En los últimos 14 años la sala de 5 se universalizó, y al igual que en el resto del país, en Santa Fe 9 de cada 10 chicos y chicas asisten a sala de 4. Sin embargo aun falta cobertura en la sala de 3, donde a nivel nacional asisten solo 4 de cada 10 niños en edad de hacerlo. Se expandió la oferta de aulas de jardín de infantes, pero persisten las desigualdades entre provincias y por nivel socioeconómico.
Los datos surgen del informe “Acceso y oferta de jardines de infantes”, del Observatorio de Argentinos por la Educación, con autoría de la especialista Melina Furman (Universidad de San Andrés), junto a Martín Nistal y Eugenia Orlicki (Observatorio de Argentinos por la Educación). El documento analiza la evolución del acceso y la oferta de salas de 3, 4 y 5 años en los jardines de infantes incorporados a la enseñanza oficial, desde 2004 hasta 2020. La cobertura del jardín de infantes se mide observando qué porcentaje de los estudiantes de primer grado en 2020 han asistido previamente a las salas de 3, 4 y 5 años.
En la Argentina la sala de 5 es obligatoria desde 1993 y la sala de 4 desde 2014. Si bien la sala de 3 no es obligatoria, la ley Nº 27.045 de 2014 establece que los gobiernos deben garantizar su universalización. Es decir, que haya acceso para quien lo demande.
Si se analiza por nivel socioeconómico, en el quintil de menores ingresos, el 90 por ciento de los niños de 4 y 5 años está matriculado en el jardín, mientras que la cifra asciende al 99 por ciento en el quintil de mayores ingresos (en 2004, las cifras eran 63% y 89%, respectivamente). En otras palabras, la cobertura de las salas obligatorias se universalizó para los hogares de mayores ingresos, pero no para los más pobres.
La oferta de salas tuvo un fuerte crecimiento entre 2004 y 2020 en sala de 3 y 4, y en menor medida en sala de 5. En sala de 4 aumentaron un 90 por ciento , en sala de 3 las secciones crecieron un 83%, mientras que en sala de 5, que ya tenía altos niveles de cobertura, las secciones crecieron un 12%.
“Dada la importancia que tiene la asistencia de los niños y niñas al nivel inicial, haber alcanzado y sostenido la universalización de la sala de 5 años y estar cerca de hacerlo en la sala de 4 es un dato sumamente alentador. El informe muestra que este aumento del acceso está relacionado con un aumento de la oferta, es decir, cuando se abre una sala o jardín, estos se llenan. Esto nos habla de la necesidad de aumentar la cantidad de salas de 3 años en todo el país, que aún no son obligatorias”, afirma Melina Furman, coautora del informe.
El 76 por ciento de los jardines de infantes son de gestión estatal. Sin embargo, la proporción de oferta estatal y privada varía según las salas: en sala de 5, el 72,2% son de gestión estatal, pero la cifra desciende al 69,7% en sala de 4 y al 56,6% en sala de 3.
Desigualdades provinciales
En el caso santafesino, el informe destaca un crecimiento sostenido en el acceso a sala de 4, pasando del 66,4 por ciento en 2006 al 76,9% en 2013 y al 88,4% en 2020. Es decir, que hoy 9 de cada diez niñas y niños asisten al primer nivel de la enseñanza obligatoria. En cuanto a la sala de 5, la cobertura es total.
La realidad es similar en otras jurisdicciones. El estudio destaca que para 2020 la cobertura de sala de 5 se encuentra por encima del 95% en todas las provincias, con excepción de Buenos Aires (93,4%). Las que más han aumentado su cobertura entre los años 2006 y 2020 son Santiago del Estero (de 81% a 97%), Catamarca (de 90% a 100%) y Formosa (de 94% a 100%). Las diferencias de cobertura son más marcadas en sala de 4, donde hay tres provincias con una cobertura menor al 80%: Salta (75,9%), Formosa (76,1%) y Neuquén (77,1%).
La provincia que más aumentó su cobertura de sala de 4 desde 2006 fue La Pampa (de 17% a 100%, es decir, un aumento de 83 puntos porcentuales), seguida de Misiones (de 13% a 88%), Catamarca (21% a 96%), San Juan (de 26% a 100%), Tucumán (de 15% a 86%), Mendoza (33% a 98%), Corrientes (de 24% a 87%) y Chaco (25% a 88%).
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Foto: Sebastián Suárez Meccia / La Capital
“El informe muestra un crecimiento en la cobertura y acceso al nivel inicial, particularmente en las salas de 4 y en la población de menores ingresos. Si bien son datos alentadores, que evidencian una democratización, recordemos que cobertura no equivale a calidad. Por otro lado, el informe abre el interrogante por la situación del jardín maternal (para menores de 3 años), donde el crecimiento es más lento y la oferta es escasa, fragmentada y desigual”, señala Gabriela Fairstein, docente e investigadora de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso).
“Nuestro país adhiere a tratados internacionales que ratifican el compromiso de extender y mejorar la protección y educación integrales de la primera infancia, especialmente para los niños y niñas que viven en situaciones más desfavorables. El primer paso es su pleno reconocimiento en las legislaciones y su concreción a través de políticas públicas, con recursos suficientes para garantizar las especificidades de esta etapa y la identidad pedagógica de la educación inicial”, plantean desde el comité argentino de la Organización Mundial para la Educación Preescolar (Omep).