Días después de ser condenado a prisión perpetua por instigar un homicidio, liderar una asociación ilícita y cinco hechos de lavado de activos, Esteban Alvarado afronta otra posible condena como presunto organizador del transporte de media tonelada de marihuana a Río Negro en 2017. El fiscal federal Fernando Arrigo pidió el lunes 20 años de cárcel en un extenso alegato de clausura. Además solicitó que se desarchive una causa en la que se investigó a policías por presunto encubrimiento a Alvarado.
El juicio por narcotráfico contra Alvarado ante el Tribunal Oral Federal Nº 2 de Rosario integrado por los jueces Ricardo Vázquez, Otmar Paulucci y Eugenio Martínez siguió ayer con los alegatos de la querella a cargo de la Unidad de Investigaciones Financieras (UIF), que además denunció a Alvarado por lavado de activos en una causa en la que ya fue indagada su ex esposa Rosa Capuano. Se prevé que el debate terminará hoy con los alegatos de la defensa y con palabras del acusado, en caso de que haga uso de ese derecho. Y no se descarta que, en función de los tiempos que demande el trámite, también se dé a conocer el veredicto en la misma jornada.
Mientras comenzaba a ser juzgado en los tribunales provinciales por los cargos que confluyeron en su condena a perpetua el pasado viernes, Alvarado fue requerido por un tribunal federal para responder una acusación como organizador del transporte de 493 kilos de marihuana a Río Negro. El cargamento con droga fue hallado el 24 de noviembre de 2017 en un camión Scania con un semirremolque en el que iban los hermanos Jesús José y Marcos Esteban Rodríguez. El vehículo era custodiado por un Chevrolet Vectra donde viajaban Luis Di Marco y Ricardo Ariel Ianni.
Con distintas penas, los cuatro fueron juzgados por un tribunal federal de General Roca y condenados a prisión en mayo de 2019. Pero el proceso nunca avanzó sobre el organizador del transporte, aunque ya por entonces la Justicia santafesina tenía información sobre el entramado de empresas de Alvarado en el cual estaban involucrados quienes llevaban la droga a Río Negro.
“El pedido de pena se fundó en la mecánica de la instauración de toda la organización que intervino para el traslado de la droga, con el uso de personas físicas y jurídicas y de testaferros”, dijo Arrigó al término de la jornada del lunes. Al fundamentar su pedido de pena el fiscal tuvo en cuenta “el nivel de violencia que manejaba la organización” criminal liderada por Alvarado, cuestión de la que a su entender dieron cuenta los testigos del juicio.
Entre ellos estuvo Roberto Peralta, ex chofer de una de esas empresas —Logística Santino— a cuyo nombre estaba el semirremolque Random en el que se halló la droga. Al declarar Peralta admitió que era un “prestanombre”. También declaró Ianni, quien contó que por la pérdida de la droga Alvarado se quedó con un galpón suyo.
“Siempre atrás”
Para Arrigo no hay dudas de que el envío de drogas, de acuerdo a la prueba producida en el juicio, “fue coordinado por Alvarado en la dirección empresarial, cuando estaba en la cárcel cumpliendo condena por robo automotor”. El fiscal agregó que para cometer esos delitos Alvarado montó una red de sociedades para estar “siempre atrás de las empresas” y enmascarar su participación aunque, remarcó, “era el único con capacidad de dirección”.
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Arrigo también destacó que durante el juicio se puso en evidencia “la complicidad de una sector de la policía” con Alvarado, que le tarifaba ese presunto encubrimiento. “En una escucha aparece un policía diciéndole cómo evitar los controles de Gendarmería”, contó el fiscal, y agregó que en otras llamadas se aprecia “el canje o sustitución de gente que vendía drogas en los búnkeres por menores, que no eran imputables”.
La policía “también le cobraba por los homicidios”, contó Arrigo, para explicar que una testigo contó que Alvarado “estaba enojado con un sicario” al que mandó a matar a una persona de tres tiros “pero le disparó 30”.