, al que la oposición acusa de ser un apéndice del gobierno.
Chavismo en pie. Como suele ocurrir, el chavismo también movilizó a cientos de partidarios, esta vez hacia la sede principal del CNE en el centro de Caracas, donde también se realizó una caravana de motociclistas vestidos de rojo. "Hoy (por ayer) nuevamente ha ganado la paz frente al chantaje de la derecha. Ha sido una demostración de nuestra capacidad de movilización", destacó el diputado Elías Jaua.
Las marchas y contramarchas se dan en momentos en que una comisión de ex presidentes liderada por el español José Luis Rodríguez Zapatero procura mediar para acercar a las partes a un diálogo, con el apoyo de organismos internacionales como la Unasur y la Unión Europea. Incluso, el papa Francisco, según una versión no desmentida, se declaró dispuesto a participar de la mediación si las partes lo solicitan.
La protesta opositora fue bautizada "cumbre del pueblo contra el hambre y por el revocatorio", en alusión a la Cumbre de Países No Alineados (NOAL) que se desarrolla en la Isla Margarita, en el Caribe. Las movilizaciones se extendieron a ciudades como Maracaibo (noroeste) y San Cristóbal (fronteriza con Colombia). En esta última se congregaron unas 300 personas.
Henry Ramos Allup, presidente de la Asamblea Nacional (Parlamento) proclamó el "éxito" de la jornada, matizando que no se la puede comparar con la del 1º de septiembre, cuando la MUD aseguró haber movilizado a un millón de personas en Caracas. "Todos los eventos no pueden ser de ese tamaño (...) Con todo y superando los obstáculos, las amenazas (...) la gente está en la calle manifestándose, defendiendo su referéndum", afirmó el dirigente.
Afectada por la caída del ingreso petrolero, Venezuela sufre una crisis económica reflejada en una escasez de 80 por ciento de los alimentos y las medicinas, y la inflación más alta del mundo, que el FMI proyecta en 720 por ciento para 2016. Esta situación minó la popularidad de Maduro, quien fue elegido hasta 2019. El mandatario descarta que el referéndum se pueda celebrar este año y demandó el proceso por fraude en la recolección previa de las firmas que habilitaron a la MUD como promotora de la consulta. "El revocatorio no va. Ellos hicieron muchas trampas y así es imposible", declaró Jesús Hernández, de 71 años, quien participó en la marcha oficialista. Para la MUD, el referendo solo tendría sentido si se realiza antes del 10 de enero de 2017, pues si Maduro pierde habrá nuevas elecciones. En una fecha posterior, aun si el gobernante es derrotado, el mandato lo concluirá su vicepresidente.
Diálogo condicionado. El forcejeo se mantiene pese a que las partes mantuvieron dos reuniones hace una semana para explorar un diálogo sobre la crisis. Tanto el gobierno como la MUD advirtieron que el referéndum no está en discusión. Si el CNE autoriza, la recolección de las cuatro millones de firmas deberá realizarse en tres días continuos. El organismo dijo que el recaudo podría hacerse a fines de octubre, tras lo cual contará con un mes para su validación. Este calendario dificulta los planes de la oposición de celebrar la consulta en 2016. Encuestas privadas señalan que el procedimiento para revocar el mandato de Maduro ganaría abrumadoramente.