Entre la variedad de propuestas que la Biblioteca Argentina ofrece a las infancias, hay una que invita a zambullirse en una cultura diferente para conocer una legendaria práctica orientar. Se trata de “Manos a la obra”, el taller que propone a chicas y chicos crear un cuento para ponerlo en escena con un kamishibai o teatro de papel.
¿Qué es un kamishibai? “Se trata de un dispositivo de origen japonés que se usa para contar cuentos con dibujos. Es más que un teatro de papel, es una técnica milenaria y habla de una cosmovisión diferente que tienen los japoneses sobre el relato”, explica la docente Ana Luz Gassa, que además de estar a cargo del taller que se desarrolla en Casa Imaginada, este sábado y domingo a las 16 instalará su kamishibai para contar cuentos en el Jardín de los Niños (avenida Lugones 2290), en el marco del Día del Libro.
Ana, que es actriz, música, titiritera y docente, cuenta que se trata de una práctica muy popular de contar historias que forma parte de la tradición japonesa, en la que un señor en bicicleta recorría las plazas e instalaba su kamishibai con el que relataba cuentos a los presentes. La estructura es de madera o puede ser de cartón. Se trata de un teatrillo que tiene tres puertas y que contiene en su interior láminas de papel ilustradas, que se van pasando acompañadas de un relato. Muchas veces las láminas tienen en el dorso los fragmentos del cuento con el fin de poder leerlo mientras pasan los dibujos. Existen kamishibai de distintos tamaños y Ana afirma que en su taller ella los utiliza a todos.
Espacio para el asombro
El taller que tiene lugar en Casa Imaginada cuenta con varias etapas. En un primer momento, los chicos y chicas conocen la técnica del kamishibai a través de un cuento que les relata la propia Ana. Luego la consigna es poner “manos a la obra” y se invita a los participantes a crear entre todos una nueva historia. “Vamos a crear un cuento entre todos y lo vamos a dibujar para poder contarlo con el kamishibai. También nos vamos a valer de la música, los títeres y otros recursos teatrales”, adelanta la tallerista, para quien existen múltiples alternativas a la hora de la creación artística y literaria: “Tocar un instrumento, cantar o producir sonidos que acompañen el cuento, también son posibilidades que se suman a la narrativa colectiva”.
La técnica abre la puerta a un universo donde el arte y la literatura parecen fusionarse, y la práctica de la narración oral toma protagonismo. Ana destaca que el dispositivo del teatro de papel genera mucho asombro en los niños y las niñas cuando lo ven por primera vez: “Algunos dicen que es como un televisor, el kamishibai tiene esa magia de que se abren las puertas, aparece un dibujo que está enmarcado por el mismo teatrillo, y las láminas corren junto al relato”.
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El dispositivo del teatro de papel genera mucho asombro en los niños y las niñas cuando lo ven por primera vez.
Héctor Rio
Al momento de la acción deviene el entusiasmo. Una emoción que se pone de manifiesto con la propia creación. ¿De qué manera crean juntos?. Para construir el relato de manera colectiva, Ana se vale de la técnica del “binomio fantástico”, propuesta por el pedagogo Gianni Rodari en su obra Gramática de la fantasía.
“Un binomio fantástico consiste en unir dos palabras aleatorias, y a partir de allí construir un relato”, explica. Para lo cual en el taller cada uno escribe en un papel el personaje que le gustaría que fuera protagonista de la historia que se va a crear. La consigna siempre es no limitarse, ese personaje puede ser o no humano, puede ser fantástico, un animal o un objeto personificado. Además, en otro papel los chicos escriben un objeto que les gustaría que aparezca en el relato. Luego se realiza un sorteo donde se saca un papelito del grupo de personajes y otro del grupo de objetos. Así queda conformado el binomio. Desde ese momento, el trabajo consiste en armar oraciones que incluyan esas dos palabras y que funcionarán como disparadoras del cuento. En adelante, la historia se nutrirá con las ideas y participaciones de todos los presentes que serán registradas cuidadosamente por Ana.
Una vez que el cuento ha sido creado, se divide en cuadros con títulos y comienza la etapa de la ilustración para la creación de las láminas que serán pasadas por el kamishibai. “Se trata de cuentos cortos y a su vez hay que tratar de que cada momento sea gráfico, porque luego tiene que verse en un dibujo”, explica la docente. Destaca que en este proceso creativo todos los presentes forman parte de la historia y su puesta en escena: “Algunos producirán los dibujos, otros moverán las láminas, otros participarán en la creación sonora y tal vez, se sumen títeres. Como son muchas las posibilidades, voy viendo cuál es el interés del grupo”.
“Manos a la obra” es un taller que ofrece una mixtura de cosmovisiones, entre una metodología lúdica occidental para la creación de un relato y un arte milenario oriental para su puesta en escena.
El taller conducido por Ana Luz Gassa se desarrolla los martes a las 17.30 en Casa Imaginada, el espacio de la Biblioteca Argentina para las infancias que tiene ingreso por calle Santa Fe 1553. Los interesados en inscribirse pueden comunicarse a [email protected] o telefónicamente al 341-3533470.